Tercer triunfo consecutivo

Facundo Cimadevilla a punto de abrir a sus backs, ante la atenta mirada de Pablo Brusa, Ramiro Dolfo, Axel Rumscheidt y Juan Manuel Fernández (caído).

Foto: Pablo Aguirre

El valor de una victoria

CRAI se dio el gusto de dejar sin invicto a Duendes, convirtiéndose en líder del grupo A. Hubo un contenido equilibrado y un final emocionante.

César Miño

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Con una producción que alternó virtudes y defectos en cantidades cuasi análogas, CRAI venció a Duendes Rugby Club por 15 a 13, prolongando el invicto y despojando a su vencido de esa condición y también de la vanguardia de la Zona A de la instancia clasificatoria del Regional del Litoral 2012, organizado de manera conjunta por las tres principales uniones de nuestra zona.

Quizás la mejor manera de introducirse al partido disputado en la agradable tarde de la víspera a la vera de la autopista ante un buen marco de público, es señalando primeramente que el festejo final pudo haberse direccionado para cualquiera de los protagonistas.

Y en segundo término, expresar que el campeón-defensor rosarino, tal como aconteció en las dos fechas precedentes, presentó una alineación remozadísima, producto de la notable cantidad de ausencias, provocadas fundamentalmente por lesiones, amén de algún período de descanso otorgado a quienes tuvieron “mayor rodaje” en tiempos recientes.

Pese a ello, Duendes Rugby Club demostró frente al que bien puede signarse como el adversario más severo de este grupo clasificatorio, que el recambio posee atributos evidentes como para asegurarse un futuro promisorio.

El desarrollo

Aclaraciones mediante, el encuentro estuvo muy por debajo de lo esperado: fundamentalmente, porque le faltó continuidad y precisión, en un contexto de marcada equidad, en el que -una vez más-, las defensas se llevaron los mayores reconocimientos.

El primer tiempo desandó por ese contexto, en el que se destacó el orden colectivo e individual de los rosarinos, lo que propendió a frustrar una y otra vez los desordenados intentos santafesinos. La sensación que imperó en ese lapso, es que CRAI fue demasiado cauteloso, ya que cuando arriesgó en busca del timing adecuado, fue cuando generó las mejores (y escasas) situaciones ofensivas.

El 5 a 3 en favor del anfitrión con el que se cerró la etapa, es un reflejo bastante acabado de lo expresado hasta el momento.

El complemento

El segundo tiempo tuvo un desarrollo algo superior al precedente, porque aparecieron ciertos espacios que permitieron mayor movilidad de ambos lados. Duendes denotó la capacidad de sus jovencísimos backs y CRAI tuvo en Francisco Escobar Cello a su elemento de desequilibrio, el que ayer cobró especial valor, ya que su destacado accionar se volcó en función de equipo, con todo lo que ello significa en este deporte.

De todos modos, el equilibrio se mantuvo en el trámite y en el marcador. Hubo un ensayo por bando, estableciendo la igualdad en 10; mientras que más allá de la mitad de la etapa, un penal de Araujo estableció el 13 a 10 en favor del visitante.

Luego, a dos minutos del cierre, un try del citado Escobar Cello, que al igual que todos los envíos a los postes que ejecutó durante el partido no pudo ser convertido por el errático apertura local, Salvador Damiani, colocaron el 15 a 13 en favor de los santafesinos.

De película...

Para el cierre, quedó una sucesión de acciones que, amén de otorgarle emoción al epílogo, pudo haber modificado el marcador final. Todo se inició de una imperfección santafesina, que derivó en un penal bastante factible.

El kick rosarino se estrelló en el travesaño y el rebote fue recepcionado por Joaquín Reynoso, quien cometió un knock-on que conllevó al consiguiente scrum. El referee consideró que en esa formación hubo una infracción santafesina, otorgándole un free-kick a los rosarinos, que inesperadamente decidieron ejecutar un drop casi del mismo sitio, sin tomar una distancia de “protección” hacia atrás.

Ocurrió algo lógico: el kick fue tapado. Sin embargo, el largo rebote cayó en manos del apertura visitante, que intentó otro envío de sobrepique, que fue sapientemente tapado por la oportunísima reacción santafesina.

La acción culminó con la recuperación de la pelota y un posterior penal visitante, que permitió que en tiempo adicionado, CRAI pudiese consumar un triunfo que no sólo se cotiza en lo matemático, sino que seguramente fortalecerá aún más al grupo desde lo anímico, atendiendo al adversario en cuestión -aún tratándose de un Duendes disminuido.