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Cena de trabajo estéril en la UE

Fernando Heller - DPA

Cena de trabajo, cumbre informal o Consejo sobre crecimiento y empleo: ninguna de las definiciones refleja los resultados de la reunión que agrupó hasta la madrugada del jueves en Bruselas a los líderes de la Unión Europea (UE), enzarzados en debates conceptuales que no sirvieron para avanzar en la hoja de ruta anticrisis en Europa.

A pesar de que antes de la cumbre informal ya se anunció que no habría acuerdos concretos, la lluvia de ideas en que pretendía convertirse la cita de los líderes de los 27 socios apenas logró consensuar una declaración de apoyo a Grecia para que siga en el euro a cambio de más y duros ajustes.

“Me pregunto si, de verdad este tipo de reuniones tiene sentido”, aseguraba la pasada madrugada una fuente diplomática europea, citada hoy por el rotativo holandés “De Volkskrant”. “Todo ha sido demasiado previsible y frustrante”, agregó.

Aparte del regalo al paladar de la cena, las discusiones solo sirvieron para diseñar un método de trabajo de cara a la cumbre formal, donde sí se tomarán decisiones, de los próximos 28 y 29 de junio, que pone fin a la presidencia semestral danesa de la UE,según comentó el presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, convocante de la cita.

Prueba de que los mercados daban por descontado el fracaso de la minicumbre es que el cierre de la mayor parte de las bolsas europeos este miércoles, el euro alcanzaba su mínimo nivel de cotización desde 2010.

No hubo avances en el tema de la posible creación de eurobonos, como medio para mutualizar la deuda comunitaria y abrir un paraguas anticrisis de cara al futuro, debido a la negativa de la canciller alemana, Angela Merkel. Tampoco los hubo sobre la creación de una “tasa Tobin europea” a las transacciones financieras ni en otros puntos sustanciales del debate.

Y España, en el foco de atención de Bruselas, no logró ninguno de sus objetivos.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, no consiguió el visto bueno del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, para que la institución de Fráncfort intervenga en situaciones de emergencia en los mercados para rebajar los costos de financiación de socios en graves problemas.

Sus mensajes, al apelar a la solidaridad del BCE para conjurar el peligro de un posible naufragio de la economía española, no fueron oídos, y tanto Merkel como el resto de socios, además de la Comisión Europea y el Consejo de la UE, reclamaron que los países de la eurozona con problemas (sobre todo de déficit y deuda públicas) cumplan a rajatabla sus compromisos de ajuste.

“Lo que yo digo es de sentido común, es decir, todos los esfuerzos son importantes, hay que hacerlos, son buenos para la economía, pero hay algo que es capital: si las deudas públicas no se pueden sostener tenemos un problema. Pero eso es una decisión, insisto, que corresponde al BCE, que ya tomó en alguna ocasión”, comentó Rajoy.

Pero para Draghi y Merkel, de momento la barra de liquidez y la compra de deuda deben seguir cerradas. Para rebajar el impacto de la negativa de Fráncfort y Berlín, Rajoy comentó que la cumbre de este miércoles era informal y por lo tanto no se contaba con decisiones concretas. Además, reiteró su respecto por la independencia del BCE.

“No hemos debatido sobre el BCE, sólo se han expresado algunas opiniones”, comentó el presidente francés, Francois Hollande. Nadie atendió la llamada urgente de Rajoy para que el banco de Fráncfort pudiera tomar medidas por la “vía expres”, en 24 horas, en caso de ataques contra socios del euro.

España esperaba un espaldarazo, por lo menos verbal o moral, a las “medidas extraordinarias” tomadas en otras ocasiones por el BCE, entre ellas la adquisición de deuda pública en el mercado secundario o las inyecciones de dinero a bajo precio, pero se marchó de Bruselas con una dolorosa negativa por respuesta.

Con las dificultades que aquejan a los socios periféricos del euro, la declaración de apoyo a Grecia, rescatada dos veces por la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI), pasó casi desapercibida. “Queremos que Grecia permanezca en la eurozona y que al mismo tiempo respete sus compromisos (de ajuste)”, comentaba Van Rompuy.

Para Mariano Rajoy, la agenda de trabajo que debería tener la UE trasciende el debate ideológico o conceptual. Por eso dejó claro que en su opinión “mucho más importante” que hablar del “diseño futuro de la Unión Europea” es tomar medidas urgentes para frenar los ataques especulativos de los mercados, especialmente beligerantes contra su país.

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