Mujeres artistas

Rescatadas de la historia

Sofonisba Anguissola, del Renacimiento, y Artemisia Gentileschi, del Barroco Italiano. Dos nombres, dos épocas de la historia del arte y una misma problemática: la subvaloración de la mujer, los territorios vedados, las tareas reservadas a su “condición femenina”.

Nanzi Sobrero de Vallejo

En 1768, se funda la Real Academia Británica, organismo encargado de entender en las cuestiones generales y particulares del arte. En el grupo mayoritariamente constituido por varones, participaron dos mujeres: Angélica Kauffman y Mary Moser. El hecho de que ambas fueran hijas de extranjeros, e integrantes activas del grupo de pintores que sirvió de base para la constitución de la Royal Academy, facilitó, sin duda, su designación.

Angélica Kauffman fue saludada en su llegada a Londres en 1766 como sucesora de Van Dyck. Ya era una célebre pintora asociada a la corriente decorativa y romántica del clasicismo. Por su parte, Mary Moser, era hija de un esmaltador suizo conservador de la Royal Academy.

Cuando se expuso un retrato colectivo de grupo del pintor Johann Zoffany titulado “Miembros de la Academia Real” (1771-1772) en el que se plasmaba para la posteridad, como era costumbre en la época, la imagen de los miembros de esa institución, no aparecen ninguna de estas dos pintoras. No había lugar para la mujer académica en las discusiones que sobre arte se desarrollaban en la Academia.

En esta escena que representa el ideal del artista académico y los académicos en sí se incluyeron en el fondo del espacio donde estaba constituido el grupo dos bustos pintados de ambas. Es decir que Angélica Kauffmann y Mary Moser pasaron a ser objetos de arte en lugar de productoras de éste.

Este cuadro ejemplifica claramente los supuestos culturales que sometían los intereses de las mujeres a los de los hombres y estructuraban el acceso de la mujer a la educación y a la vida pública. A ellas, por ejemplo, les estuvo vedado el acceso a la práctica del dibujo del natural con modelo desnudo que constituía la base de las enseñanzas académicas de la época. Reitera el contenido marginal tradicionalmente asignado a la mujer artista en la historia de la pintura y confirma la imagen de la mujer como objeto de contemplación por el hombre en una historia del arte generalmente hilvanada siguiendo los hitos de los “viejos maestros” y de las “obras maestras”.

Después del caso de ambas, no se volvió a elegir ninguna académica para la Royal Academy hasta 1922 y 1936 en que fueron elegidas dos mujeres.

He rescatado de la historia, dos nombres pertenecientes a diferentes épocas y estilos de la pintura, son ellas Sofonisba Anguissola del Renacimiento y Artemisia Gentileschi del Barroco Italiano. Dos nombres, dos épocas de la historia del arte y una misma problemática: la subvaloración de la mujer, los territorios vedados, las tareas reservadas a su “condición femenina”.

Sofonisba Anguissola (Cremona 1532- Palermo 1625)

Su familia procedía de la antigua burguesía de Cremona y su nombre procedente de la historia antigua de Cartago. Su padre Amilcare Anguissola decidió educar a sus hijas -eran seis- como muchos burgueses de buena posición económica en las áreas humanísticas, que por otra parte eran los segmentos destinados a la mujer de ese tiempo. Para ellas estaban destinadas la música, pintura y también la literatura.

Su primer maestro fue Bernardino Campi. Como no era bien visto en la época que las mujeres trabajasen con modelos, utilizaban como tal a miembros de su familia. Es así que aparecen en sus obras escenas de la vida doméstica, retratos íntimos, familiares. Sofonisba se retrata también a sí misma y con el tiempo decide dedicarse exclusivamente a este género.

A los veintiún años viaja a Roma y decide aprender con los grandes artistas, incluso con Miguel Ángel que ya contaba con setenta años. Se conservan cartas de Amilcare Anguissola, su padre, agradeciendo al maestro el trato brindado a su hija. “Le mostramos el agradecimiento que sentimos por el honroso y afable afecto por Ud. manifestado hacia Sofonisba, le hablo de mi hija a quien incité a que empezase a practicar la honrosa virtud de la pintura...”.

Esa distancia del vínculo familiar la anima y reside más tarde en España donde fue retratista de la familia real. Integró la corte de Felipe II y fue dama de compañía de Isabel de Valois, su tercera esposa. “La invitación para que acudiera a la corte de Felipe II fue un precedente para muchas mujeres artistas que excluidas de la ayuda institucional, la enseñanza académica, patrocinio papal y cívico, gremios, talleres, encontraran respaldo en las cortes de Europa de los siglos XVI y XVII”. La categoría obtenida en la Corte explica el porqué antes de marcharse el rey concertó su matrimonio con el prócer Fabricio de Moncada además de otorgarle una dote.

