Cuádruple crimen de La Plata

Indicios que hacen pensar en la culpa del karateca

El motivo por el cual fue rechazado el pedido de excarcelación de Osvaldo Martínez fue detalladamente explicado por uno de los jueces de la Cámara Penal.

 

DyN

Uno de los jueces que rechazó la excarcelación de Osvaldo Martínez hizo un pormenorizado análisis de la escena del cuádruple crimen de La Plata que le permitió reconstruir cómo se desató la tragedia en noviembre último.

Del análisis del juez Javier Guzmán, de la Cámara Penal de La Plata, en el voto fundamento al que accedió DyN, se deduce que:

*Como ningún vecino escuchó ruidos ni ladró el perro, el juez deduce que “las personas que se hallaban en el lugar de los hechos eran muy conocidos entre sí y que en un principio no había un clima de agresión y hostilidad”; por lo tanto, “el ataque fue absolutamente inesperado”.

*Que primero había sido asesinada Susana Barttole, que estaba tomando mate en la cocina;

*Que probablemente la nena Micaela Galle lo advirtió y corrió hacia su cuarto infructuosamente a llamar al 911;

*Que Bárbara Santos se estaba bañando y por eso pudo no haber escuchado lo que pasaba pero al darse cuenta intentó defenderse;

*Que Marisol Paredes fue agredida apenas cruzó la puerta.

*Que las agresiones a las tres primeras víctimas se concretaron en 18 minutos porque a las 0.07 llamó Micaela al 911 y a las 0.25 llego el remís.

*Es imposible o muy poco probable que en tan escaso tiempo una sola persona pueda matar a golpes y puñaladas a tres personas, luego higienizar, luego trasladar el cuerpo de las victimas Bárbara Santos y volver a higienizarse por segunda vez -al menos las manos- para luego salir a recibir a Marisol Pereyra.

*Afirmada entonces la presencia de al menos dos personas que tuvieron participación en el cuádruple homicidio (y que al menos una de ellas correspondía al círculo íntimo de las víctimas) también puedo llegar a afirmar razonablemente que existen elementos suficientes en este estado procesal para suponer que posiblemente Osvaldo Emir “Alito’ Martínez fuera una de las personas que tuvo participación pues tenía motivos para hacerlo.

*Las características de ensañamiento de la agresión a Bárbara, que fue objeto de castigos excesivos e innecesarios, posee indudables connotaciones de un crimen pasional.

*Llamó “poderosamente la atención” teniendo en cuenta “el sentido común” que pese a que dormía “con frecuencia diaria” en ese departamento “no se hallara rastros de ningún elemento físico u objetivo de su pertenencia”, mientras que hubo “gran cantidad de ADN” del coimputado Quiroga (‘una persona que sólo fue en dos oportunidades a la vivienda) y respecto de quien se ha hallado ADN en casi todos los cuerpos)”.

*Los golpes de puño en el rostro que recibieron Susana de Barttole y Marisol Pereyra con el objeto de reducirlas e inmovilizarlas fueron muy certeros y de singular precisión para iniciar lo que podíamos denominar un proceso de anestesiamiento de las víctimas. Si se me permite la expresión poco coloquial, son golpes impropios de un “peleador callejero o improvisado” e indicativos de haber sido propinados por una persona con conocimientos técnicos de ataque. Esta característica en los golpes también nos conduce lógicamente a la persona de Martínez, especialista en artes marciales.