Al margen de la crónica

Manteca al techo

América Latina desperdicia un 30 por ciento de los alimentos que produce por mal manejo de sus cadenas de conservación, transporte y consumo.

Esta fue la conclusión a la cual llegó la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

“En algunos mercados esa merma llega al 40 por ciento”, agregó el representante regional de FAO para América Latina y el Caribe, Raúl Benítez.

La situación, que implica perder miles de toneladas de nutrientes cada año, ocurre en una región que produce más alimentos de los que necesita, pero donde aún 50 millones de personas padecen hambre.

Algunas de las situaciones más difíciles suceden en Haití, Honduras, Guatemala, El Salvador, Bolivia y Paraguay, países con niveles de pobreza superiores al 40 por ciento de la población.

“El problema está en el acceso a los alimentos, debido a las inequidades que existen en la distribución del ingreso”, explicó Benítez.

Sobre lo mismo, ahondó que además hay sectores que necesitan una atención especial como los pueblos indígenas, donde la inseguridad alimentaria es tres veces mayor que el promedio de la población.

En esa perspectiva, abogó por reducir las pérdidas de alimentos e incrementar su producción, en especial en aquellos países que son importadores de éstos, como las naciones del Caribe y Centroamérica. Al respecto, sostuvo que los planes nacionales de desarrollo agropecuario “tienen que ser un traje a la medida” que respete las particularidades de cada país.

Asimismo, en cuanto a los desafíos generales de la región, observó que es necesario realizar esfuerzos de políticas públicas a niveles productivo y social. “Es importante que los modelos de producción de alimentos sean más sostenibles social y ambientalmente”, apuntó. Luego, reiteró la importancia de insistir en el objetivo de eliminar el hambre en el continente para 2025.

“Yo lo veo muy posible, el tema está en la agenda política y social”, dijo. “A futuro hay una tendencia a la baja en los precios de los alimentos y la producción ha venido creciendo”, agregó.

Según este mismo informe, el alza de los precios de los alimentos que estalló en 2008 habría favorecido especialmente a las economías sudamericanas productoras de alimentos, con aumentos en sus ingresos y tributos. Ese sería el caso de países como Uruguay, Brasil, Argentina, Paraguay y Chile.

En Centroamérica, asolada por sequías que dejaron en el pasado 400 muertos sólo en Guatemala según cifras de su gobierno, la situación alimentaria es más precaria.

Por otro lado, la FAO informó que los precios de los alimentos en el mundo registraron en junio su tercer mes consecutivo a la baja, perdiendo 1,8% con relación a mayo, para situarse en su nivel más bajo desde septiembre de 2010.

El índice de la FAO de precios de alimentos se sitúa en un promedio de 201 puntos, cuatro menos que en mayo. Dicho índice es en torno al 15 % inferior al máximo registrado en febrero de 2011, el más alto desde que la organización con sede en Roma empezó a comparar los precios de los alimentos en 1990.