Siguieron los tiros y un chico cayó herido

Andy Sanabria, fuera de peligro, está detenido e irá a la Justicia

José Luis Pagés

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Está fuera de peligro la vida de Fernando “Andy” Sanabria el joven que resultó gravemente herido en el marco de un confuso intercambio de fuego que tuvo por escenario las calles del barrio Santa Rosa de Lima, ayer a la mañana.

Este Sanabria deberá responder por el referido suceso además de otros asuntos que lo involucran en otras investigaciones que lleva adelante la Justicia santafesina de modo que apenas ingresó al nosocomio quedó internado y fue privado de la libertad.

El clima de violencia en este barrio de la zona oeste es irrespirable desde que en el amanecer del último domingo otro vecino, Mario Darío Díaz (44), murió junto a las rejas del hospital de niños Dr. Orlando Alassia como resultado de numerosos golpes además de heridas de bala y cuchillo.

A la muerte de Díaz siguieron tiroteos esporádicos que concluyeron ayer con las heridas sufridas por Sanabria a la mañana y a la noche por un menor de 14 años _J.G._, a quien las balas alcanzaron en las piernas cuando quedó atrapado, en medio de otro enfrentamiento.

Sin conexión

Sin embargo el orden cronológico de los hechos referidos y la proximidad de los escenarios no permite asociar estos episodios criminales, pero lo cierto es que lo ocurrido entre el domingo y ayer hace a la rutina de estas calles -donde a lo largo de los años- fueron numerosos los muertos y heridos como consecuencia de las guerras entre clanes.

El asesinato de Díaz, a quien habrían atacado dos vecinos _padre e hijo que fugaron en un automóvil de color rojo_, recuerda el brutal asesinato del joven Darío Beron, crimen consumado el 5 de mayo de 2011 no lejos de su casa ubicada en calle Mendoza al 4700, también en jurisdicción de la Subcomisaría 2a.

Díaz, era el padre de un joven que cumple condena por la muerte de Berón, fue agredido brutalmente a metros de su domicilio de Pasaje Braile al 2600. Alguien refirió que en ese lugar los atacantes descendieron de un automóvil rojo. Luego, cabe imaginar que esa u otra persona lo socorrió y _herido de muerte_, lo dejó junto a la reja del nosocomio sin atreverse a más.

Cuadro confuso

Posiblemente ese crimen llevó a ese sector del barrio Santa Rosa a los agentes de la división Seguridad Personal, que ayer a la mañana tropezaron con un cuadro habitual en un escenario donde el narcotráfico y otros negocios oscuros explican los frecuentes choques armados entre los distintos clanes delictivos.

Supuestamente cuando el personal de investigaciones que se conducía a bordo de un automóvil sin identificación advirtió que algunos desconocidos intercambiaban disparos de armas de fuego, entonces ocurrió que de un viejo Ford Falcon escapó Andy Sanabria quien cubrió su retirada con una temible pistola 11.25.

Luego de que Fernando Sanabria desapareciera a la carrera en un pasillo de calle Aguado al 2200, se escucharon numerosos estampidos y un poco más tarde el nombrado ingresó con laceraciones y graves heridas de bala al hospital público. Ahora este hombre se repone y a su turno será llevado a la Justicia.

Pero la situación lejos de aquietarse tras estos violentos episodios se agitó nuevamente apenas pasado el mediodía de ayer y en ese sector, comprendido en la jurisdicción policial de la Subcomisaría 2a., se dejaron oír los estampidos de las armas a lo largo de la tarde, según los propios vecinos.

El último episodio de estas características ocurrió anoche alrededor de las 22.45, cuando J.G., adolescente ajeno a dichos incidentes, fue llevado por su padre, desde su casa de Pasaje Braile y Aguado, hasta el hospital de niños. El muchacho había sido alcanzado por disparos en sus piernas.