Por los frutos se conocen los árboles

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La autora -ingeniera agrónoma- envió a nuestra redacción el texto que transcribimos. Pertenece a una de las familias pioneras de la localidad de Humboldt y continúa la tradición del trabajo rural.

TEXTOS. EDIT WEDER. FOTOS. GENTILEZA EDIT WEDER.

Pertenezco a una de las familias pioneras de la localidad de Humboldt, ligada directamente a las tareas rurales formadoras de la historia de nuestro pueblo. Éstas comenzaron con mi tatarabuelo, Kaspar Weder, quien comienza con la colonización en la zona en el año 1870, pero fueron seguidas por sus hijos y nietos, entre los cuales se encuentra Gaspar Weder (quien nació el 31 de octubre de 1893 y falleció el 26 de julio de 1978), quien fuera mi abuelo. Siempre, generación tras generación, se relacionaron con las tareas rurales.

Pensar en Argentina, sin tener en cuenta “al campo”, sería una utopía. Exhibo muy orgullosa el diploma que -en 1916- recibió el abuelo Gaspar por parte de la entonces Bolsa de Cereales en Buenos Aires por el 2do. Premio Diploma Medalla de Plata por su lino, que le entregaron en el Tercer Concurso Nacional de Productos Agrícolas. Es por ello que con estas fotos quiero recordar a mis antepasados.

EL EJEMPLO DEL PASADO

Se necesitaba una cuadrilla de personas para la cosecha. Se debía cortar, emparvar y armar trojas donde se guardaba el cereal recolectado. Días y días de trabajo donde organizaban los almuerzos de campaña y las mateadas con braceros. Los galpones eran el punto de reunión al caer la tarde.

Después, el traslado de un campo a otro.... Pero luego se comienza con las primeras cosechadoras con molinete, embolsado y la posterior recolección de bolsas con carros tirados por caballos, allá por 1937.

La tradición familiar, los genes, el destino, la vida me permitieron seguir la carrera de Ingeniera Agrónoma, continuando así vinculada al campo. En 2001 y 2002 pude obtener el primer premio en Máximos Rendimientos en Soja a nivel Nacional, obviamente con otra tecnología pero con el mismo amor a la tierra que me legó el abuelo.

Hoy, cada uno de nosotros somos absolutos responsables del futuro de nuestros hijos, de transmitirles valores, generarles esperanzas y no borrarle la alegría y sus sueños. Por eso, quiero reivindicar los ejemplos del pasado porque tengo el sueño de poder ver a un país de pie y honrado, que iguale para arriba y no para abajo; trabajando en paz y armonía; produciendo en forma sustentable, utilizando la ciencia y la conciencia. Pero haciéndolo con decencia, con actitud de sabios y no con valientes ocultos. Debemos insistir y perseverar para que los ideales que nos legaron nuestros antepasados no hayan sido en vano y nuestra vida cobre sentido.

Por último, dejo una frase del Dr. Abel Albino: “La vida no es la vida que vivimos. La vida es el honor y es el recuerdo. Sólo así seremos dignos de tener nuestro apellido y de respetar con hechos a nuestros mayores”.

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Campaña de cosecha, año 1930, familias Weder-Reutemann.

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después del trabajo, se organizaban los almuerzos de campaña y las mateadas con braceros.