La crisis financiera europea frena el

crecimiento de la economía alemana

El segundo trimestre creció 0,3 %, dos décimas menos que el primero. Se niegan a concederle más tiempo a Grecia para realizar el ajuste.

 

De la Redacción de El Litoral

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La crisis de deuda en la eurozona frenó el crecimiento de la economía alemana en el segundo trimestre: el producto bruto interno (PBI) creció un 0,3 por ciento frente al trimestre anterior en cifras desestacionalizadas, informó la oficina federal de estadísticas confirmando las primeras estimaciones.

El consumo interno permitió a la economía alemana permanecer en la zona positiva. En el primer trimestre del año, el PBI había crecido un 0,5 por ciento.

Las exportaciones y el gasto público contribuyeron de forma positiva al crecimiento. Sin embargo, las inversiones en la construcción y en equipamiento, como maquinaria y automóviles, volvieron a contraerse, debido a la inseguridad de las empresas ante la crisis del euro.

Frente al segundo trimestre de 2011, el PBI aumentó un 0,5 por ciento, en términos reales. Sin embargo, este año hubo un día laboral menos, por lo que el crecimiento habría sido del 1,0 por ciento si se tiene en cuenta el factor calendario.

La buena coyuntura económica favoreció que la Agencia Tributaria alemana registrara un superávit en el primer semestre del año en curso de 8.300 millones de euros.

Este excedente en los ingresos de las arcas públicas alemanas supone una cuota de superávit de un 0,6 por ciento del PBI.

De esta manera, Alemania se aleja aún más del límite de déficit fijado por el Tratado de Maastricht de la Unión Europea (UE) de un máximo del 3,0 por ciento.

Es el cuarto semestre desde 1999 que se registra un superávit en las finanzas alemanas y el más fuerte desde el segundo semestre de 2000, cuando se registró un plus de un 3,0 por ciento, aunque en ese momento se debió a los beneficios derivados de la venta de licencias para red de telefonía móvil.

En 2011, Alemania registró un déficit del 1,0 por ciento, siendo la primera vez desde 2008 que se situaba por debajo de la barrera fijada por la UE, después de haberla sobrepasado seis veces desde la introducción del euro en 1999.

Este aumento se basó principalmente en el superávit registrado en la seguridad social alemana de 11.600 millones de euros en el primer semestre de 2012, que compensó el déficit de 3.300 millones de euros de los presupuestos del Estado federal, los estados federados y los municipios.

En base a estas cifras, el Bundesbank alemán calcula que “la cuota de déficit se reducirá del 1,0 por ciento del año pasado a un 0,5 por ciento”.

Sin prórroga para Grecia

Alemania, en tanto, se mantiene firme en su negativa a conceder más tiempo a Grecia, como solicita el primer ministro griego, Antonis Samaras: así lo reiteraron hoy los ministros alemanes de Finanzas, Wolfgang Schauble, y de Economía, Phillip Rosler.

“Más tiempo no es la solución al problema y significa más dinero al final”, declaró Schauble.

“La eurozona se situó en sus límites al negociar el pasado año un paquete de ayuda y reformas con Atenas, que hay que justificar de algún modo económicamente”, agregó.

“No se trata de mayor o menor generosidad, sino de encontrar un camino a través del cual el conjunto de la eurozona pueda recuperar la confianza de los mercados financieros”, indicó el responsable de finanzas alemán.

“Por ello debemos esperar al informe de la conocida troika, formada por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), en septiembre sobre la aplicación de las reformas griegas”, recordó.

“Se debe entender que Grecia se encuentra en una situación difícil. Pero también es verdad que Atenas perdió mucho tiempo al tener que repetir las elecciones”.

Phillip Rosler, socio de la canciller alemana en el poder, se mostró también firme en la postura de “no ofrecer ninguna rebaja en las reformas que tiene que emprender Grecia”.

“Sólo se devolverá la confianza en el euro si todos cumplimos las normas”, agregó.

La canciller federal de Alemania ya recordó ayer que “todos los miembros de la eurozona se deben ceñir a sus obligaciones” y que eso también atañe a Grecia. Mientras que el jefe del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, habló incluso de “una última oportunidad”.

La crisis financiera europea frena el crecimiento de la economía alemana

La canciller alemana Angela Merkel durante una rueda de prensa el Palacio Republicano de Moldavia. Foto: EFE

Merkel se reúne con Hollande y Samaras

EEUU: aumentaron las solicitudes de desempleo

La cifra semanal de solicitudes de subsidio por desempleo en EE.UU. subió en 4.000 y se ubicó en 372.000 la semana pasada, el nivel más alto en cinco semanas.

El nivel de solicitudes es un indicador aproximado de si aumentan o disminuyen los despidos. Las solicitudes de subsidio por desempleo han estado alrededor de 370.000 en el último mes, un nivel que indica un modesto incremento en la contratación de trabajadores.

Pero desde que tocaron en febrero su nivel más bajo en cuatro años las cifras semanales de solicitudes no han mejorado y eso, según los analistas, refleja un ritmo muy bajo de reactivación económica que hace que los empresarios sean cautelosos.

Asimismo, la amenaza persistente de una crisis financiera en Europa y la posibilidad de que a comienzo de 2013 haya cortes sustanciales en el gasto del Gobierno Federal y aumentos de impuestos.

El promedio de solicitudes en las últimas cuatro semanas, un dato que refleja mejor las tendencias, aumentó en 3.750 y se ubicó en 368.000.

