Tribunales

Preso por matar a su padre

La Justicia dictó el procesamiento con prisión preventiva de Emanuel R. Godoy. El caso encierra un conflicto de familia, desencadenado por la adicción a las drogas que sufre el agresor.

 

Juliano Salierno

[email protected]

El juez de Instrucción Sexta, Sergio Carraro, procesó el mes pasado a Eduardo Roberto Godoy, confeso autor del crimen de su padre Roberto Tomás Godoy, en una rencilla familiar ocurrida el lunes 28 de mayo en su casa del barrio Abasto.

El magistrado atribuyó al joven de 22 años el delito de “homicidio calificado por el vínculo” y confirmó la continuidad de la prisión preventiva, a pedido del fiscal Nº 2 Carlos Rolando.

El caso de parricidio que conmocionó a la barriada se consumó de madrugada, en una casa de calle Reutemann y Cortada Falcón, tras un intercambio de palabras entre padre e hijo que desencadenó en una pelea cuerpo a cuerpo.

Según confirmó el Cuerpo Médico Forense que realizó la autopsia, el hombre de 50 años “recibió una herida punzocortante de arma blanca” a la altura del abdomen, que le causó la muerte. El hombre alcanzó a recibir asistencia médica, pero no soportó la intervención quirúrgica y falleció a causa de un paro cardiorrespiratorio.

El agresor, que tras atacar a su padre con un cuchillo se escapó del lugar, se entregó ese mismo día en la Comisaría 10ma. Una vez en sede judicial, el imputado confesó el crimen y describió los hechos ocurridos que coincidieron en todo con el relato aportado por el resto de sus familiares. Apenas si atinó a decir que “yo me defendí, porque siempre que nos peleábamos nos agarrábamos a las piñas”.

“Tensa convivencia”

Ante los numerosos testigos, todos miembros de la familia Godoy, y la contundencia de las pruebas recolectadas, el juez Carraro no tuvo mayores inconvenientes para resolver la situación procesal del muchacho: “Actuó con dolo directo, ya que agrede y lesiona a la víctima con empleo de un cuchillo o elemento punzo-cortante provocando con ello su posterior deceso”, afirmó.

Además, agregó que “conforme los antecedentes que rodean los hechos, la situación de conflicto permanente y la tensa convivencia entre ambos, eran preludio del resultado fatal esperado”.

Pero además de ofrecer los argumentos técnicos que llevaron a Godoy a la cárcel, el magistrado dio cuenta en su resolución de un panorama familiar donde, la adicción a las drogas de uno de sus miembros, fue el detonante del crimen.

María Isabel M., madre del imputado y pareja de la víctima, contó en tribunales lo ocurrido aquella madrugada; historia que se entrelaza con su experiencia de vida, desde hace 23 años unida a quien era su esposo y que encontró la muerte a manos de uno de sus cinco hijos.

La mujer contó que “la relación entre su pareja y su hijo era tensa debido a que su marido lo rechazaba desde chico ya que consumía drogas y para ellos en más de una oportunidad robaba cosas de la casa para poder drogarse y por ello sostiene se originaban discusiones y peleas entre ambos”.

Cruce de palabras

El último domingo de mayo, parte de la familia Godoy se había reunido en la casa de barrio Abasto para almorzar. Tres de los cinco hijos de María Isabel y Roberto estaban presentes, además de “Tito” un tío de los muchachos.

Durante el asado los comensales tomaron dos o tres botellas de Padilla y luego cambiaron para tomar vino, mientras miraban el partido en el que Unión empató con Independiente. Ya entrada la tarde, dos de los invitados se fueron a sus casas, y un tercero se acostó para dormir, por lo que Emanuel y su padre quedaron a solas. “Ya se empezaron a mirar mal”, recordó la mujer.

A las nueve de la noche toda la familia dormía, menos Emanuel, que esperaba a unos amigos.

En un momento María Isabel se levantó para preguntarle a su hijo si se iba a quedar a dormir, a lo que éste le contestó “qué te importa a vos”.

Desafío y pelea

Estaba “alcoholizado y no sé si drogado porque también se droga”, reconoció apesadumbrada la viuda. Roberto, que en ese momento estaba acostado, escuchó los gritos del hijo, se levantó y empezaron a pelear.

“Qué te pasa a vos, drogadicto... andate de acá...te voy a matar”, lo amenazó el padre, que sacó un palo de escoba con un clavo en la punta que tenía escondido en el dormitorio.

Hubo corridas y ambos salieron a la calle. Pero el padre, que iba detrás del joven, regresó a los pocos segundos quejándose de un fuerte dolor abdominal. Su hijo le había asestado una puñalada mortal y le quedaban pocas horas de vida.

“Tenía un puntazo en la panza del lado derecho”, confirmó la esposa. Rápidamente lo llevaron en moto hasta el hospital Mira y López y desde allí lo trasladaron de urgencia al Cullen, donde finalmente falleció.

Esto viene de hace años, porque Emanuel a los doce años empezó a drogarse. Esto le molestaba a mi papá”, dijo uno de los hermanos.

“Nunca se llevaron bien, pero todo empezó cuando Emanuel comenzó a drogarse y para conseguir droga nos robaba lo que encontraba, por eso mi marido lo echaba y no quería que esté en mi casa”.