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El Gobierno provincial anunció un paquete de medidas para reactivar y gestionar la región de manera interdisciplinaria. El Centro Operativo Tito Livio Coppa sería el punto de partida de un programa que promete, pero que contrasta con realidades presupuestarias y de cambios de estructura. Tampoco se mencionaron los aportes realizados con anterioridad.

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Con la idea de un abordaje integral a una realidad distinta a la del resto de la provincia, se puso en marcha esta semana la propuesta de desarrollo para la región de los Bajos Submeridionales y el norte santafesino.

La iniciativa contó con la presencia de gran parte del gabinete provincial y del mismo gobernador, quien -ante una concurrencia cercana a las 300 personas- delineó los principales ejes de la iniciativa.

“Tenemos que respetar el humedal; se trata de una zona con un enorme potencial, por eso vamos a abordar el trabajo desde el Centro Operativo de Las Gamas. Aquí el agua es el hilo conductor y debemos respetarlo”, comenzó diciendo en su alocución.

“Debemos encarar las obras necesarias para guardarla cuando haga falta. Necesitamos definir cómo abordamos la producción, arraigamos al ser humano a través de la cobertura de la salud, la educación, para lo cual nos trazamos tres líneas de trabajo”, continuó.

La primera de la mismas es la integración territorial. “Incluye la planificación de las metas, donde la energía eléctrica y un tendido de red, junto a las energías alternativas tengan un rol preponderante. La comunicación también se puede mejorar con la ampliación de las antenas satelitales para mayor cantidad de gente. Finalmente, acordar el manejo del agua con las otras provincias y con la Nación, lo que requiere un abordaje integral. Tenemos un preacuerdo con Chaco y Santiago del Estero en este sentido”, agregó.

Como segundo eje, la inclusión social. A propósito de los efectores de salud, el primer mandatario destacó que se hicieron 17 y hay 4 más en construcción. La declaración de la provincia como libre de chagas por entidades internacionales fue aplaudida por toda la audiencia (ver nota relacionada).

Respecto de la educación, destacó un fondo de $13 millones para invertir con vistas al futuro desarrollo productivo. En cuanto al hábitat, el apoyo a las aldeas rurales y el resurgimiento del plan Raíces, originario del gobierno de Aldo Tessio.

En cuanto al tercer punto, el desarrollo, hizo hincapié en las denominadas 4A: Accesibilidad, agua, alturas y alambrados y manejo de montes e incendios.

“Esto es un gesto, una actitud, un símbolo, porque entendemos la importancia del papel de los Bajos por eso queremos generar un espacio para encontrarnos periódicamente, para definir las prioridades económicas, sociales y de integración”.

Los objetivos

Por su parte, Rubén Galassi, ministro de Gobierno, habló de hacer conocer al resto del país la relevancia de esta zona, incorporando un concepto novedoso: la solidaridad territorial. “Las líneas de acción se basan en la Mesa Formal de los Bajos para elaborar políticas y gestionar el territorio. La sanción de la ley 13.225 a fines de 2011 permitirá el fortalecimiento de las relaciones entre el gobierno provincial y los locales, la creación de una red de extensión para sectores más vulnerables, sumando el trabajo de entidades como el INTA, el INTI, las Universidades, junto con la creación de un programa operativo de los Bajos en el Plan provincial, que se enmarca en el PEA 2020”.

Seguidamente, Antonio Ciancio, ministro de Aguas, Servicios Públicos y Medio Ambiente, destacó la importancia que la zona tiene para la geografía provincial, ya que ocupa un tercio de su extensión. “La aplicación de los proyectos permite una optimización de los recursos existentes. El agua marca el pulso de esta región, y Santa Fe es una provincia de agua. El agua es desarrollo, es subsistencia. El azud nivelador permitirá solucionar un problema de vieja data, generando un remanente de agua para el consumo de Tostado de hasta 6 meses”, se explayó.

A su turno, Carlos Fascendini, ministro dele Producción, remarcó la faceta productiva de la zona en cuestión. “Esta zona no tuvo las oportunidades para expresar su potencialidad. Por eso, la creación de programas específicos para la integración de productores, tales como el carnes santafesinas, las salas de faena para el ganado menor (porcino, caprino y ovino), el riego de la cuenca azucarera y la duplicación de la superficie sembrada con algodón, junto con el programa forrajes, la cosecha de agua y el programa agroindustrial familiar” asoman como puntales de trabajo.

Finalmente, Pablo Zancada, coordinador de los Bajos Submeridionales, dijo que cosas pequeñas pueden encerrar grandes cambios. “Muchas organizaciones han aportado lo suyo para poder salir adelante. Y en estas zonas, un teléfono salva una vida. Los Bajos son noticia cuando se inundan o cuando hay sequía, pero para poder salir adelante debemos trabajar juntos, ya que solos no podemos hacerlo”, afirmó.

La realidad

En una encendida intervención, frente a los funcionarios provinciales, el titular de la UOCB (Unión de Organizaciones de Pequeñoso Productores de la Cuña Boscosa Santafesina y los Bajos Submeridionales), Teodoro Suárez, sintetizó los contratiempos que sufren para vender su producción. “Por falta de internet en el Senasa, los productores de Santa Lucía o Los Tábanos tienen que hacer 200 kilómetros para hacer una venta, que en muchos casos apenas llega a un ternero”.

