El regreso a la tierra

1389221_70428921.jpg
 

Riego adecuado, sol y algunas nociones básicas sobre el suelo y las temporadas son partes de una ecuación básica para hacer una huerta. El resultado: ahorro de dinero y el placer de producir alimentos en casa.

TEXTOS. REVISTA NOSOTROS. FOTOS. EL LITORAL.

Dicen que en China, la palabra “crisis” se compone de dos ideogramas: el primero de ellos se traduce como “peligro”, el segundo como “chance” u “oportunidad”.

Efectivamente, en este mundo en el cual todo parece frágil y cambiante, las crisis han surgido como retos que imponen cambios profundos, ya sea en momentos personales de la vida como en procesos sociales más complejos.

Si tomamos el sentido que los chinos han querido otorgar a esta palabra, podemos decir que todas las crisis encierran algo de peligro, pero también mucho de oportunidad, demostrando la enorme capacidad del ser humano de adaptarse y cambiar sus esquemas frente a circunstancias adversas.

El aumento de precios en nuestro país durante los últimos años parece un fenómeno imposible de detener, convirtiéndose en un fantasma que nos mira fijo desde la góndola de un supermercado o en el momento de calcular cómo administrar nuestro sueldo para llegar a fin de mes.

Frente a este panorama, cambiamos. Privándonos de ciertas cosas que disfrutábamos o bien buscando alternativas para reemplazar a aquellas que no queremos abandonar, nos lanzamos a la aventura de modificar costumbres naturalizadas.

Un ejemplo de esto es el aumento de personas que comenzaron a dedicarse al cuidado de huertas caseras.

Esta práctica, que comenzó como una moda con el fin de consumir productos ecológicos o como simple pasatiempo, hoy se ha convertido para muchos en una necesidad. Y actualmente son varias las familias que han decidido volver a la tierra para ahorrar en la compra del supermercado.

BAJO COSTO, ALTOS BENEFICIOS

Poner en marcha una huerta es más sencillo de lo que en realidad parece. Si bien requiere de una organización adecuada y asesoramiento profesional, no necesita de grandes extensiones de terreno.

No sólo ocupa muy pocos metros -puede armarse en un departamento- sino que su costo es bajísimo: requiere sólo unos diez pesos como capital inicial, si no tiene demasiadas pretensiones. Y se calcula que con un pequeño terreno puede abastecerse a una familia de cinco miembros durante todo un año.

En caso de querer iniciar una pequeña huerta, los especialistas aconsejan, en primer lugar, asesorarse o capacitarse, ya sea a través de libros, internet o en viveros.

Pero deben existir conocimientos mínimos, por ejemplo sobre la cantidad de agua que lleva cada cultivo, cómo transplantar, realizar la siembra, la poda y el raleo.

PASO A PASO

Lo primero que se debe hacer es buscar un espacio al sol donde pueda montar la huerta.

Haga una lista de las verduras, hortalizas y plantas aromáticas que le gustaría consumir. Algunos podrían ser desechados si no cumple con requerimientos fundamentales (suelo fértil, agua potable, espacio y profundidad del terreno). Asimismo, se deberá evaluar si se va a hacer rotación de cultivo (algunas hortalizas se producen casi todo el año; otras, en cambio, son estacionales) y organizar en base a esto la distribución física de su huerta.

Se puede utilizar una parte del jardín, una jardinera o macetas. En caso de elegir macetas, se recomienda que no sean de plástico y que tengan, al menos, entre 20 a 40 cm. de profundidad.

Quienes se han animado a esta tarea, recomiendan llevar una especie de diario, a fin de facilitar la organización y para ir anotando todos los datos de lo que se irá cosechando y las fechas claves para cada cultivo.

Conviene tener en la huerta flores y plantas aromáticas que nos servirán de condimentos al momento de cocinar. Por otro lado, sirven también para prevenir plagas y enfermedades.

