Lo noqueó sobre la hora con gol de Barisone

Unión le metió otra trompada a Caruso

Después de dos derrotas abultadas -4 a 0 con Tigre y 3 a 1 con Newell’s- como visitante, el “Tate” volvió a ganar en el 15 de Abril “a lo Unión”.

Unión le metió otra trompada a Caruso

Desahogo y ahogo

De fondo, Frank Darío Kudelka suelta tanta carga acumulada con los puños apretados. En primer plano, sufre Caruso Lombardi por la primera derrota en Primera, desde que tomó San Lorenzo. La piña de Unión a Caruso puede ser de nocaut. Foto: Pablo Aguirre

 
 

Darío Pignata

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¿Dónde estará ahora esa vieja bandera de finales de los ‘80 y principios de los ‘90 que -colgada en el arco de “La Bomba”- avisaba a todos: “Los Barisone son de Unión” y hacía referencia a cuatro generaciones de familia bien tatengue? Algo tiene que ver este flaco con cara de bueno, nacido un 29 de mayo de 1989 que está a punto de apagar 23 velitas y que ayer se hizo el mejor regalo de cumpleaños en el arco de la Redonda.

¿Qué hacía ahí un zaguero a minutos de un final donde el resultado parecía sellado? Y donde los dos entrenadores, con sus cambios, empezaban a cerrar el partido por el miedo a perder. Lógico, por cómo viene San Lorenzo. Mucho más lógico porque como llegaba Unión, con siete goles en contra en dos partidos.

Si hay cuatro generaciones de Barisone en Unión, el pibe le rindió un homenaje a todas. Porque cabeceó como el “Fantasma” Ruiz en el ‘66, Victorio -¿hace falta poner Cocco?- o Marchetti en el ‘75, el “Robot” Alberto en el ‘79 o “Patita” Mazzoni en el ‘96.

La ambición en ir a buscar al área de enfrente, la ubicación y el perfecto gesto técnico del cabezazo son a la distancia mucho más de un viejo “9” adentro de la “18” que de un juvenil zaguero que está completando un puñado de partidos en Primera.

El grandote Migliore que había sacado varias con su físico de boxeador ruso no pudo hacer nada, ante un cabezazo inesperado de un jugador que no estaba en los planes de nadie. Mucho menos a tres minutos del final, cuando los libros marcan que a esa altura los zagueros deben quedarse en la cueva y no mandarse “a la carga Barracas” cuando el resultado sirve. Porque está claro que Unión ganó y ganó bien, porque fue el que generó las situaciones más claras. Pero cuando el reloj pasa los 40, lo que no se pudo ganar es mejor no perderlo. Y este Unión, de porfiado nomás, lo ganó porque lo quiso ganar aun sabiendo que -con la derrota de San Juan- el punto sumaba en el mismo momento que le restaba dos a San Lorenzo, otro vecino de los promedios a cuatro fechas del final de un calvario.

No hace falta aclarar que, contra el equipo de Tinelli, Barisone cerró ayer el mejor día de su vida. Un chico que, por cuestiones de ADN, llegó al club a los 4 años aunque nació tatengue desde la cuna.

“Estoy muy emocionado. Llegué a este club de niño. Esto es lo más grande que me pasó en la vida”, declaraba en caliente a la TV Pública el pibe Barisone, con lágrimas en los ojos, mientras el cemento del 15 de Abril temblaba con hinchas que no paraban de gritar y saltar.

Si bien los números le daban a Unión más oxígeno previo que a San Lorenzo no era fácil la empresa de Kudelka: tres titulares menos y justamente de los que tienen oficio para este tipo de partidos (Avendaño, el capitán; Cárdenas, con 150 partidos en el club; Donnet, con más de 100 juegos con la rojiblanca a bastones).

El técnico de Unión, como le gusta decir a él, tomó riesgos con jugadores de la casa de poco rodaje en este tipo de partidos finales en Primera: Barisone en la zaga, Maidana en la raya y Cavallaro en el medio. No son pibes ni niños pero sí elementos formados en las divisiones inferiores con apenas un par de partidos en la máxima categoría.

La doble excursión de visitante, primero en Victoria y después en Rosario, generaban la duda por naturaleza. Nada de puntos, siete goles y dos consecutivos 3-0 en el primer tiempo de cada uno de esos juegos. Para colmo, justo ahora, cuando las papas queman en la zona de fuego, Unión perdía por primera vez dos partidos seguidos en toda la temporada 2011/2012.

Así, con el grito guerrero de Barisone, Unión recuperó la hegemonía en su estadio en base a

 

 

/// SÍNTESIS

UNIÓN 1

SAN LORENZO 0

Unión: Enrique Bologna; Rodrigo Erramuspe, Diego Barisone, Nicolás Correa, Mauro Maidana; Juan Ignacio Cavallaro, Pablo Míguez, Sebastián Vidal, Jorge Velázquez; Paulo Rosales; Jerónimo Barrales.

DT: Frank Darío Kudelka.

San Lorenzo: Pablo Migliore; Pablo Alvarado, Nicolás Bianchi Arce, Jonathan Botinelli, Fernando Meza; Julio Buffarini, Néstor Ortigoza, Juan Manuel Salgueiro; Leandro Romagnoli; Carlos Bueno y Emmanuel Gigliotti.

