“La Joyita”

Juan Ignacio Cavallaro, observado por el Anderlecht de Bélgica por recomendación de Nico Frutos, debutó hace una semana y ayer clavó un golazo inolvidable.

Darío Pignata

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Al pibito Juani Cavallaro, Diego Jara “le salvó la vida”. Bah, en realidad, se la simplificó un poco. Es que desde que llegó “La Joya”, se terminaron los viajes ida y vuelta durmiendo —y soñando— en el micro desde Paraná a Santa Fe todos los días de su vida como futbolista.

Ahora, después del golazo inolvidable de ayer para que el 15 de Abril termine siendo “redondito”, bien podría decirse que “la Joya” es quien trae en su coche a “la Joyita”, los dos desde Paraná y con el mismo sueño: ganarse un lugar en el fútbol grande de la Argentina.

Por cuestiones de edad, no tiene contrato. Nació el 28 de junio de 1994 en la capital de la provincia de Entre Ríos y el presidente Spahn acordó con los padres que “hay que parar la pelota, hablar menos de plata y dejarlo al chico que disfrute de este sueño hecho realidad”.

Si bien le regaló su golazo al mismo Spahn —internado por un problema de salud en las cervicales—, la dedicatoria implícita tiene nombre y apellido: Nicolás Frutos, el ex jugador que hoy se dedica a reclutar y ordenar las inferiores.

Fue Frutos el que lo sacó, hace un año, del “bajón” que tenía el pibe por haber sido desafectado de la Sub 17 y empezó a trabajar algo que es clave en cualquier chico de esa edad, sea o no futbolista: la contención.

Hace algunos meses, todos lo caminos de Cavallaro conducían a un solo lugar en el mundo: Bélgica. Hubiera sido otro caso testigo del joven talento futbolero argentino que pasa directamente al exterior sin mostrarse en el mercado interno por cuestiones de billetes.

Es que Frutos —que allá es ídolo— invitó a los detectores de talentos del Anderlecht para que vengan a Santa Fe para mirar las inferiores de Unión. Apuntó ocho jugadores, entre ellos Cavallaro.

“Nunca fue un armador clásico en inferiores. Es un mediapunta que tiene la capacidad técnica y el panorama para saber cómo terminar las jugadas, tal cual como lo hizo ayer contra Arsenal”, comenta orgulloso Nicolás Frutos a El Litoral.

Lo concreto es que el manager del Anderlecht que lo vino a ver pasó del dicho al hecho: Cavallaro viajó a Bélgica a fines del año pasado, estuvo tres semanas, entrenando con los distintos planteles: primero Sub 19 y luego la reserva. Allí, llegó el ofrecimiento tentador para un pibe sin recorrido ni minutos oficiales en la Primera de Unión. Varios cientos de miles de euros y la posibilidad de participar de una futura venta.

En este punto, más allá de las necesidades de un club donde el presidente Luis Spahn pone la chequera todos los meses para mantener la línea de flotación, la estrategia de los dirigentes salió perfecta: pusieron la pelota contra el piso, frenaron la desesperación y hoy el pibe ya no vale lo mismo.

A la tarea que empezó Nicolás Frutos con Juan Ignacio Cavallaro la terminó de pulir —como siempre en Unión en los últimos tiempos— Frank Darío Kudelka, con su estilo y su sello. “No voy a hacer debutar apurado a un pibe del club para que después desaparezca” avisó el DT.

Decía Riquelme el otro día que en la Argentina a cualquier pibe le ponen la etiqueta de “crack” con un par de goles o jugadas. Kudelka dejó en claro que sabe cómo manejar los tiempos de los futbolistas. Por eso a Unión le va como le va sin tener grandes nombres ni estrellas.

“Lo que más me sorprende de Juani es su capacidad intelectual. Si bien está al palo con los turnos de entrenamientos, ya sabe que debe empezar a estudiar algo. Por lo menos inglés...”, dice a la pasada Nico Frutos, su descubridor.

La mayoría de los medios nacionales reflejó dos cosas de esta aparición de Cavallaro: 1) el golazo; 2) que apenas tiene 17 años para jugar en Primera.

