El objetivo es profesionalizar el rubro

Más requisitos para los “patovicas”

De la redacción de El Litoral

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Presentación de certificado de antecendentes penales, educación obligatoria completa y constancia sanitaria de aptitud psicológica serán algunos de los nuevos requisitos que deberán cumplir las personas que aspiren a ser empleadas como personal de seguridad, más comúnmente denominados “patovicas”. Lo aprobó el Concejo Municipal ayer, con la premisa de profesionalizar el rubro y disminuir las situaciones de conflictividad en espectáculos públicos y locales nocturnos. “Se trata de readecuar la normativa local, y adaptarla a la norma provincial y a la ley nacional vigente. El objetivo es hacer más profesional e idóneo este servicio, con un mayor control sobre eventuales abusos de poder y autoridad en el acceso y permanencia en locales bailables nocturnos”, justificó la iniciativa Vanesa Oddi (FPCyS-PS), su impulsora.

Para desempeñarse como personal de control de admisión y permanencia, se deberá ser ciudadano argentino nativo o por adopción o extranjero con dos años de residencia en el país, y mayor de 18; haber cumplido la educación obligatoria; obtener un certificados de aptitud psicológica y física otorgado por la autoridad pública de salud, y presentar el registro de deudores alimentarios morosos. No podrá desempeñarse quien haya sido condenado o indultado por delitos de lesa humanidad o por violación de derechos humanos, ni quien se encuentre revistiendo como personal en las fuerzas armadas, de seguridad, policiales, del servicios penitenciario, etc. Tampoco quienes hayan sido sancionados en tres o más oportunidades, o cesanteados, destituidos, exonerados o sancionados en la administración pública.

Golpiza

Carolina Segovia denunció en la comisaría 1a. de la UR I que su hijo de 17 años fue brutalmente agredido por varios patovicas durante la madrugada del domingo pasado. El hecho ocurrió en el interior de un boliche bailable ubicado en la Recoleta santafesina. Según contó la madre, luego de la golpiza, el adolescente fue trasladado desde el boliche a la comisaría y desde allí al hospital Cullen donde le practicaron curaciones.