Otro de los secretos del éxito de nuestra huerta es la calidad de la tierra. Lo mejor es utilizar un buen compost o fertilizante y ya estaremos listos para empezar. El resto es riego y atención.

NUESTRA HUERTA EN INVIERNO

Durante el invierno puede ser complicado cultivar nuestra huerta debido a las condiciones climáticas. Sin embargo, existen plantas que se desarrollan muy bien durante esta época; sólo basta conocer algunos datos importantes.

Cada una de las hortalizas tiene requerimientos especiales de temperatura, humedad y tolerancia al frío. Por eso, las especies que no requieren temperaturas muy elevadas para desarrollarse, serán más adecuadas para un cultivo de invierno.

Algunas plantas recomendadas para su cultivo en esta estación son las espinacas, el coliflor, repollo, escarola, rabanitos, cebollas, arvejas, ajos, repollos y puerros.

Además, existen muchas variedades de hortalizas que pueden ser cultivadas a lo largo de todo el año, como por ejemplo la lechuga, acelga, apio, zanahoria, remolacha y perejil.

Durante la época de frío nuestra huerta no necesitará ser regada tan a menudo, pero cuando lo hagamos conviene que sea alrededor del mediodía, así no mojamos las plantas en las horas de más frío, evitando que se vean afectadas por las heladas.

Otra buena alternativa en estos meses es el cultivo dentro de un invernadero, el cual puede ser de fabricación casera.

EN PRIMAVERA Y VERANO

La época cálida del año es ideal para cultivar una gran cantidad de especies. Aquí lo más importante será el riego frecuente, preferentemente durante la tarde o muy temprano en la mañana, ya que en las horas de más calor puede dañar a las plantas.

En nuestra ciudad, donde el calor es demasiado intenso, una alternativa para proteger a las plantas de las altas temperaturas es cubrirlas con arpilleras o una media sombra.

Algunas plantas que funcionan con facilidad en estos meses son las siguientes:

- Albahaca: está listas para cosechar luego de sólo 1 mes desde la siembra. Lo mejor es hacer almácigos y luego transplantarla a una distancia de 15 cm. entre cada planta.

- Berenjenas: la planta tarda entre 3 a 4 meses en dar frutos. Necesita un ambiente cálido y una distancia de 40 cm. entre cada planta.

- Tomates: los frutos se pueden cosechar luego de 3 a 5 meses. Al igual que la berenjena, el tomate necesita una distancia de 40 cm. entre cada planta y le gusta el calor.

- Pepinos: dan frutos luego de 3 a 4 meses y hay que tener en cuenta que son plantas que trepan. Como la berenjena y el tomate, se dan mejor cuando se transplantan.

- Lechuga: como dijimos, también funciona en invierno, entre las 4 y 10 semanas pueden ser cosechadas y necesitan una distancia de 20 cm. entre cada planta.

- Rabanito: es un cultivo satisfactorio por su rapidez, se puede cosechar luego de 1 mes y necesita una distancia de sólo 5 cm. entre cada semilla.

- Calabazas: demoran entre 3 a 4 meses hasta ser cosechados y lo mejor es sembrarlos en almácigos y luego trasplantarlos a una distancia de, al menos, 1 metro entre cada planta.

- Papas: están listas para cosechar luego de 4 a 5 meses. Se pueden sembrar directo a una distancia de 35 cm. entre si. La semilla de la papa es la papa misma.

- Porotos: luego de 2 a 3 meses se pueden cosechar las vainas de porotos. Necesitan un apoyo para trepar y una distancia de 15 cm. entre planta y planta.

- Choclos: se cosechan entre los 3 y los 4 meses. Necesitan mucho sol y un suelo húmedo. Se deben plantar a una distancia de 25 cm. entre cada planta.

RGN01533.JPG

CÓMO HACER UN INVERNADERO CASERO

Construir un invernadero casero, puede ser una buena alternativa en lugares donde las temperaturas son muy bajas o las precipitaciones abundantes.

