SEÑAL DE AJUSTE

Donantes y condicionados

Roberto Maurer

Telefé y El Trece estrenaron dos nuevas ficciones con la cerrada diferencia de 24 horas. “El donante” es la feta de un emparedado: Telefé puso la flamante miniserie apretada entre sus dos exitosas ficciones y continúa sobrecargando su programación con novedades que forman una muralla protectora ante la llegada inminente de Tinelli, cuya reaparición sufre demoras. Por su parte, El Trece estrenó “Condicionados”, una tira con la cual espera reposicionarse nuevamente en el rubro luego de los fracasos de la temporada segunda de “Los Únicos” y un “Lobo” que recibió tempranamente el tiro de bala de plata.

Los gustos del público son volátiles y este año se inclinó por las tiras más convencionales y con romanticismo dominante, que estaría reemplazando a la tendencia hacia lo policial oscuro y espeso. Telefé dio el batacazo con “Dulce amor” y “Graduados”, tal vez más por lo que llamaríamos “el factor ruleta” que por la astucia de su gerencia de contenidos.

Semen para todos

Si bien el Estado argentino gasta mucho dinero en sostener una actividad criminal como el fútbol, también destina recursos a proyectos de ficciones para televisión como “El donante” (martes a las 22.15), donde la plata fue bien gastada. Se trata de una miniserie de 13 capítulos que fue ganadora del concurso Prime Time 2011 de Fomento TDA, impulsado por el Consejo Asesor del Sistema Argentino de TV Digital Terrestre (SATVD-T).

Rafael Ferro es Bruno Sartori, un cuarentón que, con su compinche Raúl (Carlos Belloso), en tiempos de estudiante se sostenía vendiendo semen a la clínica de su hermana Eva. (Muriel Santa Ana). “Todo sea por recibirnos y poblar la patria”, bromeaban. “Vienen demasiado seguido, piel y huesos van a quedar”, advertía Eva a su hermano y al que sería su esposo.

Ahora, Bruno es un empresario y viudo taciturno cuya existencia sufre una conmoción cuando aparece una joven de veinte años: “Me llamo Violeta, soy tu hija”, le dice. Su madre fue fecundada con aquel esperma que Bruno vendía en su juventud. En total, existirían otros 143 hijos de aquellas inseminaciones.

Decidida a conocer a su padre o padrillo donador, la muchacha ha llegado a Bruno luego de ejecutar exitosamente un plan que consistió en enamorar al sobrino para obtener la llave de la clínica y lograr la información sobre su origen.

Mientras Violeta razona que “técnicamente sos mi padre, así que yo soy tu hija”, su cuñado Raúl le dice “no es hija, es otra cosa”. Pero Raúl se inquieta por el destino de sus donaciones del pasado. No debe preocuparse, porque Ana le confiesa que, celosa, tiró el semen: “Tus espermatozoides se fueron por el inodoro, fue un acto de amor”.

“El donante” no pretende constituirse en una reflexión profunda sobre la identidad y las relaciones entre padres e hijos, o lo es desde la comedia liviana que, afortunadamente, prescinde de sermones aleccionadores. Se destaca una elaboración de moderno refinamiento y con recursos poco usuales en la ficción televisiva, como la pantalla partida, sobreimpresos y flashbacks, además de una lograda musicalización.

La familia porno

Al otro día El Trece estrenó “Condicionados” (miércoles a las 23), que sigue a “Soñando por cantar”, el único baluarte con el cual resiste el canal mientras aguarda a Tinelli. Es un producto de Ideas del Sur que fue creciendo con un éxito inesperado y donde lloran todos, todo el tiempo. Uno, en realidad, llora ante Mariano Iudica, que de movilero vulgar se convirtió en un conductor vulgar y sin ampliar su corto vocabulario. Su ascenso ha sido fulminante. Ahora, agrandado, grita más que antes, seguro de que allí está la base del éxito. El éxito también se consigue lamiendo los botines del dueño y así llegó Iudica a maestro de ceremonias. Ante una alusión al estilo “familiar” del programa, hizo la reverencia: “Es la línea que baja Marcelo, blanca y familiar, y estamos absolutamente bendecidos por participar”.

Después, finalmente, vino “Condicionados”, lo opuesto a la “línea blanca y familiar” que “baja Marcelo”. Pol-ka ha reemplazado su antiguo costumbrismo de barrio por desnudos frontales y una jerga obscena que nunca había sido escuchada en la tele. Es justificada: la historia se desarrolla en el mundo del cine porno y con la audacia propia del horario avanzado de su emisión. En realidad, el aspecto “familiar” existe y es el tema principal, sólo que se inscribe en el mundo del porno, ya que se describen los conflictos comunes, aunque potenciados por el ambiente, de una familia de telenovela formada por un director de cine porno (Oscar Martínez), su esposa (Soledad Silveyra), ex actriz del género, y un hijo y una hija inmiscuidos desde la niñez en la actividad de sus padres. La empresa familiar está en decadencia, pero Dicky se empeña en continuar filmando y su personalidad responde a la tipificación del artista-creativo y soñador-que-nunca-se-entrega. Su esposa Lorna quiere dejar el negocio y ambos viven un conflicto de pareja agravado por la llegada de una nena de once años, hija de Dicky, a quien vio dos veces en su vida y cuya madre está internada por adicta.

Al fin, podría ser el viejo costumbrismo de Pol-ka pero situado en un ambiente “licencioso”, una idea novedosa y original. A pesar de la crisis de la empresa, hay una emotiva celebración de su aniversario, y es el momento en que se desnuda lo que sería la nota falsa. Todos creen en lo que hacen y se conmueven con facilidad, como si pertenecieran a un almacén mayorista y no al negocio del porno. De todos modos, tanto candor es una licencia de la imaginación de esta miniserie que también cuenta con Leticia Brédice en un personaje de chiflada en el cual es inimitable. En “El donante” y “Condicionados” hay muy buenos actores de renombre y buenos actores sin renombre, reclutados del teatro.

La nota

En “Condicionados”y “El donante” , para Maurer, “hay muy buenos actores de renombre y buenos actores sin renombre, reclutados del teatro”.

Fotos: Gentileza Polka y Telefé

 

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