El segundo caso en 20 días

“Por un error, no sé dónde están los restos de mi hijo”

“Por un error, no sé dónde  están los restos de mi hijo”

Desconcertados. Ramona y Ariel exponen el talonario del convenio de pago del nicho de Jonatan. Todavía no saben qué ocurrió con el ataúd y con el cuerpo.

Foto: Guillermo Di Salvatore

El ataúd con el cuerpo del hijo de Ramona Varisco ocupaba un nicho en el cementerio municipal desde 1989, pero un día encontró que en el lugar había otro féretro. Le reconocieron que lo cremaron por una equivocación, pero no le entregaron las cenizas.

 

Salomé Crespo

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“No me gusta hablar de esto, porque es muy doloroso para nosotros pero si no lo hago tal vez pueda volver a ocurrir”, aclaró Ramona Varisco antes de empezar a contar que desde 2010 desconoce qué pasó con el féretro que contenía los restos de su hijo Jonatan Díaz.

Es el segundo caso de desaparición de ataúdes que familiares de difuntos inhumados en el cementerio municipal denuncian públicamente en los últimos 20 días. El primero involucra a Alfredo Pagés, un hombre que tampoco encuentra, ni sabe qué sucedió con el cuerpo de su madre, Miriam de los Santos.

Ramona lleva en el rostro la angustia que le provoca haber perdido a su hijo dos veces, vive la ausencia, se le corta la voz pero pide disculpas y comienza el relato. Su hijo Jonatan falleció cuando era un bebé en 1989 y lo colocaron en el nicho Nº 152/0/3/264 - 4 del cementerio municipal. La familia abonó por entonces el servicio por cinco años, es decir hasta 1994 pero luego interrumpieron el pago por cuestiones económicas.

“En julio de 2009 falleció mi mamá y la colocamos en otro nicho. En diciembre de ese año, fui al cementerio a regularizar la situación del nicho de Jonatan para poder trasladarlo al lado de mi madre”, contó Ramona, en referencia a un convenio que cerró en la administración del cementerio de 11 cuotas de 40,50 pesos.

Su voluntad era que “estén los dos juntos”, una intención que nunca pudo concretar. “En agosto de 2010, fuimos a visitar las dos tumbas pero en el nicho de mi hijo no sólo estaba cambiada la placa sino que habían colocado a otra persona”, sostuvo Ramona. Previamente, la familia había concurrido al cementerio en mayo de ese año y el nicho estaba intacto.

Ese mismo día, al segundo golpe lo recibieron en la sede de la administración del cementerio cuando les explicaron que “la titular del nicho (Ramona Varisco) solicitó la cremación del cuerpo”. “Teóricamente, yo pedí que cremaran a mi hijo, pero jamás lo hice. Le expliqué a la persona que me atendió que eso era imposible, entonces empezó a dar vueltas hasta que me dijo con total frialdad que ‘de todas maneras si era un bebé no quedan cenizas’. Ésa fue la respuesta”, contó Ramona.

Pero Varisco y su pareja, Ariel Blanco, continuaron exigiendo explicaciones. “Como seguíamos sentados esperando que alguien nos diga qué había ocurrido, vino otra persona que después de un largo discurso nos dijo claramente que por un error lo habían cremado”, aseguró la mujer, y agregó con indignación que “hasta el día de hoy, por un error no se dónde están los restos de mi hijo”.

En el mismo momento en que Ramona y Ariel aguardaban en la administración del cementerio las explicaciones del caso, otra mujer gestionó la cremación de su padre. “Completó un formulario y se lo sellaron para que concurra al juzgado para que la autoricen. Le dijeron que cuando complete el trámite iban a proceder a cremar los restos”, detalló Blanco.

“Eso quiere decir que existe un procedimiento que yo no realicé y mi hijo fue cremado. No entendemos si se falsificaron documentos o simplemente lo sacaron”, remarcó Ramona.

Posteriormente, con el asesoramiento de un abogado, Varisco realizó la denuncia del caso en la Unidad de Información y Atención de Víctimas y Denunciantes del Ministerio Público Fiscal.


Antecedente

El 6 de julio, Alfredo Pagés le contó a El Litoral su caso. En 2011, al cumplirse el quinto aniversario del fallecimiento de Miriam de los Santos, su madre, concurrió con su familia al cementerio municipal para asistir al desenterramiento del ataúd para luego cremar los restos, pero no hallaron absolutamente nada en la fosa donde habían colocado el cajón el 1º de julio de 2006. Desde entonces, aguarda que las autoridades municipales le den las explicaciones correspondientes.

/// EL DATO