Testimonios de una situación indeseada

“No tuve nada que ver con el traslado de LA droga”

“No tuve nada que ver con el traslado de LA droga”

Dentro de la Moraleja, Carlos participó de diferentes cursos, lo que le permitió trabajar en la huerta. Foto: Gentileza C. Ríos

Sergio Ferrer

En la charla mantenida con Carlos Alberto Ríos resultó inevitable hablar del problema por el cual el fue condenado por la justicia española a 9 años y 1 día de prisión. Tema que, de alguna manera lo incomoda y lo pone un poco en alerta, pero no lo ofende, ni mucho menos, porque él asegura que no tiene nada que esconder.

Por eso, teniendo en cuenta que su caso toma notoriedad pública el 20 de febrero de 2007, cuando se informa que un boxeador al que él acompañaba en su arribo a Madrid portaba drogas y que a él se lo acusaba por tráfico de estupefacientes, Carlos manifestó: “Mirá, sé que se habló mucho de eso, del tema del tráfico de drogas y todo lo demás, pero yo en ese sentido estoy tranquilo y quiero ser claro: a mí me condenaron como cómplice de delito contra la salud pública, pero no tuve nada que ver con el traslado de la droga; los que cometen el delito propiamente dicho fueron los dominicanos, que iban conmigo”.

“A mí me piden que lleve un boxeador dominicano que estaba en Buenos Aires a pelear a Bilbao, donde yo tenía que contactarme con un empresario, Carlos Luna, que es argentino colombiano -si no me equivoco- y que era quien nos iba a esperar allá. Teníamos que hacer Retiro-Puerto Iguazú y Puerto Iguazú-San Pablo en colectivo, para luego, desde allí, tomar el vuelo a Madrid. Con uno de los boxeadores me encontré en Buenos Aires y con el otro en San Pablo. Al llegar al aeropuerto de Barajas yo pasé bien los controles, pero ellos quedaron detenidos, por eso siempre me pregunté cómo fue que pasaron el registro en San Pablo”, explica Carlos posteriormente.

“Quedé prendido...”

En la continuidad de su relato, expresa: “Cuando pego la vuelta para saber por qué los estaban revisando, me preguntan si yo estaba con ellos y digo que sí; por más que insistí en defender mi inocencia, a mí me encontraron tan culpable como a ellos, porque para las autoridades españolas entrábamos en lo que califican como banda; entonces yo quedé prendido”.

“Al principio no creían en mi inocencia, pero cuando llegué a La Moraleja, muchos funcionarios -los juristas, la asistente social, la psicóloga- me empezaron a conocer bien y se dieron cuenta cómo era mi situación, por lo que me echaron una mano muy grande, me ayudaron a resolver mi caso y a lograr que me redujeran la pena”, remarcó a continuación.

Luego, con mucho respeto recordó a quien fuera director del penal hasta 2009, Jesús Hernández, una de las autoridades que lo respaldó durante esa etapa tan dura de su vida.

“Los dominicanos todavía están pagando condena; no tiene sentido que diga sus nombres; son personas que aún siguen en Dueñas, ya que están cumpliendo 9 y 1 día, y 12 años y 1 día, respectivamente”, destacó luego Ríos, manteniendo ciertas reservas por la situación de aquellas personas vinculadas a su caso, con quienes compartió una buena parte de su condena y algunas de las actividades realizadas allá, ya que él llegó a entrenar a uno de estos muchachos en La Moraleja.

Como boxeador

Carlos Alberto Ramón Ríos fue boxeador profesional entre el 7 de febrero de 1992, cuando le GP 8 a Oscar Noibert en Colón (Entre Ríos), hasta el 17 de abril de 2004, oportunidad en la que PKO 2 contra Fabio Oliva en la ciudad de Santa Fe. Tuvo chances mundialistas fallidas, pero con actuaciones muy recordadas, contra primeras series como el filipino Luisito Espinosa, el estadounidense Floyd Mayweather Jr. y el brasileño Acelino “Popó” Freitas. Hizo el grueso de su campaña como peso pluma (donde llegó a ser campeón sudamericano) y superpluma. Completó 70 combates rentados, de los que ganó 52 (32 KO), perdió 11, tuvo 4 pleitos empatados y 3 sin decisión.