Una forma sencilla de construir un invernadero en el hogar, es utilizando tuberías de plástico (PVC), ya que éstas tienen la capacidad de curvarse.

Las dimensiones del invernadero dependerán del espacio con que contamos y el volumen de plantas que queremos cultivar.

Las tuberías de plástico deben ser curvadas y fijadas a la tierra, de esta forma generamos un semicilindro. Para darle sustento a la estructura es necesario colocar maderas alargadas de forma perpendicular a las tuberías de plástico.

Por último, es necesario cubrir esta estructura con un plástico grueso, dejando una pequeña ventana y una puerta para facilitar el acceso y ventilar el interior.

El invernadero deberá ubicarse en algún lugar en donde reciba sol, pero teniendo cuidado de que se encuentre protegido del viento.

+datos EN AUMENTO

Según reveló el INDEC, las frutas y verduras lideraron la suba de precios en alimentos en el último año. Los incrementos fueron superiores al 30 %, y llevaron a un alza en el rubro alimentos de un 10,6 % interanual.

Mientras las verduras aumentaron un 34,8%, las frutas se incrementaron en un 31%.

DIA39452.JPG
CUIDADOS-LEMON-GRASS-EN-S-V.JPG

En España, una opción frente a la crisis

la crisis económica que agobia a la sociedad española impulsó, en los últimos meses, la creación de huertos comunitarios en terrenos baldíos de varias ciudades y pueblos.

Es así que los vecinos de cada zona hoy se reúnen con el fin de embellecer el barrio, estrechar lazos sociales y, sobre todo, disfrutar de una alternativa a los altos precios de las verdulerías.

Según los medios españoles, sólo en la región de Madrid superan la veintena, gestionados por asociaciones de vecinos, universidades, grupos ecologistas y el ayuntamiento de la capital española.

Estos sitios proveen mucho más que alimentos a precios más accesibles. Paisajistas, ingenieros agrónomos y técnicos encuentran en ellos un lugar en el cual poner sus conocimientos al servicio de una propuesta colectiva.

Cada huerto se organiza autónomamente, pero todos son gestionados de manera participativa, se forman comunidades en torno a ellos y contribuyen a formar redes de ayuda mutua.

“La crisis en la que estamos inmersos lleva a un cambio de paradigma. Los huertos urbanos tienen relación con la quiebra del sistema económico y de los movimientos sociales tradicionales”, dice José Luis Fernández a Inter Press Service.

“Los huertos urbanos no solo recuperan un espacio en desuso, sino que también son lugares de encuentro, centros sociales al aire libre que promueven valores”, destaca Jorge, uno de los vecinos que se acerca al huerto de su barrio.

Jesús Ruiz, que autogestiona su producción de vegetales y frutas en una pequeña parcela de la isla española de Ibiza, en pleno Mediterráneo, le cuenta a la cadena BBC: “El huerto es mi liberación y además es una inversión. Hay que contar con un importante consumo de agua, pero sólo gasté 50 euros en semillas, plantines y utensilios... y ahora tengo kilos de productos de primera calidad durante meses. Por ejemplo, un plantín de lechuga cuesta 20 céntimos de euro, y en el mercado valdría 2,5 euros. Además, ya he encontrado a una vecina que tiene gallinas y hacemos trueque de productos”.

El alcalde de Málaga, una de las regiones con más desempleo de España (30%) también ha destinado un terreno en el centro de la ciudad para hacer un huerto colectivo. Y poco a poco, cada una de las regiones de España se van sumando a esta novedosa propuesta.

Sin embargo, otros esquivan las huertas comunitarias y prefieren que sean sus balcones los decorados con verduras. ‘En lugar de plantar flores, se pueden cultivar vegetales. Es bonito ver cómo crece una lechuga en tu ventana‘, declara una joven.

100_9210.JPG