DT: Ricardo Caruso Lombardi.

Gol: en el segundo tiempo, a los 42 minutos, Barisone (U).

Cambios: en el segundo tiempo, a los 13 minutos, Fausto Montero por Cavallaro (U); a los 19, Diego Jara por Barrales (U); a los 24, Gonzalo Bazán por Bueno (SL); a los 33, Alexis Fernández por Vidal (U); a los 37, Diego Martínez por Gigliotti (SL); a los 39, Gabriel Méndez por Romagnoli (SL).

Árbitro: Germán Delfino.

Estadio 15 de Abril.

mucha actitud, pelear cada pelota como si fuera la última y correr tres veces más de lo que se puede. Haciendo honor a aquella vieja frase de Oliva: “Una cosa es estar cansado y otra cosa es sentirse cansado”.

Con un poco más de puntería y algo de fortuna, Unión pudo liquidarlo en el primer tiempo. Pero apareció la figura de Migliore en toda su dimensión. Y lo embocó en el final, cuando Barisone se escapó del libreto del 0 a 0 y salió del molde del empate.

“Este grupo puede ganar o perder, pero siempre está bien de la cabeza”, contó el salvador Barisone. La frase puede usarse en doble sentido: 10 de los 19 goles de Unión en este Clausura fueron por testazos.

La semana que arrancó de manera bizarra para San Lorenzo, con el actual entrenador agarrándose a piñas en plena calle con un integrante del cuerpo técnico anterior (Fabián García), se cerró anoche con una mano de nocaut que lo dejó en la lona.

Con 46 puntos, el “Tate” puede ir soñando con tirar el protector: debe sacar 3 ó 4 de los últimos 12. San Lorenzo, por culpa de este Unión que le metió otra trompada a Caruso, escucha que le empiezan a contar: ¿se levantará o le pasará lo mismo que a River hace un año?

Unión le metió otra trompada a Caruso

La Bomba es un carnaval

El cabezazo de Barisone desató el grito más ruidoso en el 15 de Abril de los últimos tiempos. Ahora, con 46 puntos en la mano, se acerca la salvación para quedarse en Primera. Goza Unión con todo, sufre San Lorenzo como nunca. Foto: Pablo Aguirre

bajo la lupa

No hubo brillo pero

todos la tuvieron clara

Sin demasiado puntos altos de rendimiento, pero sí una gran predisposición de todos para recuperarse de dos derrotas consecutivas en base a despliegue y actitud. Sacando el susto del final con la que le quedó a Meza, Enrique Bologna (6) pasó una noche tranquila pero justifica el puntaje con esa atajada fenomenal.

En ese bloque defensivo zonal, tanto Rodrigo Erramuspe (5) como Mauro Maidana (5) se dedicaron exclusivamente a marcar, con cero excursión ofensiva. Si bien el esperancino la pasó peor con el mano a mano con Buffarini, compensó al final con su enganche y centro-gol para Barisone.

En la zona de medios, le costó mucho desequilibrar al pibe Juan Ignacio Cavallaro (5), más allá de algunas corridas en el inicio mismo del partido. Del otro lado, el zurdo Jorge Velázquez (5) también jugó un partido pensando en cerrar el carril más que atacar como en otras veces.

Por el centro, el mejor de los volantes internos fue Pablo Míguez (6), con pressing y mucho más adelantado llegó a posiciones de gol. Falló dos opciones, una increíble (la del primer tiempo). A su lado, Sebastián Vidal (5) ya se mostró mucho mejor que hace una semana en Rosario: cortó bien, sin arriesgar.

En cuanto a la posición de Paulo Rosales (6), el cordobés ofreció movilidad por todo el frente de ataque, metió un par de pelotas con su sello y toques de calidad.

Desde el banco y como recambio, ingresaron Fausto Montero (4), a quien le costó mucho entrar en ritmo de juego y no logró ganar en el pie a pie de su lado.

Finalmente, tanto el concordiense Diego Jara (-) como el siempre regular Alexis Fernández (-) estuvieron pocos minutos en el campo de juego como para merecer una calificación.

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El mejor

Sin dudas que el uruguayo Nicolás Correa (7) fue la gran figura a la hora de elegir un jugador de campo. A falta de Avendaño, fue el gran líder de la defensa. Se cansó de sacar pelotas de cabeza, borró a Gigliotti y no perdió ninguna dividida.

Foto: Luis Cetraro

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El goleador

El chico Diego Barisone (7) se terminó transformando en la figura determinante de la noche, con un cabezazo en el que por ambición y gesto técnico pareció más un “9” de área que un zaguero central. Formado en las inferiores desde los cuatro años, un gol de pura cepa tatengue para Unión.

Foto: Mauricio Garín

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Lo flojito

Le costó, esta vez, a Jerónimo Barrales (4) imponer esa potencia física. Cuando la gente se cansó y se escuchó el murmullo para que entre Jara, armó la única jugada de potencia en la noche y Míguez pateó a las manos de Migliore.

Foto: Mauricio Garín