Artes visuales

En exposición

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“Racional irracional” de Nilda Marsili se expone en el Museo Municipal Sor Josefa. Foto: ARCHIVO EL LITORAL

Por Domingo Sahda

 

Días atrás, fueron abiertas a consideración del público dos exposiciones inscriptas ambas en el territorio del Arte Visual, entendido éste como discurso del intelecto sensible creado por el ser humano para interrogar/se, tanto a sí mismo como a la sociedad de la que participa, en torno al significado último, valor e incidencia del arte de la imagen como huella distintiva del intelecto humano.

El título que encabeza este texto, a saber “En exposición”, implica por extensión conceptual no sólo el hecho de exhibir la obra propia, sino, consecuentemente, mostrarse a sí mismos dentro del grupo social al que se pertenece como sujeto social y como creador de símbolos de referencia y aceptación diversa.

Dichas así las cosas vale decir que las dos exposiciones que fueron habilitadas el mismo día, al mismo horario pero en lugares distantes, mostrando una vez más la incapacidad para articular programas culturales que cuentan con un público cautivo. El Museo Municipal de Artes Visuales Sor Josefa Díaz y Clucellas peatonal San Martín 2068 habilitó la muestra “Racional Irracional”, de la artista plástica Nilda Marsili, en tanto que en el Museo de Arte Contemporáneo (MAC) - UNL, de Bv. Gálvez 1587 se dio apertura a la exposición “Mínima entropía”, de la artista plástica Rosana Storti.

Vale señalar que ambas muestras se acompañan con textos literarios que poco ayudan a la hora de orientar al desprevenido espectador, en general ajeno a los galimatías lingüísticos que suponen ensanchar la óptica perceptiva y apreciativa del “común”. Ello no sucede. Antes bien, los textos impresos señalados actúan como “obra” alternativa expuesta para lucimiento personal de sus autores. En el impreso de la muestra “Racional Irracional”, la orientación literario-poética del texto rescata una percepción subjetivada del hecho tangible que se mira.

La exposición de obras que firma Nilda Marsili ocupa la totalidad de las salas del Museo Municipal, ocupando cada una de las “Series” un lugar que favorece la lectura de las mismas, salvando la dispersión de las proposiciones plásticas expuestas.

Las series o sectores se rotulan del siguiente modo: 1) “Pinturas Abstractas” (de la Serie “Una mancha en la pared”), 2) Serie “Matemáticas”, 3) Serie “Ciencias Naturales”, en tanto que en la vitrina del fondo se exhibe una minicolección de pequeñas piezas en tridimensión encerradas en pequeñas cajas a modo de objetos —obsequios— que se titula “La Bailarina” de la Serie “Kriptonita” y se constituye, en rigor de verdad, en un conjunto de indagaciones con la línea como elemento geométrico trasladado al fino alambre que deviene en elemento matérico perceptible de la línea configurada como propia de la geometría sensible. Son en sí mismas un conjunto de exploraciones a modo de diminutos ejercicios creativos a los cuales el agregado descriptivo de los planos cromatizados les resta valor plástico.

La serie enunciada en primer término, pertenecientes a la Serie “Una Mancha en la pared” remite su apreciación al terreno de la abstracción postpictórica abstracta. Regulares en su dimensión y de tamaño medio mayor son repetitivas en su construcción conceptual. Puntos, arrastres de materia y grafías lineales de incierta regularidad se suceden sobre el supuesto muro que reitera el tratamiento plástico, salvo algunas ocasionales variables que dejan de leerse como “pared” en tanto soporte plástico. El logro mayor de esta serie está dado en la pieza que ilustra el catálogo de mano. El interjuego entre acento-trazo y negación del mismo se suceden, proyectando todos ellos una cierta hermeticidad que aporta cualidades sensitivas a la pieza en cuestión. La Serie “Matemáticas”, expuesta en la “Sala Bachini” del mismo museo, se compone de obras de reducido tamaño y resplandeciente cromatismo que se recortan como el mayor logro de la muestra en general. La sutileza del empaste, el contraste matérico, el desafío conceptual de continuar con la imagen propuesta en sus ocasionales soportes infieren la hipótesis de obra abierta, de continuidad infinita, validada así cada una de las piezas a la vista. El misterio, el hermetismo inherente a la proposición convoca a la mirada una y otra vez. El tamaño menor de las mismas las hace “grandes” plásticamente hablando, en tanto que las “grandes” en superficie aparecen como pequeñas en expresión.

La serie titulada “Ciencias naturales” corresponde a cuatro dibujos de manifiesto naturalismo descriptivo, correctos en sí mismos pero absolutamente ajenos a la proposición de la muestra, salvo que se interprete esta variable expresiva como otra hipótesis de racionalidad a la que alude el título de la muestra de referencia.

“Mínima entropía” en el MAC

Con el título que se consigna, la artista plástica Rosana Storti expone su producción en el local del Museo antes señalado. La exhibición en sí misma se subdivide en dos fases, a saber: a) resolución visual plana en macrofotografías descriptivas, de pareja y plana iluminación, con inclusión múltiple de acentos sin jerarquización de indicios significantes, a modo de señales de enumeración al infinito sin otra implicancia que su presencia, y b) Montaje espacial de una multiplicidad de elementos, aquellos ya vistos en las macrofotografías cercanas que suponen el trajinar diario de la mujer en su vida doméstica, ahora montadas a modo de torre que invade por tamaño el espacio circundante. Podría eventualmente, leerse este montaje como un esfuerzo por contar, con objetos diversos de trajinar del diario vivir, o como esfuerzo en la construcción de lo “efímero” como significado último adjudicado a la creación artística. Un gran esfuerzo que no se condice con el resultado.

“... Muchas de esas creaciones pueden hacernos reflexionar sobre el hecho que de diversas maneras se están violentando ámbitos humanos de lo cotidiano, de la normalidad, no de la excepcionalidad. Hablamos de una violencia inoculada disfrazadamente desde los lustrosos objetos e imágenes de la sociedad de consumo.... No se trata de objetos nobles caracterizados por su belleza, manufactura, por ser pieza única o por su valor económico. Se trata de colecciones de objetos que han perdido función y cualidades, objetos desprestigiados que no pertenecen tampoco al orden simbólico y no parecen ganar relevancia porque su colocación, amontonados o acumulados entre otros muchos sin individualidad, no se la proporciona...” (Bernárdez Sanchiz, Carmen/ “Transformaciones en los medios plásticos y representación de las violencias en los últimos años del Siglo XX”, / “Imágenes de la violencia en el Arte Contemporáneo” / Edit. “Las Balsas de la Medusa” / Madrid / Esp. / 2005.

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“Mínima entropía”, de la artista Rosana Storti se puede recorrer en el MAC. Foto: ARCHIVO EL LITORAL