Adictas a la tecnología

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El Día del Amigo se acerca, pero las amistades parecen estar cada vez más lejos. La tecnología avanza a raudales, y el modo en que las mujeres la utilizamos genera nuevos hábitos de consumo que, al igual que una moneda, tiene dos caras: puede facilitar la vida o convertirse en una adicción y distanciar los afectos. En adelante, los pros y los contras de un hecho que ya afecta a todos y a todas.

TEXTOS. GEORGINA LACUBE

La tecnología llegó a nuestras vidas para quedarse, y saber encontrar el límite es una de las claves para no caer en las tecno-adicciones.

“Así como el rol de la mujer ha ido modificándose con el correr de los años, la tecnología sin dudas ha ido avanzando hasta convertirse en motor de cambio social”, explica Rocío Posadas, gerente de Consumo Intel Cono Sur. En el mismo sentido, complementa la Licenciada Inés Valdez, “antes, la mujer era sólo ama de casa, cuidaba a los chicos, cocinaba para la familia y el único contacto con la tecnología tenía que ver con los electrodomésticos. Ahora, las mujeres ocupan otros puestos y roles dentro de la sociedad. La posibilidad de formarse y escalar posiciones en el trabajo la ligan de lleno con la tecnología. Computadoras, celulares, agendas electrónicas y ipads pueden ser utilizados a diario por el género femenino. El problema está cuando el uso se convierte en abuso, cuando la vida real se ve suplantada por la virtual”.

Y aquí es donde entra en juego el Día del Amigo que se aproxima. La aparición de las redes sociales, (con Facebook y Twitter como máximos referentes), hizo que la mayoría de las personas encontraran un medio más por el cual estar comunicados, ya sea para contactarse con parientes que se encuentran en el exterior, conocer gente nueva como posibles parejas, o reencontrarse con personas que hace mucho que no veían. El problema es que, lo que en esos ámbitos se denomina “amistad” parece menospreciar la verdadera unión de amigos, y las relaciones interpersonales ya no parecen tener el peso que tenían antes. Hoy en día, cualquier persona es amiga de cualquier otra persona, que en la mayoría de los casos ni conoce personalmente, y hasta con los verdaderos amigos la comunicación muchas veces pasa por un simple “me gusta” o por un tweet.

Continúa Valdez: “Hoy en día, todo lo podemos hacer por Internet: las compras del súper, pedir ropa a Estados Unidos, comprar accesorios por Facebook, en fin, lo que sea. Cada vez la mujer ve más canales tentadores en la web y eso lo facilita la tecnología. El uso de Blackberry también tiene mucho que ver. La mujer es una fiel consumidora de este dispositivo y el beneficio del bb chat también”. Todos estos son -aún más- motivos válidos para que pase horas y horas frente a una computadora sin los vínculos reales necesarios para nuestra sanidad física y mental.

Pero, ¿qué pasa cuando los vínculos, ya sean familia, pareja o, en este caso, amigos, se ven afectados por la tecnología? “En esta forma particular de adicción, se observa la tendencia al aislamiento y a la ilusión de estar acompañada y comunicada, creencia que va en desmedro de cualquier tipo de vínculo real”, nos cuentan Inés Olivero, Licenciada en Psicología y Presidenta de FUNDAPAP (Fundación para la Asistencia de Personas Adictas a Personas), y Mónica Pucheu, Médica especialista en Psiquiatría y Secretaria de FUNDAPAP.

“En la mujer, se deteriora su potencial receptivo (calidez y ternura) dada la concentración que requiere la tecnología, que captura el tiempo para disfrutar de sus cualidades afectivas fundamentales, como el contacto amoroso y la escucha atenta de sus seres queridos o el beneficio del abrazo y el encuentro físico.” En contraposición, y en defensa de la tecnología, la Licenciada Susana Darin, Secretaria Técnica de la Facultad de Tecnología Informática de la Universidad Abierta Interamericana, expone: “El problema se genera por el mal uso. Las tecnologías son facilitadoras. Las internautas pueden utilizarlas en busca de entretenimiento, información, conocimiento, aprendizaje, interacción con otros, sin necesidad de convertirse en adictos.”