Luego enviuda y se casa con un genovés que pone a disposición toda su fortuna lo que le permitió entregarse totalmente a la pintura donde a pesar de las limitaciones ya enunciadas logró hacerse un lugar importante en el mundo del arte.

Es conocido su Autorretrato de 1561. “La representación propia como una joven modesta y con un atuendo recatado, refinada y culta, ejerciendo su oficio de pintora aunque en otros autorretratos se refleja ejecutando algún instrumento. La presencia de un instrumento musical, su atuendo recatado sirve para mostrar a Sofonisba como miembro de una familia noble y culta, en una época en que la habilidad para la música y la pintura deseable en los varones y las damas nobles, constituía un exponente de cultura. Su pintura, casi fotográfica, de rostros luminosos y excelente manejo del claroscuro, “revelan los atributos internos de recato, paciencia y virtud”.

“La dama del armiño”, ejecutada alrededor de 1610, es de sus obras, la más famosa y más reproducida.

Fallece en Palermo en 1625 dejando una obra artística de gran calidad.

Artemisia Gentileschi (Roma 1593- Nápoles 1656)

Pintora del período barroco italiano. Hija del pintor Horacio Gentileschi, uno de los seguidores de la Escuela de Caravaggio, artistas que constituyeron una corriente pictórica dentro del barroco que se destacan por reproducir la figura con gran realismo y dominio del claroscuro, modalidad que recibió el nombre de tenebrismo.

Como era difícil el acceso a las academias por su condición de mujer, su padre le contrató a un profesor privado, Agostino Tassi, que trabajaba en las bóvedas de un palacio de Roma. “Su vida fue convulsionada por la violación sufrida por su maestro y amigo de su padre convirtiéndose en protagonista de un proceso público y uno de los casos más seguidos de la época”.

Como era costumbre su padre arregla su casamiento con un modesto pintor florentino que en la época servía para restituirle el status de honorabilidad. Se instalan en Florencia y hacia 1614 Artemisia comienza a ser conocida por sus obras, gozó de excelente fama como pintora, ejecutó varias de sus obras más reconocidas. Fue la primera mujer en ingresar a la Academia del Disegno. Logró imponer su arte en los círculos destacados de la época. Cultivó temas bíblicos. Realizó muchas obras de temas protagonizados por mujeres en las que la acción y valentía son puestas de manifiesto como norma general. Se piensa que fueron alegatos a favor de su condición y relacionados con su propia historia.

Se destaca “Cabeza de joven” realizada con los preceptos del dibujo y del color de ese tiempo. La más emblemática “Judith decapitando a Holofermes” -1613. Galería de los Uffizi. 199 x 162,5-. De gran realismo y acentuación del claroscuro. La heroína lleva a cabo su deber con absoluta frialdad ayudada por su criada. El rasgo más sobresaliente es la feroz energía y la violencia sostenida de la escena. Algunos críticos han descubierto alusiones al trance personal vivido por la pintora. Es la historia de una mujer que asesina por su pueblo al hombre a quien a debido seducir. Los colores ricamente modulados, pardos, rojizos, verdes, azules, la acentuación del claroscuro dotan de gran realismo a la escena.

Partió para Nápoles y se cree que murió, como otros artistas napolitanos, a causa de una plaga que asoló la ciudad en 1656. Sepultada en la Iglesia de San Juan de los Florentinos su tumba fue destruida en la Segunda Guerra Mundial.

Artemisia Gentileschi “Historia de una pasión” es la exposición que tuve oportunidad de recorrer en el Palacio Real de Milán a pasos de la Piazza del Duomo en octubre del año pasado. Promovida por el departamento de Cultura del Ayuntamiento de Milán, con obras que procedían del Palacio de los Uffizi, de los Museos de Capodimonte, del Prado de Madrid y del Metropolitan de Nueva York, entre otros.

Exposición de alrededor de cincuenta obras dispuestas en una secuencia escenográfica destacable, cargada de elementos teatrales. Esta primera exhibición del Palacio Real, que reivindica la dimensión artística de Artemisia, y que abarca toda su vida creativa -sus inicios en la estancia de Florencia, Roma y sus últimos días en Nápoles-, ha sido visitada por más de ciento cincuenta mil personas.

Protagonista singular de la historia del arte europeo, que la ha definido “como la única mujer en Italia que ha sabido lo que es la pintura, el color, el empaste”. Esta muestra, restablece a Artemisia como una artista que luchó con determinación, usando el arma de su personalidad “ocupando un lugar destacado en la generación de pintores posteriores a Caravaggio, un lugar que tres siglos después recupera para regalarnos la modernidad de su mirada”.


