Ganados y carnes

La inflación amenaza a los precios

CAMPO_P12.JPG

Novillo por 3. Según Iriarte, el precio de la hacienda, a valor constante, sigue siendo el más alto de la historia. Foto:Federico Aguer.

El precio de la hacienda, a valor constante, sigue siendo el más alto de la historia. Pero el alza de los costos amenaza su permanencia.

 

Ignacio Iriarte

Tres precios para el novillo en dólares: el primero, lo que recibe el ganadero si producida la venta quiere convertir el monto resultante en dólares libres: 1,68 dólar por kilo vivo. El segundo, el valor del novillo a través del tipo de cambio nominal: 2,08 dólares. Y el tercero, lo que le cuesta a la industria exportadora a través de un tipo de cambio recortado por las retenciones: 2,46 dólares.

Como el dólar a 4,45 pesos ya no se consigue, puede hablarse entonces sólo de lo que paga la industria (2,46 dólares) y lo que recibe el productor si quiere atesorar el producto de la venta (1,68 dólar). Una brecha del 46 por ciento. En un reciente seminario, un economista recomendó a los productores invertir el resultado de las ventas de grano o animales en insumos que todavía cotizan con el dólar comercial de 4,45 pesos.

Los precios de la hacienda, a moneda constante, actualizada la serie por un cálculo de IPC no adulterado, son todavía de los más altos de la historia. Pero están amenazados por la inflación (superior al dos por ciento mensual) y por la suba de los precios de los insumos.

Costos

Desde que empezó la suba fuerte del novillo (más de 170 por ciento desde noviembre de 2009), el costo del personal subió 86 por ciento; el de la pastura, 56; la confección de un rollo, 63; una hectárea de silaje de maíz, 49; el gasoil, 110, lo que arrastró el valor de los fletes.

El precio de muchos insumos está contenido por el ancla impuesta al dólar “comercial”, cuyo valor avanza bien por debajo de la inflación.

De producirse una devaluación significativa cosa que no está en los cálculos del Gobierno ni de ningún analista es posible que fuera contraproducente para el ganadero, porque en el corto plazo pagaría un mayor valor por los insumos, pero difícilmente se beneficiará con mayor presión de la exportación sobre el precio del novillo.

La exportación sigue complicada. Más allá de la baja en las retenciones a los termoprocesados, la combinación de un tipo de cambio atrasado con retenciones (15 por ciento) pone a la carne argentina fuera de competencia internacional. Hoy, el novillo (en gancho) vale 3,95 dólares por kilo, contra tres dólares en Brasil; 3,60, de Uruguay; 2,85, en Paraguay o 3,25 de Australia.

¿Tendencia a la baja?

En Brasil se ha acelerado la devaluación, y si bien no hay un derrumbe en las valores internacionales de la carne vacuna, hay una tendencia incipiente de los precios en el circuito “aftósico” a la baja.

Dentro de la cuota Hilton, que se incumplirá este año en unas 12 mil toneladas, el R&L ha caído a 14 mil dólares por tonelada, lo que refleja la recesión europea y la caída del valor del euro. Europa claramente está demandando menos carne y la está pagando menos que hace tres o seis meses.

Los bajísimos niveles de embarques argentinos de los últimos meses (15-18 mil toneladas mensuales) no parecen circunstanciales. Hay una pérdida fuerte de competitividad, que se agrega a los obstáculos que se ponen todavía por parte del Gobierno; hay menos empresas exportando, muchas ya han cerrado, y lo más conveniente es sin duda vender al mercado local argentino, que paga mejores valores que Rusia, Venezuela, Chile o el Norte de África.