Cumpleaños de “La Marsellesa”

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“La Marsellesa”. Fragmento del Arco del Triunfo, en París. Foto: Archivo El Litoral

Zunilda Ceresole de Espinaco

 

Se celebra el 220º cumpleaños de “La Marsellesa”, símbolo patrio del pueblo francés, canción conocida universalmente por el atractivo de su música y la crudeza de su letra. Su primera estrofa, traducida al castellano, como también su estribillo dicen:

“¡Marchemos, hijos de la Patria!/ Glorioso día hace ya / otra vez el glorioso estandarte / los tiranos se atreven a alzar.// ¿No oís rugir por las campiñas / esa turba salvaje y audaz?// ¡Degollar nuestros hijos desea / y en su sangre anegar nuestro Ideal!/ (Estribillo) ¡El arma preparad!/ ¡No hay tiempo que perder!/ ¡Marchad a defender / la santa libertad!

Cuando llegó la noticia de la declaración de guerra a Austria, el alcalde de Estraburgo, M. Dietrich, convocó en su casa a varios de los voluntarios que iban a marchar a la guerra, se conversó allí sobre la necesidad de tener una canción guerrera noble y altiva que animara a los combatientes, que oprimiera los corazones de gozo, haciéndoles palpitar sentimientos irrefrenables de lucha, para alcanzar la victoria sobre el enemigo.

El alcalde se dirigió a un joven capitán de ingenieros, Claudio José Rouget de Lisle, solicitándole que como poeta y músico que era, crease una canción con los merecimientos apropiados para ser entonada por las tropas que se aprestaban a marchar.

M. Rouget trató de eludir el encargo excusándose en un principio, mas ante las reiteradas instancias del alcalde y de otros presentes, se retiró a su cuarto y compuso en la noche del 25 de abril de 1792, el célebre himno que inmortalizó su nombre, llamándolo “Canto de guerra para el ejército del Rhin” y lo entonó por primera vez en casa del alcalde.

Un batallón de voluntarios de Marsella, quienes desde su partida entonaron la canción mientras recorrían por Francia el largo camino hasta poder llegar a París, motivó que se trocara el primer nombre por el de “Himno de los marselleses”, y posteriormente por abreviación se lo llamó “La Marsellesa”.

Con ardiente fervor los soldados entonaban “La Marsellesa” en las batallas y sus sones parecían animarlos y fortalecer los brazos que combatían denodadamente para lograr la victoria.

Fue declarada la misma Canción Nacional por la Convención el 14 de julio de 1795 y confirmada como tal el 14 de febrero de 1879 por la Cámara de Diputados. Desde entonces no ha dejado de ser, tanto en Francia como fuera de ella, el símbolo representativo de la patria, por eso es sagrada para todo corazón francés.

Con el devenir del tiempo ha sufrido ciertas modificaciones en la música primigenia.

Ésta es la historia de uno de los himnos más bellos del planeta, pero por supuesto cada nación considera que lo es el propio.