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Una movida gourmet se cocina en Santa Fe

 

 

Una movida se cocina en Santa Fe

En la ciudad hay un rumor de ollas, vapores y cuchillos que resuena incansable, cada vez con más fuerza. Se trata de los jóvenes que en los últimos años se volcaron (nunca mejor elegido el verbo) al apasionante estudio de la cocina. Movedizos como fideos a punto de hervor, interesados en aprender los secretos del oficio culinario, elaboran día a día sabrosos platos, buscan revistas o libros especializados y miran todos los programas de TV dedicados a la cocina, para aprender más sobre el encanto de preparar delicias y ver disfrutar a los otros cuando ese bocado humeante y colorido ingresa a su destino final.

 

“Empecé la cocina como un hobbie y ahora ya lo estoy tomando como algo profesional. Quiero dedicarme a esto como una alternativa laboral”, dice Nicolás Izaguirre (37), que estudia cocina en un instituto privado de la ciudad. Sentada junto a Nicolás en una de las cocinas del instituto IGA, donde forjan su sueño, Eugenia Sologuestua (23) -que bien podría apellidarse “Sologusta”- agrega: “Después de haber estudiado varias carreras, encontré una deuda pendiente con la cocina. Es algo que hago desde chiquita. Provengo de una familia italiana que le da mucha importancia a reunirse en torno de la comida. Por eso digo que mi deuda pendiente era la de aprender con fundamentos lo que hago todos los días”, define Eugenia al comienzo de la charla con O sea.

Eugenia y Nicolás son dos de los cientos de estudiantes de cocina que hay en Santa Fe. Ellos se preparan para elevar el nivel del paladar de los santafesinos que todavía hoy concurren a los comedores de la ciudad en su mayoría por la “mila” con papas fritas, según cuenta Valeria Sharff, una joven cocinera que asesora a un restaurante y además es docente de cocina. Piden “¡milanesas y papas fritas!, lo aseguro porque trabajo todos los días para poder cambiar ese hábito. Trato de ofrecer una gama de platos gourmet, y es muy difícil que el santafesino salga de la milanesa, papas fritas, pastas, pizza, pescado de río y picadas”.

—¿Cómo incentivan a los comensales a que prueben un plato gourmet?

— En el restaurante trabajamos con una gama de platos simples que no dejan de tener toques para asombrar a la gente, y lo logramos. Aunque admito que es muy difícil, pero de a poco vamos cambiando el hábito.

En la búsqueda por romper con esa monotonía que impera en el paladar de los santafesinos también están Inés Benavídez (33) y Valeria Aguilar (29). Estas jóvenes cocineras que estudiaron la carrera de Técnico en Gestión Gastronómica concretaron su sueño y montaron una pequeña empresa dedicada a ofrecer servicios de catering con buena cocina. Su toque distintivo creen que es la importancia que le dan “a la necesidad de cada cliente”.

Inés y Valeria explican su proyecto al que denominaron “Quiero picnic”: “Realizamos las propuestas gastronómicas junto a cada uno de los clientes, siempre apuntando a que el menú elegido se adapte perfectamente al tipo de reunión. Otra marca nuestra es que, al hacer algo que realmente nos gusta, eso se traduce mucho en la delicada presentación de los distintos productos. Y esto es lo que nuestros clientes primero nos ponderan al recibirnos en sus casas; luego, el sabor y la dedicación, además de que tratamos de ir innovando todo el tiempo y probando nuevos ingredientes, combinaciones y, por supuesto, siempre trabajando con mercadería fresca y de buena calidad”.

El alumno de cocina Nicolás Izaguirre también cuenta su proyecto que ya está regalando frutos. “Todavía no terminé la carrera y ya tengo ofertas y me contratan, sobre todo para prestar servicios particulares en hogares, a domicilio, para cocinarle a un grupo de personas”.

—¿Pensás que esa alternativa laboral se va a ir imponiendo en la ciudad?

— Se está imponiendo. Hoy en día hay muchas peñas de gente adulta que no dispone de tiempo para cocinar algunos platos y nos busca porque ven en nosotros una alternativa con el servicio a domicilio. El nombre de mi servicio es “Peñas”, y surgió del trabajo práctico que teníamos que elaborar para el final de una materia. En la cocina se disfruta mucho ver disfrutar al otro.

Con propuestas como éstas, sumado a la avanzada de pibes que aprenden cocina, se puede decir que el futuro de la gastronomía santafesina tiende a elevar el nivel y los comensales irán apartando cada vez más de su vista en la carta la “mila”, la pizza y otros lugares comunes.

Si es cuestión de soñar con el futuro, Eugenia dice: “Espero no sólo hacer cumplir el sueño de los demás de tener un restaurante propio, sino de tener el mío. En Santa Fe o donde sea. Ya tengo todo preparado, se llamará “Quake”. El nombre surgió de una serie que veía”.

—¿Te gusta que todos te reclamen que les cocines?

— Me encanta. Siempre que tengo un ratito estoy pensando en cocinar algo, si tengo una amiga enferma le preparo galletitas y se las llevo, y siempre estoy elaborando algo para los demás. En mi caso, me parece que la cocina es una forma de dar cariño. No es sólo cocinar para mí, sino para ver que al otro le gusta lo que le hago. Es una doble satisfacción.

—¿Alguna vez te salió mal un plato?

— Sí... los postres. Soy “un queso” en la pastelería; lo debería acompañar con dulce (risas).

