En Larroque, Entre Ríos

Tierra Greda echó a rodar su proyecto porcino

CAMPO_P6A.JPG

Manejo. El monitoreo del estado de los animales marca la diferencia.

Foto: Gentileza

Con alta tecnología, rigurosos controles de bioseguridad, estándares internacionales de cuidado medioambiental y con el norte bien definido en agregar valor a la producción primaria convirtiendo proteína animal en carne porcina para el mercado interno, la familia Benedetti completó la primera etapa por $ 17 millones.

 

La cabaña porcina de Tierra Greda, en el sur entrerriano, ya puede mostrar los principales resultados de su primera etapa de inversión y esta semana comenzaron a nacer los primeros lechones de las 500 madres que comprenden este período y que demandan unos 17 millones de pesos de inversión, sobre un total de más de 60 millones que serán necesarios para completar el lote de 2.000 madres.

Este segmento espera la reproducción de las primeras 500 madres, sobre un total de cuatro por más de 60 millones para contar con 2.000 madres. Es una de las tres cabañas más importantes del país. Con este emprendimiento, la empresa, que nació hace 30 años, avanza en su proceso de diversificación e integración cada vez más eficiente de cadena productiva ya que produce unas 60.000 toneladas de granos por campaña, posee silos de acopio, comercializa la producción propia y de terceros y además genera valor con harina y elaboración de alimentos balanceados.

Agregado de valor

Con este esquema, desde Larroque, se propuso agregar valor y transformar granos y proteínas vegetales en carne para el mercado interno. De este modo, la familia Benedetti, que logró en 2010 el Premio a la Excelencia Avícola por la calidad en el manejo de la producción aviar (actividad que le permite, actualmente, lograr un volumen de 1,2 millones de pollos por año, que le vende a Granja Tres Arroyos), y ahora aspira a convertirse en uno de los principales jugadores del mercado porcino, sector con gran potencial en el país.

“Estamos embarcados en transformar nuestros granos en carne porcina, y lo hacemos con muchas expectativas. Hay poca experiencia en el país en lo que es producción porcina y apostamos a lograr un nivel sanitario y tecnológico que respondan a estándares internacionales que nos permita lograr resultados altamente competitivos”, asegura el empresario Atilio Benedetti, presidente de la compañía. En este orden, expresó que uno de los aspectos clave que tuvieron en cuenta en el despliegue de la inversión sobre el total de 110 hectáreas de este proyecto- fue el de lograr reunir las condiciones ambientales adecuadas para morigerar todo posible impacto en medio ambiente, desarrollando un sistema de tratamiento de efluentes con un sistema de lagunas sanitarias aeróbicas y anaeróbicas que no generen alteración; pero también se tuvieron en cuenta “los vientos dominantes, los drenajes naturales del lote, las posibilidad que debe tener un adecuado tratamiento de una granja de cerdo modelo, y creemos que estamos en el lugar correcto”, precisó Benedetti.

Inversión

Atilio y Ricardo Benedetti llevan adelante el proyecto familiar que nació hace 30 años y rememoran los momentos más difíciles de la empresa en este lapso, y consideran que uno de los secretos ha sido reinvertir sus utilidades y recurrir al crédito bancario más adecuado para cada momento. La conclusión del proyecto porcino de Tierra Greda implica cuatro etapas y una cifra que supera los $ 60 millones.

Para la primera se demandó 17 millones, de los cuales 10,4 millones fueron conseguido “a través de una entidad privada con fondos del Programa Bicentenario, que es un crédito interesante a 5 años y con una tasa acorde a un proyecto de este tipo del orden del 9,90 %, y que tiene un año de gracia”, expresa Atilio, para reforzar seguidamente que “2 de mayo pagamos la primera amortización del crédito y venimos construyendo esto con una gran prisa, con mucho trabajo y todavía estamos a 6 meses de producir, por lo que empezamos a repagarlo antes de lograr la primera venta, teniendo en cuenta que el proyecto global demandará al menos dos años para ponerse en funcionamiento”, reseñó.

Cerrar el círculo

La construcción del complejo demandó mano de obra de carácter local, así como el equipamiento y el armado, necesitó un estimado de unos 45 puestos nuevos para el proyecto terminado, a razón de un trabajador por cada madre.

Benedetti comienza su cadena en el despliegue primario de los granos, pasa por su propio procesamiento, lo que le permite producir unas 15 toneladas de alimento por hora en su complejo ubicado a unos 50 kilómetros de Gualeguaychú, obteniendo el insumo para alimentar las madres que fueron importadas de Brasil, con genética de primera calidad mundial y cierra con su participación minoritaria en la sociedad de seis dueños de un frigorífico ubicado a pocos kilómetros de Paraná Carnes del Interior- que faena unos 3.000 cerdos por mes. “Cuando comenzamos a diseñar este proyecto vimos la necesidad de incorporarnos a un frigorífico y desde hace siete años participamos en el proceso de comercialización”, advierte el empresario que aspira a conseguir el próximo año una producción de 2.000 cerdos mensuales. Cada madre podrá lograr un promedio de unos 25 lechones al año, lo que hará, en su momento de mayor expresión, que la Cabaña obtenga unos 50 mil cerdos al año. En términos de producción de carne eso es el equivalente a 6.000 toneladas al año.

CAMPO_P6B.JPG

“Estamos embarcados en transformar nuestros granos en carne porcina, y lo hacemos con muchas expectativas”, sostuvo Atilio Benedetti.

Foto: Gentileza

/// el dato

Los mercados

“El negocio se orienta hoy al mercado argentino, donde cada habitante consume, entre fresco y chacinado, menos de 10 kilos por año, consumo que en Europa, por ejemplo, es cuatro veces mayor”. El consumo de carne vacuna viene decreciendo, mientras que la carne aviar y porcina se mantiene en alza, con tendencia firme a futuro, por lo que las perspectivas son más que inmejorables.

Visión

El optimismo se apodera de Atilio Benedetti cuando habla de las perspectivas que tiene el mercado, ya que su visión del negocio es auspiciosa al considerar que “estamos en mejores condiciones de Brasil para producir mano de obra porcina, ya que mientras existan las retenciones, tanto para la producción de carne de pollo como para la carnes de cerdo tendremos un insumo barato. Cuando en Brasil la soja cuesta 100 acá cuesta 65, y cuando el maíz cuesta 100 en Brasil acá cuesta 80. Teóricamente, porque con las intervenciones del Estado cuesta menos aún, y esto sin contar que existe un desbalance lógico en el consumo de carne porcina. Esta es una realidad que vino para quedarse ya que la carne porcina es de calidad, saludable, magra y de menor valor que la carne vacuna”, describe el empresario.

Se está produciendo un cambio en el hábito de consumo, lo que también agrega potencial al sector, y Tierra Greda está libre de mycoplasma, status que sólo poseen otras dos empresas, y que le otorga un hándicap especial para mercados selectos.