Dos productores de El Bonete, Domingo Díaz y Erardo La Paz Vergara, llegaron con un reclamo puntual al intendente de Vera: “nos cerraron el camino comunal y somos 6 familias que quedamos encerradas; para salir tenemos que vadear el arroyo o cruzar a través de otros campos”. Y se enojaron más aún cuando recordaron: “pagamos la Tasa por Hectárea (al municipio de Vera) y no hacen el camino”.

También se escuchó en muchos casos una especie de “denominador común” entre los habitantes de pueblos y parajes: la falta de agua y de escrituras de los “lotes pueblo”, como le dicen al terreno donde se han afincado muchos pobladores desde hace años sin lograr conseguir la escritura. Juan Carlos Avalos, productor de La Gallareta, indicó que su problema es el acarreo de agua; y lo mismo señalaron Ramona González del Paraje Km17 y Rosa Suárez, de Santa Lucía.

En el extremo noroeste santafesino, los miembros de la primera Aldea Rural Escolar de la provincia, “Luis M. Trod”, en El Nochero, también manifestaron problemas con el agua. “Necesitamos fondos para hacer cosecha de agua”, dijeron Juan Tolosa, Fabián Valdez y Pedro Farías.

Para Luis Edgardo Chamorro, pequeño productor en el Paraje Km.89, el problema es la electrificación rural. “Me sale entre 15.000 y $ 20.000 la línea para llevar la luz al campo; pero hay otros, que están más alejados, a quienes les pidieron hasta $ 90.000”, se quejó.

Para Teodoro Suárez, todo se resume “en la situación en que se vive en la Cuña” y el objetivo es lograr “el bienestar de la familia”. Hoy son materias pendientes vivienda propia, titularidad de la tierra y electricidad, carencias que conspiran contra el arraigo y expulsa a los pobladores, especialmente a los jóvenes. “Eso es lo que nos duele, no sabemos cómo sostener a nuestros jóvenes, que se van por que no hay una propuesta de trabajo en la zona”. Pero, sobre todo, las condiciones de vida en el campo son las que los empujan a ir en busca del confort moderno. “Por ejemplo, donde hay luz (eléctrica) tienen televisión, internet; todo lo que no tiene en el campo; como una baño digno, una casa digna, ni agua para ducharse o poder sentarse a mirar un noticiero luego de la jornada de trabajo”, enumeró el dirigente. A eso se le agrega que “no hay una propuesta de trabajo; lo único que se consigue es la leña, ser hachero, lo mismo que hace 100 años y se vive igual que hace 100 años”.

Pero no son todos reclamos o críticas. Suárez destaca la labor del coordinador de los Bajos, Pablo Zancada, y el avance en las escrituraciones y la construcción de salas de faena para ganado menor. Aunque todavía no está trabajando la sala, aún falta un vehículo refrigerado para el traslado de reses caprinas u ovinas.

¡A trabajar!

Según el ruralista Jorge Heer, se necesita “sistematizar el agua”, tanto en sus períodos de sequía como en los de inundación. “Es un gesto político y una manifestación de deseos, pero esto se logra trabajando, en la concreción de un plan que tenga que regir el ideario que después se realizará tranqueras adentro o en forma regional. No es un cosa sencilla, pero si no tenemos un plan esto será una mera manifestación de deseos. El mismo debe ser modificable año a año, porque implica un método matemático de aproximaciones sucesivas, mediante el cual se va mejorando constantemente. En la medida que esto termine con un plan que todos podamos consensuar para después en 10 a 15 años se realice será un éxito, sino será un fracaso”, opinó.

Daniel Alconchel, referente del Centro Operativo de Las Gamas, destacó que el apoyo político del propio gobernador y su gabinete es muy importante. El compromiso del Ministerio de la Producción es transformar este centro operativo en el eje con un equipo de extensión y de profesionales con otras instituciones para lograrlo, junto con la gente del lugar.

“El anuncio acrecienta nuestro compromiso; siempre fuimos un centro ganadero, pero también interactuamos con todo tipo de productores. En el centro genético estamos extrayendo semen, fabricando pajuelas. También con la Facultad de Esperanza que nos manda sus alumnos a practicar. En el tema pasturas, con todas las experiencias de megatérmicas y con adaptación de diferentes especies para suplir la alimentación del ganado, y ahora estamos sumando una colección de forrajeras templadas (tréboles, festucas, raigrass, pasturas perennes) para suplir el alimento invernal”, explicó.

 

La constitución de una Mesa Institucional de los Bajos para abordar y gestionar el territorio; la creación de la estructura funcional para hacerlo; el fortalecimiento de las relaciones con las comunas; la creación de una red de extensión; la puesta en marcha de un Programa Operativo “choca” contra una realidad que poco favorece su implementación. El programa Carnes Santafesinas, por ejemplo, que llegó a tener 60 asesores, cada uno de los cuales “llegaba” a 10 productores, desde junio de 1996, contaba con partidas cercanas al millón de pesos, el 80 % de las cuales era para el honorario de esos asesores. La última partida recibida fue la de 2010/2011 (Hace un año que no tiene presupuesto para operar).

Fascendini anunció la incorporación de especies menores a un programa que ya no existe en los hechos. El mismo funcionaba desde la Dirección Provincial de Extensión Agropecuaria, entidad que desapareció como tal con la reforma del organigrama del Ministerio que impulsó los sistemas de cadenas. Dicha dependencia funcionaba con una estructura que se desarmó.

Gabinete a pleno. Los integrantes de los ministerios provinciales intercambiaron opiniones con los pobladores de la zona. Foto: JMFernández