/// EL INVITADO

Reflexiones por el día del periodista

Darío Orlando Sager

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A más de 200 años del hecho fundacional del periodismo argentino -la primera publicación, un 7 de junio de 1810, de La Gazeta de Buenos Ayres, dirigida por Mariano Moreno-, la actividad sigue siendo tan difícil o más aún que en aquel entonces. Al menos para quienes la ejercen comprometidos con la realidad y al servicio de la gente, priorizando el Generalmente esta profesión produce odios y amores, admiración y antipatía, y tal vez esté bien que así suceda. Muy triste sería que pase desapercibida, porque ello estaría significando que esa labor es intrascendente. ¡Nada peor podría ocurrirle a un periodista!

Periodismo es sinónimo de protagonismo y participación. Es estar todos los días desde las páginas de los diarios, los micrófonos de las radios o las pantallas televisivas. Esa actitud de vida y servicio no debe perderse jamás, y tiene que realimentarse permanentemente afianzando el capital más valioso que poseen los periodistas: la credibilidad.

Felizmente existen medios de comunicación dispuestos a brindar la oportunidad para que los periodistas puedan expresarse libremente. Esta diversidad ayuda a que cada uno de los receptores de las noticias forme su propia opinión. Claro que respetando la de los otros, en el marco tolerante y pluralista que implica la convivencia en una sociedad democrática.

De este modo, el receptor de los mensajes mediáticos construye su propia lectura de la realidad, al hacer una selección en la multiplicidad de informaciones que recibe cada día. Lo hace evaluando medios y periodistas, a través del particular tratamiento que cada uno ofrece sobre determinado tema. Ser un lector, oyente o televidente crítico, conlleva el análisis y la reflexión necesarios para llegar a comprender más de lo que intenta trasmitirle quien informa. Nadie desconoce que el desarrollo del pensamiento crítico se forja en un largo y sistemático proceso de planteos e interrogantes. Porque ni los periodistas ni los medios son los únicos constructores de la realidad. Tampoco quien ejerza seriamente esta profesión, puede pretender imponer una versión unívoca de la realidad, ya que ésta es multiforme.Tal vez ahora como nunca prolifera todo tipo de periodismo, y es importante que así ocurra, porque permite comparar, seleccionar y elegir. El imperativo de los tiempos indica por sobre todas las cosas, que el periodismo y los periodistas deben estar al servicio de la comunidad.