EDITORIAL

Siria, encerrada en un trágico laberinto

Después de las recientes masacres perpetradas por el régimen sirio, da la impresión de que las palabras están de más, porque todo lo que se debía decir ya se dijo. Instituciones de derechos humanos, organismos internacionales como la ONU o la propia Liga Árabe, intelectuales, religiosos y gobiernos de los más diversos signos, han condenado la represión y el salvajismo de la dictadura alauita, pero nada de ello parece mover el amperímetro de un régimen que ha decidido sofocar a sangre y fuego a toda oposición religiosa y laica.

Tribuna de opinión

Despenalización de la droga

El tema de la despenalización de la droga es un tema que merece una seria y comprometida reflexión. No se trata de una cuestión académica o de solos derechos privados que puedan quedar en planteos teóricos, sino de reflexiones orientadas a clarificar principios de acción, sobre todo en el ejercicio de la autoridad pública. Las determinaciones que se tomen hacen tanto a la vida y salud de las personas como al bien de la comunidad en su totalidad. Estamos ante una cuestión que no pertenece a la esfera sólo de lo privado, sino que hace al bien público de la sociedad. Creo que esta primera aproximación es importante para definir el alcance y las consecuencias de una posible despenalización de la droga.

AL MARGEN DE LA CRÓNICA

A misa desde el celular

La tecnología se hace cada vez más presente en nuestra vida cotidiana, afectando la manera en la que nos informamos, nos entretenemos y trabajamos.

Fundéu bbva

“Las Fallas”

El erebo

Aquí estamos. Hemos atravesado los pantanos y ahora caminamos hacia el sitio donde el Aqueronte recibe las aguas de la Laguna Estigia. Nos encontramos a un paso del Erebo: allí los difuntos “duermen en la muerte” presa de sus tormentos. Gobierna Hades, rey de los infiernos y dios de los muertos. Buen comienzo, pero el Niño ha levantado una ceja. Por fortuna sabe que no soy un intelectual “sentado detrás de su escritorio”. De todas maneras, parece adivinar mis pensamientos. Sabe también que no escribo para cerebros narcotizados y que, como todo el mundo, soy a un tiempo víctima y culpable.

De agroquímicos y agrotóxicos

Con la lengua afeitada