Unificación de los códigos civil y comercial y despenalización de la droga

Arancedo insistió en reclamar

prudencia y diálogo al Congreso

El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina advirtió sobre el apuro en sancionar normas que pueden significar saltos al vacío de la sociedad. Pidió respetar la historia y la cultura del pueblo argentino.

De la redacción de El Litoral

polí[email protected]

“Estamos dispuestos a conversar, a debatir, a exponer nuestras razones pero a los políticos y a los medios de comunicación los veo como dentro de una ola. Me parece que falta pararse y analizar más fríamente los temas” señaló monseñor José María Arancedo ante los debates que el Congreso de la Nación lleva adelante sobre la unificación de los Códigos Civil y Comercial y sobre la despenalización de la droga.

El arzobispo de Santa Fe y actual presidente de la Conferencia Episcopal Argentina marcó las fuertes diferencias de la Iglesia sobre ambos temas al participar anoche en el ciclo de Mensaje Directo que se emite por C&D donde también señaló que “nos duelen los hechos” en relación a lo ocurrido con el renunciante obispo de Merlo - Moreno, Fernando Bargalló y a un reciente suceso ocurrido con un religioso que estaba destinado en nuestra ciudad. En ambos casos se rompieron los cánones de comportamiento religioso previstos en la Iglesia Católica.

Arancedo no dejó de reconocer que en el proyecto de Código “hay cosas importantes, valiosas, pero hay otras que implican cambios de valores, de vida. Hoy hay un salto al vacío” señaló en relación a los artículos que refieren a los cambios en instituciones familiares pero también en métodos de procreación, por ejemplo.

“La propuesta de reforma del Código Civil, como marco básico que regula la vida del hombre y sus relaciones en la sociedad es un tema que nos compromete a todos. No podemos permanecer indiferentes ni ser espectadores de decisiones que nos involucran y requieren de una amplia participación federal y reflexión. No caben urgencias en temas de tanta trascendencia”, señaló Arancedo. Acotó que el Código al definir obligaciones y derechos de personas e instituciones no es algo neutro y exigió que tenga “en cuenta la riqueza de tradiciones e instituciones jurídicas como principios y valores que hacen a nuestra vida e identidad”.

Tanto en éste tema como en la despenalización de la droga, opinó que “hay algunos sectores ideologizados que tienen más claro el camino; otros no y se suben a la ola y caminan sin ver”.

Advertencia sobre la droga

El arzobispo local aconsejó que “el tema de la despenalización de la droga es un tema que también merece una seria y comprometida reflexión. No se trata de una cuestión académica o de solos derechos privados y que pueda quedar en planteos teóricos, sino de reflexiones orientadas a clarificar principios de acción, sobre todo en el ejercicio de la autoridad pública”. Aclaró que la cuestión “no pertenece a la esfera sólo de lo privado, sino que hace al bien público de la sociedad”.

El religioso señaló que se maneja con mucha ligereza en estos casos el concepto de drogas blandas y drogas duras, como queriendo disminuir su nocividad o asimilarlas a otras adicciones y afirmó que “desconocer, o minimizar, las consecuencias irreparables que su uso implica, es un modo de complicidad pasiva con su consumo”. Hizo notar que sociedades que ya recorrieron ese camino, hoy han vuelto hacia atrás al advertir sobre las consecuencias que tuvo esa despenalización especialmente en países europeos.

También hizo hincapié que la población más vulnerable es la juventud, y en especial la de barrios carecientes. “La droga en nuestros barrios, como dice la gente que trabaja en ellos, está de hecho despenalizada” admitió.

“Hay una dejadez y complicidad. Tenemos que despertarnos como sociedad y no tener temor a enfrentar el tema” dijo sobre el final.

Arancedo insistió en reclamar prudencia y diálogo al Congreso

“No caben urgencias en temas de tanta trascendencia”, advirtió el prelado.

Foto: Luis Cetraro

“El celibato no es el gran problema de la Iglesia”

Monseñor Arancedo reconoció que “ha habido defecciones que opacan, que duelen” en relación a religiosos que protagonizaron situaciones no permitidas en cánones del catolicismo como, por ejemplo, el ex arzobispo Bargalló filmado y fotografiado en una playa del Caribe con una mujer. No obstante instó también a mirar el testimonio diario de cientos de sacerdotes “un testimonio vivo de entrega, amor, recorriendo la ciudad, las localidades del interior. Doy gracias a Dios por los sacerdotes que tengo”, señaló.

Ante una pregunta respondió que “no es un problema de formación; falló el sacerdote, falló el cristiano, pero antes falló el hombre”, advirtió.

El actual presidente de la Conferencia Episcopal Argentina opinió que el tema es más profundo que el debate sobre el celibato.

“El celibato no es el gran problema de la Iglesia, está más en el orden de la seriedad con la cual se asume el compromiso. No es que no se dé el debate del celibato, en determinados niveles de trabajo se discute, se habla, pero el celibato siempre gana como estilo de vida; de entrega totalizante a lo que es una vocación”, concluyó.