UN TESTIMONIO

“Las conductas adictivas tienen, en general, un trasfondo depresivo”, expone Cristina Meyrialle, Licenciada en Psicología y Coordinadora del Curso de extensión universitaria de la Universidad Maimónides “Codependencia y Vínculos Adictivos”. Por ello sugiere revisar y tomar conciencia de las carencias emocionales y de todo aquello que en el campo afectivo no esté resuelto. “La conducta adictiva suele funcionar como un intento de aliviar el dolor emocional y los conflictos no resueltos”.

Un caso interesante para analizar es el de Agustina. Ella tiene 20 años, es de San Isidro, y de esta manera nos cuenta su experiencia como tecno-adicta: “Toda la vida fui una persona muy ligada a la tecnología. A los 11 años, me iba todo el día al cyber de la vuelta de casa. Ya de más grande, me compraron una computadora y la empecé a usar para chatear, descargar música y películas. Me pasaba tanto tiempo encerrada que dejé de lado mis amistades y el colegio. A la compu le sumé el celular y ahí empezó otra historia. Me quedaba dormida con el celular en la mano, comía mirándolo, lo usaba hasta en clase. Mis papás comenzaron a preocuparse pero no sabían cómo ayudarme. Un día hasta le robé el celular a mi hermano porque me habían quitado el mío. Fue ahí cuando empezaron a consultar profesionales y les dijeron que, entre otro tipo de adicciones, trataban la tecno-adicción. En ese momento (hoy ya hace casi dos años), esa palabra era bastante desconocida. Me acuerdo cuando me dijeron que tenía una entrevista en una clínica de adicciones y yo les dije que no me drogaba. Fueron los profesionales los que me hicieron dar cuenta de que la droga y el alcohol no son las únicas adicciones; que hay otras conductas que parecen inofensivas pero que, en realidad, te van consumiendo la vida de a poquito. Durante el tratamiento, estuve sin celular y sin computadora. Tuve mis crisis y recaídas. No entendía por qué me hacían eso si yo no molestaba a nadie. Por suerte, tuve el apoyo de mi familia y terapeutas que me marcaban cada logro. Hasta que un día llegó la prueba de fuego: volver a sentarme frente a una pc y poder controlar el tiempo que pasaba utilizándola. Fue muy raro, pero disfruté del momento de ocio como cualquier persona y pude poner un tope, porque con el tratamiento me di cuenta de que en la vida se llenan espacios con otras cosas, principalmente con las amistades. Que la compu y el celu no lo son todo.”

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La tecnología puede ser utilizada a diario por el género femenino. El problema está cuando la vida real se ve suplantada por la virtual.

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CONSEJOS

Por: Lic.Susana Darin (*)

- Ser conscientes que las TICºs (tecnologías de la información y comunicación) generan beneficios, pero también consecuencias negativas cuando hacemos un uso irracional de las mismas en los distintos órdenes de la vida (laboral, social, educación, esparcimiento, etc.). Aquí es donde entra en juego el cambio de “amigos reales” por “amigos virtuales”.

- Las redes sociales son herramientas que nos ayudan, pero tengamos claro qué es lo que queremos contar, cuándo y a quién.

- Utilizar las tecnologías como herramientas tecnológicas, facilitadoras; pero entender que no hacen milagros.

- Desarrollar la capacidad para hacer un uso autónomo y reflexivo de las herramientas tecnológicas y ser capaces de aplicar las técnicas y procedimientos adecuados para acceder a las fuentes de información, y desarrollar nuestro proyecto de vida personal y profesional. Nunca dejar de lado a nuestros familiares y amigos.

(*) Secretaria Técnica de la Facultad de Tecnología Informática, Universidad Abierta Interamericana.