Poder hacer debutar chicos con condiciones a esa edad es un muy buen síntoma que Unión, además de los valiosos 40 puntos, está haciendo bien las cosas desde abajo. Y que hubo arriba paciencia para no “rematar” las joyitas de la abuela.

Presentó credenciales

Cuando no aparece “La Joya” Diego Jara, bienvenidos los goles de “La Joyita” Juan Ignacio Cavallaro. Con apenas 17 años, el Anderlecht de Bélgica hizo una oferta millonaria cuando no había debutado en Primera y los dirigentes decidieron “aguntarlo” antes que rematarlo. El pibito les dio la razón con este derechazo letal. Foto: Luis Cetraro

¡Feliz cumpleaños!

Tiren centros...

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Al partido visualmente doloroso de Unión-Arsenal lo salvó el golazo de este chico a los seis minutos del complemento. Hizo la diagonal como un carrilero, gambeteó como un “10” dejando enredado a Nervo y definió como el mejor de los números “9”.

“Yo vi el hueco que había y le pegué ahí”, dijo el pibito rodeado de cámaras como nunca vio en su vida. La carrera loca de festejo, con el 15 de Abril temblando, incluyó la camiseta abastonada revoleada al viento y la mejor tarjeta amarilla del mundo por festejar de cara a su gente.

Así, con la frescura de sus 17 años, el pibito patentó una bomba que explotó en la red de Orcellet. En el día de los 105 años, Cavallaro entró en la historia estadística del fútbol de Unión. El pibito de la bomba. Que también es —desde ayer— el pibito de “La Bomba”.

BAJO LA LUPA

LIMIA (7): otra vez transmitió una sensación y una realidad total de seguridad bajo los caños. Incluso, en algo que es el fuerte de Arsenal y complica a cualquier arquero: el juego aéreo. Sacó una infartante pelota de la línea.

RENZO VERA (5): muy bien en la marca, ajustando cada mano a mano, pero con las complicaciones técnicas para poder sacar un centro con precisión desde el costado.

AVENDAÑO (7): otro gran partido del “Pata”, sacando todo de arriba y de abajo. Transmite desde la cinta de capitán lo que es el espíritu de este grupo para pelear.

CORREA (7): a esta altura, la frase de “juega mejor en Primera que en el ascenso” se hace realidad. Lo anticipó toda la tarde a Leguizamón y no lo dejó mover.

ERRAMUSPE (6): se las arregló mejor que ante Godoy Cruz con la cancha cambiada y jugando de “3”. No pasó sobresaltos en la marca y cuando pudo intentó pasar.

CAVALLARO (7): estaba jugando un partido discreto y levantó con un golazo para recordar toda la vida. Lo dejó tirado a Nervo, enganchó y la clavó en el único lugar que había: entre Orcellet y el caño. Pide pista a los 17 años.

MÍGUEZ (6): se pasa de rosca cuando le agarra algún “ataque de habilidad”, pero mientras se dedica a marcar, hacer relevos, cortar y poner, su tarea es perfecta.

DONNET (6): hizo todo lo que había que hacer para jugarle a Arsenal en la zona de medios: pressing, personalidad, despliegue. Y, además, cuando pudo...jugó.

VELÁZQUEZ (5): bajó el nivel el “Flaco” acorde a cómo venía, más dedicado ayer a pelear que a jugar. En realidad, así se dio el partido en el medio.

ROSALES (5): ofreció las ganas y la movilidad de siempre. Pero le faltó claridad e incidencia en los metros finales como otras veces.

JARA (5): estuvo contenido y bien marcado por los zagueros de Arsenal. Le quedó una sola clara y la cruzó bien, pasando cerca del caño.

ALEXIS FERNÁNDEZ (-): entró por Cavallaro para darle combate a la reacción de Arsenal.

MAGNÍN (-): entró por un cansado Rosales pero sin opciones de contra esta vez.

MAIDANA (-): un cambio pensando en “enfriar” y cuidar el 1-0.