EDITORIAL

La economía refleja problemas internos

El 3 de agosto de 2012 es un día particularmente esperado desde hace tiempo por el gobierno argentino. Tanto es así, que el casi desconocido ministro de Economía, Hernán Lorenzino, le acaba de dedicar una columna publicada por la agencia oficial de noticias Télam.

 

Ese día, se producirá el pago de la última cuota de los 19.600 millones de dólares del Boden 2012, cuyos tenedores vienen cobrando ante cada vencimiento en billetes de la moneda norteamericana. Este fue uno de los motivos que dieron lugar al cepo cambiario que tiende a endurecerse en la Argentina, a pesar de las inocultables consecuencias negativas que provoca en la economía doméstica.

Lorenzino dice la verdad cuando resalta que el peso de la deuda sobre la economía representa hoy el 41,6% del Producto Bruto, que la deuda con privados es de menos del 10% del Producto Bruto Interno y que los servicios de pago de la deuda en moneda extranjera con privados representan anualmente sólo el 6% de las exportaciones.

A este contexto favorable debe añadirse el hecho de que, a pesar de la crisis europea y de la desaceleración de la economía brasileña, la Argentina continúa viéndose favorecida por los elevados precios de las materias primas que exporta y que sostienen el andamiaje económico nacional.

En cambio, de lo que no hablan Lorenzino y el resto de los funcionarios nacionales es de los evidentes desequilibrios internos que acentúan la caída de los principales indicadores y que encienden luces de alarma respecto del futuro cercano.

La desaceleración del consumo no logra reducir los índices inflacionarios. Según distintos sondeos realizados por entidades representativas de los consumidores (Adelco y Consumidores Libres), los precios de productos que integran la canasta básica de alimentos sufrieron en julio aumentos que en algunos casos superan el 2 por ciento.

A nivel local, el Centro de Estudios y Servicios de la Bolsa de Comercio acaba de dar a conocer el Icasfe (Índice Compuesto Coincidente de la Provincia de Santa Fe). Según este relevamiento, la economía provincial se encuentra en recesión desde el último trimestre de 2011.

Este índice constituye un indicador mensual que se utiliza para conocer la evolución del nivel de actividad. Su principal objetivo es determinar el movimiento cíclico de la economía. Entre las variables analizadas para la conformación del Icasfe aparecen datos sorprendentes. Por ejemplo, que en abril de este año el nivel de ventas de maquinaria agrícola estuvo un 69,1% por debajo del máximo alcanzado en diciembre de 2010.

El mismo estudio determina que, a diferencia de lo ocurrido durante el período recesivo 2008/2009, en este caso las causas están particularmente vinculadas con cuestiones domésticas: elevada inflación, atraso cambiario, doble tipo de cambio del peso con el dólar y constantes regulaciones que tienen a desvirtuar el desarrollo de las distintas variables económicas.