análisis

Estratégica, demorada, incompleta

Néstor Fenoglio

Al Antonio lo que es del Antonio: la obra que hoy inauguró el gobernador Antonio Bonfatti es estratégica y de alto impacto regional por donde se la mire. No se puede ni minimizar ni restarle trascendencia a esta obra, la más importante -junto con la 19- de los últimos años para nuestra región, en sus múltiples funciones de -por lo menos- enlace vial, circunvalación ágil y segura y protección contra inundaciones.

Los santafesinos iremos disfrutando sus beneficios evidentes de ahora en más, conforme se vayan incorporando progresivamente los nuevos usuarios, los automovilistas, y con la tranquilidad además de que la vía estará abierta y disponible todo el tiempo sin mayores restricciones.

La obra no sólo representa un alivio para la ciudad de Santa Fe, que así verá mejorado siquiera un poco el colapsado acceso norte por Blas Parera (una arteria asesina, al menos hasta hoy), sino que establece una vinculación diferente entre la capital y las rutas del oeste y del norte: Esperanza por ejemplo estará a un puñado de minutos, en tanto que se agiliza la conectividad con la 19 y con la autopista a Rosario, beneficio que será aún más visible cuando se complete el último tramo de la circunvalación, entre la Ruta 70 y la 11, a espaldas de Recreo.

Además, se avanza en la consolidación de las defensas contra inundaciones del anillo oeste. Esta obra, se sabe, es una hija culposa de las trágicas inundaciones del Salado (los argentinos solemos construir sobre cadáveres, casi nunca de modo preventivo) y su inauguración también es un visible acto de gobierno tendiente a cerrar parte de esa herida. Es una obra que brinda tranquilidad. Bonfatti tendrá en su mandato pocas obras para inaugurar de la magnitud e importancia estratégica que tiene la que hoy habilitó.

De tanto inaugurar cualquier cosa y varias veces -mal generalizado y sin banderías políticas ni geográficas-, las inauguraciones se vulgarizaron y se desjerarquizaron. Todos los cortes de cintas son “lindos”; éste además tiene peso propio y proyección en el futuro.

Después están las otras partes indeseables de la inauguración, en menor jerarquía que su carácter estratégico, pero -al César lo que es del César- necesariamente señalables.

Una es la increíble demora en inaugurar -aun con faltantes- una obra que ya estaba casi terminada al final del mandato de Obeid... hace cinco años. El socialismo, por distintos inconvenientes, no pudo pintar, poner señales y final de obra durante toda la gestión de Binner.

Hay que recordar que la gestación de la circunvalación-defensa es de 2003, con Reutemann, que el grueso de la construcción se dio en la gestión de Obeid y que todo este tiempo se “estiró” hasta lo inexplicable la apertura al tránsito vehicular sin restricciones ni de tipo de vehículo (hasta hoy sólo podían circular camiones) ni de horarios (hasta hoy sólo era diurno) ni de días (hasta hoy, sólo los hábiles). Desde ahora, al menos el tramo habilitado, es para todos, a toda hora, todos los días del año.

El otro punto, una continuidad del anterior, tiene que ver conque todavía no tiene fecha -uno presume que será dentro de esta gestión- la finalización del último tramo, el que dará por terminada la obra y que podrá poner un camión paraguayo que viene por la 11 directamente sobre el corredor bioceánico de la 19 o sobre la autopista a Rosario (etc.), sin tocar Recreo o Santa Fe. Es vital que se logre ese enlace, que luego será funcional a cualquier otra alternativa.

Con esta obra, Santa Fe tendrá todavía más motivos y deberes hechos para reclamar las demoradas respuestas nacionales para la 11 -por lo menos en su primer tramo, Santa Fe-San Justo- y la 34. Lo dicho: al César lo que es del César.

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Bonfatti tendrá en su mandato pocas obras para inaugurar de la magnitud e importancia estratégica que tiene la que hoy habilitó. Todos los cortes de cintas son “lindos”; éste además tiene peso propio y proyección en el futuro.