4 / 1 / “Autorretrato”, de Sofonisba Anguissola. La representación propia como una joven modesta, con atuendo recatado, refinada y culta ejerciendo su oficio de pintora. Fotos: Archivo El Litoral 2 /“La dama del armiño” de Sofonisba Anguissola es una obra ejecutada alrededor de 1610. La modelo fue Jerónima Cuevas, quien se enamoró de El Greco, con quien tuvo un hijo, José Manuel Theotocópuli. 3 / “Judith decapitando a Holofermes”, una de las obras más famosas de Artemisia Gentileschi. Una escena interpretada en clave psicológica y psicoanalística como un deseo de venganza respecto de la violencia que había sufrido. 4 /“Autorretrato como mártir”,de Artemisia Gentileschi. Su padre artista la había introducido no sólo en el dibujo anatómico sino en el uso del color y en el realismo dramático. 2 / 3 /

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4 / 1 / “Autorretrato”, de Sofonisba Anguissola. La representación propia como una joven modesta, con atuendo recatado, refinada y culta ejerciendo su oficio de pintora. Fotos: Archivo El Litoral 2 /“La dama del armiño” de Sofonisba Anguissola es una obra ejecutada alrededor de 1610. La modelo fue Jerónima Cuevas, quien se enamoró de El Greco, con quien tuvo un hijo, José Manuel Theotocópuli. 3 / “Judith decapitando a Holofermes”, una de las obras más famosas de Artemisia Gentileschi. Una escena interpretada en clave psicológica y psicoanalística como un deseo de venganza respecto de la violencia que había sufrido. 4 /“Autorretrato como mártir”,de Artemisia Gentileschi. Su padre artista la había introducido no sólo en el dibujo anatómico sino en el uso del color y en el realismo dramático. 2 / 3 /

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“Autorretrato”, de Sofonisba Anguissola. La representación propia como una joven modesta, con atuendo recatado, refinada y culta ejerciendo su oficio de pintora. Fotos: Archivo El Litoral

2 /“La dama del armiño”

de Sofonisba Anguissola es una obra ejecutada alrededor de 1610. La modelo fue Jerónima Cuevas, quien se enamoró de El Greco, con quien tuvo un hijo, José Manuel Theotocópuli.

3 / “Judith decapitando a Holofermes”, una de las obras más famosas de Artemisia Gentileschi. Una escena interpretada en clave psicológica y psicoanalística como un deseo de venganza respecto de la violencia que había sufrido.

4 /“Autorretrato como mártir”,de Artemisia Gentileschi. Su padre artista la había introducido no sólo en el dibujo anatómico sino en el uso del color y en el realismo dramático.

4 / 1 / “Autorretrato”, de Sofonisba Anguissola. La representación propia como una joven modesta, con atuendo recatado, refinada y culta ejerciendo su oficio de pintora. Fotos: Archivo El Litoral 2 /“La dama del armiño” de Sofonisba Anguissola es una obra ejecutada alrededor de 1610. La modelo fue Jerónima Cuevas, quien se enamoró de El Greco, con quien tuvo un hijo, José Manuel Theotocópuli. 3 / “Judith decapitando a Holofermes”, una de las obras más famosas de Artemisia Gentileschi. Una escena interpretada en clave psicológica y psicoanalística como un deseo de venganza respecto de la violencia que había sufrido. 4 /“Autorretrato como mártir”,de Artemisia Gentileschi. Su padre artista la había introducido no sólo en el dibujo anatómico sino en el uso del color y en el realismo dramático. 2 / 3 /

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4 / 1 / “Autorretrato”, de Sofonisba Anguissola. La representación propia como una joven modesta, con atuendo recatado, refinada y culta ejerciendo su oficio de pintora. Fotos: Archivo El Litoral 2 /“La dama del armiño” de Sofonisba Anguissola es una obra ejecutada alrededor de 1610. La modelo fue Jerónima Cuevas, quien se enamoró de El Greco, con quien tuvo un hijo, José Manuel Theotocópuli. 3 / “Judith decapitando a Holofermes”, una de las obras más famosas de Artemisia Gentileschi. Una escena interpretada en clave psicológica y psicoanalística como un deseo de venganza respecto de la violencia que había sufrido. 4 /“Autorretrato como mártir”,de Artemisia Gentileschi. Su padre artista la había introducido no sólo en el dibujo anatómico sino en el uso del color y en el realismo dramático. 2 / 3 /

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