Para aprender un poco más sobre la enseñanza de la cocina, O sea consultó a uno de los jóvenes más reconocidos del medio. Nico Delfor es un cocinero que además es docente y aprendió el oficio junto al recordado Gato Dumas.

—Nico, ¿cómo ves el boom de pibes que estudian cocina?

— Hace seis años que me dedico a la docencia y el surgimiento de institutos gastronómicos acompaña el interés de la gran cantidad de alumnos que año tras año se inscriben para experimentar lo que es la cocina y el mundo gastronómico. Cuando comencé la carrera de gastronomía tuve que viajar a Buenos Aires porque no había oferta académica en Santa Fe. Hoy tenemos varios institutos en la ciudad, en Santo Tomé, en Paraná, y una gran cantidad en Rosario. El interés generado va en aumento. No sólo tenemos aquellos alumnos que pretenden en un futuro hacer de esto su principal medio de subsistencia, sino también alumnos que hacen la carrera por hobbie, por puro placer y amor por la cocina. A este concepto Valeria agregó que “se nota mucho la diferencia entre quienes lo toman como un hobbie y quienes lo eligen como una profesión”.

La misma pregunta le hicimos a las chicas de Quiero Picnic. Inés y Valeria reflexionaron: “Al principio parecía una moda y un negocio de los institutos de cocina y a veces teníamos la amarga sensación de que sólo éramos mano de obra calificada y barata, pero creemos que estas escuelas de cocina llegaron para quedarse, cada vez con más compromiso con los estudiantes, porque este boom va acompañado de un interés creciente de la gente por comer bien, descubrir nuevos sabores, rescatar viejas recetas olvidadas, y recibir a sus invitados con buena comida, y para eso hacen falta profesionales con dedicación, experiencia y conocimiento”.

Por último, le propusimos a Nico Delfor que cuente qué le diría a un adolescente que hoy piensa estudiar cocina, y respondió con sabiduría y pasión: “Que es una profesión muy sacrificada, en la cual van a pasar muchas horas parado, le van a doler los pies, se van a quemar, se van a cortar, van a trabajar con mucha presión, pero no hay nada más lindo que ganarse la vida haciendo lo que a uno le hace feliz”. El plato está servido.

Comer no siempre es algo que cuidemos en nuestros hábitos cotidianos, pero con un poco de atención es posible mejorar nuestra alimentación y agregar tips más sanos. Marcela nos cuenta algunos secretos.

Marcela L. Alsina

Licenciada en Nutrición MP 1041

[email protected]

• Muchas veces comemos comidas rápidas pero podemos “mejorarlas” incorporándole frutas y verduras.: hamburguesa con semillas de sésamo y agregado de lechuga y tomate, helados con frutas, milanesas con ensaladas.

• Controlar la porción, evitar repetir. Dividir el plato en 3 (como el símbolo de la paz), e incluir en cada uno de esos tercios verduras, en el otro tercio pastas, arroz o polenta y en el tercer tercio carne.

• Si sos estudiante seguramente tenes preferencia por comidas que se hagan rápido y tender a la monotonía: fideos, milanesas y arroz. Pero esto se puede mejorar de múltiples maneras:

Una de ellas es crear una lista semanal del menú diario, lo que ayudará en tus compras reduciendo el costo y permitirá que comas algo distinto todos los días. Además podemos cocinar los fines de semana y guardarlo.

Incorporar alimentos saludables como tartas de verduras, budines o souffle que rinden lo suficiente.

Podés agregarle color con ensaladas, o usando el arroz como relleno de calabazas, berenjenas o zapallitos, y ponerle arriba salsas. Podés hacer un guiso dietético incorporando trocitos de pollo, carne o cerdo y verduras con una base de caldo o agua, evitando la fritura.

• No debemos olvidar la importancia del desayuno, pasamos horas durmiendo pero nuestro cuerpo sigue trabajando. Por eso si a la mañana apenas te levantás no te apetece desayunar podés hacerlo en el transcurso de la mañana. Recordá que el desayuno completo incluye CEREALES (pan, galletitas, copos)+ LÁCTEOS (leche, queso, yogur) + FRUTA (en licuados, jugos, sola, en cubos).

• Para tener un estilo de vida saludable la actividad física es fundamental. Podemos hacer muchas cosas como: salir a caminar, mover el cuerpo mientras esperamos algo (levantar las piernas, saltar, hacer sentadillas), bailar, ir al gimnasio, nadar, hacer deportes, correr, yoga.

• Tomar agua, jugos de fruta natural, infusiones como té, mate cocido, licuados son buenas opciones para mantenernos hidratados.

• Por último: “comer despacio y masticar bien”.

Nicolás. Este es el segundo año que estudia cocina. Foto: luis cetraro

 

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Una movida se cocina en Santa Fe
Una movida se cocina en Santa Fe

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Una movida se cocina en Santa Fe

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STAFF /// Josefina Gómez / Alina Pozzolo / Nicolás Loyarte / Alejandro Moulins. Colaboran: Cecilia Mendicino / Laura Cerioni

1// Bien de Picnic. Una de las presentaciones de los platos que elaboran Inés y Valeria.

Foto: gentileza quiero picnic

2// Cocina. Los alumnos Eugenia y Nicolás junto al profesor Nico Delfor.

Foto: luis cetraro

3// Inés y Valeria trabajando en la pastelería.

Foto: gentileza quiero picnic

El dato

Encontrá más sobre lo que dijeron nuestros entrevistados y mirá los videos en osea.ellitoral.com

Valeria enseña cocina en el IGA a los más chiquitos.

Foto: luis cetraro

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