al margen de la crónica

Tecnología al servicio de la salud

Una aplicación de Apple para detectar comida “no segura” en China rompe récords de descargas pues detalla a sus más de 200.000 usuarios “marcas peligrosas” de alimentos y sitios en los que existieron problemas.

La aplicación muestra miles de productos denunciados por infligir la seguridad alimentaria, además de valorar el riesgo potencial de consumir cada artículo.

Bajo el nombre, “Guía de Supervisión de China”, sólo en tres días se convirtió en la número uno del país en ser descargada y encabezó la lista de las “app” preferidas del sector médico.

Su inventor, un gerente de productos de Software de Seguridad de Internet de Kingsoft y que no reveló su nombre, manifestó la frustración que sintió cuando su hija le preguntó por qué ya no podía consumir gelatina cuando los medios de comunicación chinos revelaron que en su elaboración se empleaba “cuero como para los zapatos”.

“Es muy triste que no podamos dar a nuestros seres más queridos comida segura”, comentó, “y por eso decidí hacer algo por mi cuenta antes de morir intoxicado”.

Así mismo, destacó que “podemos ser buenos en proyectos de aterrizaje a la luna y superordenadores, pero no podemos arreglar el problema simple de la mesa. Este es un país sin equilibrios”.

Y añadió, “ningún negocio fue condenado y ningún funcionario renunció después los escándalos sobre seguridad alimentaria. Este es un país sin responsabilidad, así que tenemos que ayudarnos a nosotros mismos. Confío en que más personas puedan usarlo aunque quisiera que la aplicación no fuera necesaria y la comida fuese segura”.

Sin embargo, esta no es la primera vez que un ciudadano chino trata de afrontar los problemas que originan en dicho país los fraudes alimentarios.

En junio de 2011, Wu Heng, estudiante de la Universidad de Shanghái, colgó en su página web una lista de más de 2.400 violaciones a la seguridad alimentaria.

De hecho, en los últimos años, en China el problema de los alimentos se ha vuelto algo serio, ocasionando un elevado número de víctimas fatales. Uno de los casos más famosos fue en 2008 cuando decenas de firmas lácteas contaminaron leche infantil con un químico tóxico llamado “melamina” que afectó a 300.000 bebés y causó la muerte a seis.

En 2011 se denunciaron varios casos de venta informal de “aceite de alcantarilla”, como se conoce el reutilizado del sobrante de las cocinas de los restaurantes, que se comercializa en el mercado negro.

El gobierno chino lanzó poco después una campaña nacional para contrarrestar estas malas prácticas y en febrero de 2012 anunció que los comercializadores del “aceite de alcantarilla” podrían ser condenados a la pena de muerte.

Pero, los escándalos continúan y el pasado abril se decomisaron más de 3.200 toneladas de un nuevo tipo de ese “aceite”, producto de la grasa descompuesta de animales y de sus órganos internos.