/// LO IMPORTANTE

“También entrenamos a gente grande, de la policía, bomberos o gendarmería, que quiere ponerse bien y va al gimnasio de lunes a viernes”, redondea.

En memoria del padre

En el transcurso de la entrevista, Ríos va encontrando de a poco el ánimo que le permite meterse en el tema de su reclusión en Dueñas, etapa que ha marcado, como a él mismo le gusta decir un verdadero quiebre en su vida.

“El primer año en España fue muy duro, fundamentalmente esos primeros días que me tuvieron en Soto del Real y los primeros meses en La Moraleja, a donde me trasladaron el 22 de febrero de 2007. Avanzado ese año y ya en 2008, cuando empecé a hacer los distintos cursos y a trabajar, se me fueron pasando los días, los meses y los años volando”, agrega.

“Al principio fue difícil, porque tuve que hacer todo lo posible para calmarme y para superar la sensación de encierro, que muchas veces te supera. En esos momentos fue importante tener al lado a otros paisanos argentinos, gente que llevaba bastante tiempo allá y ya sabía lo que era vivir en prisión”, comenta Ríos sobre lo ocurrido.

“Allá tenés que hacer un esfuerzo para sobrellevar tu situación de la mejor manera posible; de todos modos, donde yo estuve se podría decir que ni siquiera es una prisión, porque es una penitenciaría pastoral. Estábamos privados de la libertad, pero vivíamos como si fuera en un reformatorio, por decirlo de alguna manera, donde teníamos todo”, aclara.

“Empecé a sentirme mucho mejor cuando tuve la reducción de condena, la que me fue revocada dos veces; eso sí que fue algo muy grande: como quien dice, una verdadera ayuda de Dios”, completa. Para finalizar, visiblemente emocionado, dejó una consideración sobre uno de los momentos más tristes que le tocó vivir estando en Dueñas, enterarse de la muerte de su padre, muy enfermo (14 de junio de 2011): “Yo lo presentía, porque llamaba a casa y no encontraba a nadie; era como que él ya se quería ir, lo notaba muy bajoneado. Me decía que no iba a llegar a verme, que no iba a aguantar y eso me rompió entero, porque se fue el viejo y no pude hacer nada; me hubiera gustado mucho estar acá”.

(VIENE DE PÁGINA 2).

Esto que pasó, todo este encierro, me ha hecho reflexionar y pensar mucho. Tengo que hacer las cosas como corresponde: volver a echar una mirada sobre mis pasos y de aquí en adelante marcar un nuevo camino. Sé que esta experiencia me va a servir muchísimo”.

Carlos Ríos

ex boxeador

“No tuve nada que ver con el traslado de LA droga”

Reencuentro. Carlos estuvo algunos días en la casa de su madre Clelia, con la que compartió momentos muy cálidos y sentidos. Tiene ganas de “llevársela al sur”, pero las ocupaciones de ella le hacen casi imposible concretar esa opción.

Foto: Agencia Santo Tomé

“No podés dar un paso en falso...”

“Cuando me informaron por primera vez sobre mi condena me dijeron que me correspondían 12 años y 1 día, que era lo que había pedido el fiscal, pero cuando voy a juicio y escuchan mi versión me terminaron dando 9 años y 1 día”, rememora Carlos Ríos sobre el momento en el que le dictaminaron sentencia firme, a fines de 2007.

Posteriormente, sobre el día extra que se agrega a cada condenado explicó: “Ese día de más que te dan es uno que determinan ellos como autoridad; significa que tenés que caminar derechito como un niño que recién empieza o comportarte como una señorita hasta el final”.

“Ese día es el que se reservan ellos para analizar finalmente tu conducta; entonces vos estás sabiendo de antemano que debés marcar bien el paso siempre, ir derecho, porque cuando pisaste en falso, fuiste, ese día extra se puede convertir en una semana, o meses y hasta en años. En realidad ese día no tiene fin, pueden llegar a ser 10 ó 20 años más de condena; es un día que le pertenece a la Justicia española”, describe el ex boxeador.