Del facebook al manzano

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Fotos de Miguel Grattier

 

Por Marta Rodil

En el paraíso de mayo

un manzano florecido,

yo debajo.

(Wislawa Szymborska)

Pasarela de rostros y de fachas,

de fuegos fatuos y de máscaras

que se multiplican como tenia saginata

de mirada en mirada,

de máquina en máquina.

¿Será imposible

modificar el rumbo,

reorientar la brújula,

ir más allá de la epidermis

a encontrarse con el ser y su silencio?

Insistir,

como cuchara en la sopa

o como el timbre de tu casa

que suena y resuena

porque no se resigna a abandonarte.

Pedirle al rizoma de la tierra antigua

que arraigue en este mundo ajeno.

Despojarse del ruido y la chatarra,

acudir al llamado de algún árbol,

(quizá el manzano de Wislawa).

Amasar harina o barro,

tal vez recuperar el mantel o el delantal

preñado de trajines jubilosos.

Sosegar el caballo enloquecido

por tanto vértigo y progreso tecno.

Desprenderse de mochilas y atavíos,

rastrear en el enigma frutal

la esencia

que es sutil, que es añeja

y es futura.

Buscarse en el perfil encandilado

por el amor o la utopía,

tal, la abeja

que descubre en el camino del polen

su razón de vida.