La institución Juan José de Urquiza obtuvo el 2º premio en Vivalectura 2012

San Jorge: la escuela 271 logró contagiar la pasión por los libros
 

Objetivo. Acercar diariamente los libros a los chicos fue una experiencia muy motivadora.

San Jorge: la escuela 271 logró

contagiar la pasión por los libros

Leer en voz alta y convertir a la familia como mediadora de distintas lecturas posibilitó que el proyecto “Leer te abre la cabeza” -incluye la ponencia “Yo era el rey de mi universo hasta que llegué a la escuela”- pueda sostenerse. Tras asesorar a los adultos, se formó una red entre padres donde compartieron las experiencias que vivieron cerca de los libros.

 

De la redacción de El Litoral

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La escuela 271, Juan José de Urquiza, de San Jorge (departamento San Martín), obtuvo el segundo premio (mención de Honor en la categoría Escuelas) en la convocatoria Vivalectura 2012. Este premio es otorgado por el Ministerio de Educación de la Nación, Fundación Santillana y la Organización de Estados Iberoamericanos, el monto entregado asciende a $ 8.000 y está destinado a ser invertido en la compra de libros.

La ponencia presentada se titula “Yo era el rey de mi universo hasta que llegué a la escuela”. Este proyecto “surge a partir de la convicción de que la escuela está muy lejos de contribuir a la formación de lectores. Hoy, pleno siglo XXI, la literatura pierde su pulseada frente a manuales o libros de lectura que funcionan como tentáculos del mercado a través de textos adaptados que responden a fines pedagogizantes. ‘El corral’ del que hablaba Graciela Montes sigue existiendo, en forma encubierta o no; la ficción queda librada así a un fin utilitario que responde a prácticas curriculares; la lectura resulta de esta manera un simple acto mecánico de decodificación de fonemas despojando al lenguaje de la carnalidad que lo sustenta y respondiendo a la moral imperante. A través de la lectura en voz alta todos los días, de la transmisión cuerpo a cuerpo del goce que despierta un libro y de la transformación de la familia como mediadora de lectura es que el proyecto ‘Leer te abre la cabeza’ pudo sostenerse en el tiempo y abrir la primera puerta del corral”, relató Carina Suppo, responsable del proyecto y docente de la institución educativa. Lo innovador de esta propuesta es que “asesoró a las familias acerca de la literatura que le podían leer a sus hijos, formándose una red entre padres donde compartían las vivencias de cada experiencia que llevaban a cabo. Esta iniciativa comenzó en 2008 y aún se sostiene”, agregó la docente.

Ejemplo movilizador

Esta propuesta comenzó a concretarse con “mis alumnos de segundo grado y se transformó en un proyecto institucional que movilizó a otros docentes y a otros grados de la escuela Fiscal 271 Juan José de Urquiza”, remarcó Suppo.

Se implementó en el ámbito escolar pero también tuvo extensión a la comunidad, ya que los niños contaban con un espacio semanal en la radio local FM 102.7. “Ellos salían a interceptar a la gente en la calle y nos reuníamos con los papás en la Biblioteca Popular Rivadavia’’.

Con esta iniciativa, se quiso “crear un espacio donde los niños vivencien la literatura a través de encuentros gozosos con los libros, permitiendo que cada uno encuentre un espacio íntimo que tienda a la construcción de la identidad y a la apertura de otras socializaciones reconociéndose en la susceptibilidad que encierra el texto leído o escuchado; como así también, reafirmarse como personas al comprender que leer es un derecho tan trascendente como los demás, es la puerta a un mundo mejor”. Para lograr este propósito, “entendíamos que el trabajo con las familias era fundamental, ya que creemos que una alfabetización literaria tendrá resultados perdurables en el tiempo sólo si el entorno familiar provoca una implicancia emocional de ese lector en formación”.

Este proyecto también provocó un fuerte impacto “en la ciudad, ya que la lectura empezó a tener un lugar importante y se crearon distintos espacios: un café literario; un rincón de lectura infantil denominado El Andén; se formó un grupo de abuelas cuentacuentos dependiente de la Fundación Mempo Giardinelli y se implementaron talleres de lectura barriales, fundamentalmente, en las zonas periféricas”. Quizás, el aspecto más importante de este proyecto “fue la formación de la familia como mediadora de lectura”, agregó la docente.

Es que este objetivo se pudo concretar gracias a “la orientación que recibió el grupo familiar por parte de la institución, para que acompañen a sus hijos en la animación a la lectura y a través de la convicción de que leer los introduce en la cultura a la cual pertenecen, los hace partícipes de una creación colectiva pero también les permite profundizar y ensanchar su mundo interior a través del desciframiento emocional del lenguaje que se abre ante sus ojos”. Además, “se pudo comprobar que cuando se transmite el deseo de leer no hay límites sociales, el contagio se disipa de una manera progresiva y asombrosa”, concluyó con mucho entusiasmo Carina Suppo.

San Jorge: la escuela 271 logró contagiar la pasión por los libros
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Muy valioso. Los alumnos buscaban los textos y se reunían en ronda a compartirlos.

San Jorge: la escuela 271 logró contagiar la pasión por los libros

Cada uno a su turno. Los chicos elegían el cuento que más les gustaba y lo leían en voz alta.

Un incentivo.

La mención fue recibida con mucha emoción por la comunidad educativa y la de San Jorge, ya que con la misma se podrá concretar el sueño de que cada salón cuente con su biblioteca. Además, “es un incentivo para que otros docentes ‘siembren la semilla del deseo de leer’, como lo expresara Mempo Giardinelli, ya que leer es el único secreto para transformar”, remarcó Carina Suppo, responsable de este proyecto.

Alentador.

Docentes y alumnos disfrutaron de esta propuesta que compartieron con sus pares.

Fotos: Escuela 271

/// EL DATO