En la semana que terminó el 11 de agosto la cifra de personas que percibían el subsidio pagado por los Estados subió en 4.000 y llegó a 3,32 millones.

El subsidio por desempleo cubre, habitualmente, hasta 26 semanas pero desde 2008, ante la recesión que resultaría la más profunda y prolongada en EE.UU. en casi ocho décadas, el Gobierno Federal instituyó programas que extienden la cobertura hasta por 90 semanas.

/// análisis

Emilio Rappold - DPA

La severa política de austeridad y saneamiento de Portugal es elogiada en toda la Unión Europea. Pero los habitantes del país más pobre de Europa occidental están pagando un precio cada vez más alto.

“Soy ingeniero, pero desde 2010 estoy sin trabajo”, cuenta, avergonzado, un hombre que mendiga frente a la estación de trenes de Rossio en pleno centro de Lisboa, y que no quiere revelar ni siquiera su nombre de pila.

En medio del barullo veraniego causado por centenares de turistas y locales, este señor de unos 40 años y bien vestido no llama necesariamente la atención.

Su breve relato, en cambio, sí lo hace: “Tenía una buena vida, pero todo se fue cuesta abajo rápidamente. Hace seis meses, mi mujer finalmente se separó de mi, y hace dos que vivo en la calle”.

Las organizaciones de ayuda hablan de los “nuevos pobres”, personas de la otrora acomodada clase media afectadas profundamente por la crisis económica.

Los “años de oro” de entre 1985 y 2000, después de la entrada de Portugal a la Unión Europea y la “lluvia de dinero comunitario”, marcados por numerosas obras y salarios antes nunca vistos en este país, pertenecen definitivamente al pasado.

Tras el rescate financiero de Portugal a mediados del año pasado, con un paquete de 78.000 millones de euros, el país implementó como contraprestación severos recortes de gastos y aumentos de impuestos.

Portugal es elogiado por ello en el extranjero, ya que consiguió reducir significativamente el déficit presupuestario, pero de puertas para adentro casi todos los días hay malas noticias.

El diario “Público” reveló estos días que un récord de 465.000 personas tienen que sobrevivir sin empleo y sin ninguna ayuda del Estado. Esto supone un 56 por ciento de los desempleados registrados y casi uno de cada veinte portugueses en un país con 10,5 millones de habitantes, sin contar los familiares que dependen de ellos.

El desempleo saltó de un 4 por ciento en 2002 al récord del 15 por ciento. Al mismo tiempo, el gobierno recortó o suprimió muchas de las prestaciones sociales.

Mientras tanto, se reveló por estos días también que el número de trabajadores que reciben menos de 310 euros por mes creció en los últimos doce meses en un 9,4 por ciento a 153.000.

La economía portuguesa, de capa caída hace más de una década y para colmo desde hace dos años en el centro de la crisis de la deuda y del euro, se redujo en otro 3,3 por ciento en el segundo trimestre del año en curso.

“En solo dos años, la crisis hizo retroceder el consumo interno en un 13 por ciento a los niveles de 1999”, se queja el respetado economista Ricardo Cabral. Su colega Filipe Garcia advierte de una “destrucción duradera del aparato productivo nacional”.

Lo peor es que no se ve la luz al final del túnel.

El primer ministro del gobierno liberal conservador, Pedro Passos Coelho, aseguró la semana pasada que la recesión acabará en 2013. Pero ni siquiera su ministro de Economía, Alvaro Santos Pereira, parece creer en esto. “La incertidumbre es tan grande”, admitió.

Cáritas Portugal reportó la semana pasada un gran aumento del número de familias que buscan su ayuda, de un promedio semanal de 47 el año pasado a 82 en este 2012. El presidente de esta organización humanitaria de la Iglesia Católica, Eugenio da Fonseca, dijo recientemente en relación con la crisis que había un ‘preocupante‘ aumento del número de suicidios.

Los psiquiatras admiten que la crisis les está proporcionando muchos más clientes, al tiempo que los problemas económicos son acompañados por un aumento del número de robos y otros delitos.

Cada vez más son los portugueses que escapan a los problemas “huyendo” literalmente al extranjero. Según los últimos números oficiales, entre 120.000 y 150.000 personas buscan por año mejor suerte fuera de Portugal.

Una encuesta publicada la semana pasada reveló que el 69 por ciento de los estudiantes universitarios del país están pensando en hacer las valijas una vez que tengan el diploma en manos. Países europeos como Alemania, Reino Unido, Francia y Luxemburgo siguen siendo los destinos preferidos, pero atraen cada vez más las antiguas colonias lusas, como Brasil, Angola o Mozambique.

La desesperación es tan grande, que muchos emigrantes se suben al avión con una o dos maletas, sin preparación previa y sin permiso de residencia o trabajo en el país elegido.

La Iglesia admite que hay cada vez más hambre. Pero antes de emigrar hay que informarse, exhortó hace unos días el presidente de la Comisión Episcopal Portuguesa, Jorge Ortiga.

“Muchos emigrantes acaban durmiendo debajo de un puente”, advirtió el prelado.

Sin embargo, al mendigo de la estación estas palabras no le asustan. Cansado y frustrado afirma: “Apenas haya juntado suficiente, no me ven más por aqui. ¿Frente a Rossio? No, aqui en Portugal.

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Hambre, desesperación y fuga: se agudiza el drama social en Portugal