El equipo crece como los chicos

Pertenencia Sabalera

Colón borró de la cancha a Racing con otro signo de madurez futbolística. Golazo de Mugni, gol de Curuchet y recontragolazo de Graciani, todos del semillero.

Pertenencia  Sabalera
 

 

Curuchet, el puntero

Darío Pignata

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Está confirmado: le dio positivo a Colón el test de Alcoholemia en la Copa Sudamericana. Es que se emborrachó el “Negro” de alegría con un fútbol como hace tiempo no se veía en el Cementerio pero que ya había amagado con asomar en la remontada ante Belgrano el finde. Y si algo faltaba para cerrar la noche como el dios futbolero manda, llegó la vaselina de Graciani para ridiculizar al que fue —por lejos— la figura de Racing: su arquero De Olivera, una mole que supo atajar en Colón y que en el primer tiempo parecía invencible. El 3-1 puso justicia y tranquilidad para la revancha copera a jugarse dentro de una semana.

Claro que jugando como está jugando, con personalidad y estilo, tranquiliza el fútbol de Colón tanto o más que estos dos goles de ventaja que viajarán al Cilindro de Avellaneda para el desquite.

Otra vez, como contra Belgrano, Colón debió pedirle horas extras a sus hormonas. Es que Racing logró en un minuto lo que al dueño de casa le demandó varias llegadas y voladas de De Olivera. Por eso el 1 a 1, además de injusticia, generaba toda una incógnita. Pero Colón no le dio tiempo y lo volvió a tumbar con la zurda de Mugni arrancando y la derecha de Curuchet abrochando.

Colón, que no tiene típicos carrileros veloces por las bandas, encontró anoche dos jugadores con motor y nafta de Fórmula 1: Lucas Mugni rápido de la cabeza y Facundo Curuchet rápido con los pies.

Lo que hace Mugni en el inicio de su propio golazo es fatal: desparrama un mal cálculo del defensor de Racing con sólo quebrar la cintura y de ahí se va al gol en soledad. Hay una postura técnica impropia de lo que marca el manual: el zurdo que está justificando la “10” en la espalda lo mira una sola vez a De Olivera y después nunca más le saca la vista de encima a la pelota. Como si supiera siempre que ahí estaba el secreto y poco importaba lo que hiciera el ropero que estaba en el arco de Racing.

Al no levantar la vista, nunca le dio pistas al golero de qué decisión podía tomar. Si hubiera tirado la gambeta larga por izquierda, nadie hubiera dicho nada. Pero lo encaró tanto al arquero que no le dio tiempo a nada: cuando quiso reaccionar De Olivera, ya la había “picado” de manera exquisita y la pelotita estaba adentro.

Y si ese gol propio fue un manual de la precisión técnica en velocidad física, el inicio del segundo fue peor. Porque anticipó en tres cuartos de campo de Racing, apiló rivales hasta el borde del área, lo vio libre a Gigliotti, éste hizo lo mismo con Curuchet y el “petiso” la cruzó con la cara interna de la bota derecha.

Siempre se dijo en la Argentina que “el fútbol es para los vivos”. Y hoy, de yapa, es para los rápidos. Se puede ser rápido de la cabeza y de las “gambas”. Hoy, con los pibitos, Colón tiene de las dos cosas: con ese fútbol exprés, está dañando a los rivales.

Colón, que venía de un desgaste importante remontando el 0-2 con Belgrano, volvió a dar muestras de una personalidad en crecimiento como equipo. Porque así como no se enloqueció en esos minutos fatales contra el Pirata, tampoco perdió la postura cuando Hauche se vistió de injusticia con el 1 a 1 (honor a la verdad: también golazo por la definición).

“Todos corremos, nadie es figura. En todo caso la figura es el equipo”, dijo Mugni buscado por todos los micrófonos. Invicto en el torneo local y marcando terreno en la Copa, Colón se empieza a transformar en un equipo “respetable” para sus rivales.

“La idea era no salir jugando. Porque ellos te presionan mucho y bien, salen rápido de contra con Mugni y Curuchet. Nos hicieron precio”, explicó un honesto Zubeldía.

Increíblemente, el abc del contragolpe se dio cuando los pibes ya no estaban en cancha: bochazo de Ricky Gómez a Graciani, corrida del pibe y golazo de emboquillada.

Cuando los actuales gobernantes de Colón aparecieron en la arena política con el nombre de Pertenencia Sabalera y postularon al Dr. Germán Lerche intentaron, seguramente, construir algo más que un eslogan para ganar las elecciones y las reelecciones.

Muchas veces el proyecto de las inferiores pareció “aparatoso” y hasta obsceno por la estructura, cantidad de cargos, sueldos, funciones, convenios con clubes, etc.

Si de algo se dio cuenta Lerche cuando fue a buscar a Batistuta es que contratando técnicos caros (la lista es larguísima) y jugadores-estrella (otra lista extensa) la historia terminaba igual que siempre: no pasaba nada. Los técnicos y jugadores caros salían campeones en otros clubes, nunca en Colón.

Por eso, quizás, se “pasó de rosca” con lo otro, lo de las inferiores. Para algunos, por convicción. Para otros, por obligación. No importa. La realidad futbolística de Mugni, Curuchet y los chicos en la Sub 20 empiezan a inclinar la balanza para su lado. Con Argüello, Alario y Graciani en el banco.

Ese sueño de consolidar a cinco o seis pibes de las inferiores en el primer equipo hoy parece posible. Asoma el equipo. Empieza a brillar la Pertenencia. Uno nota que se “matan” Mugni y Curuchet por la camiseta en cada pelota. Eso sí es Pertenencia. Ya no más como eslogan para ganar elecciones. Ahora, es un eslogan para ganar partidos. Y para jugar a la pelota como le gusta a la gente. Lerche lo eligió a Batistuta y el “Bati” a Sensini. Hay que escribir las cosas como son. De la misma forma que las escribíamos cuando veíamos al fútbol de Colón extraviado y culpando a la Virgen.

 

El 2-1 de derecha. Otro arranque furioso de Lucas Mugni, exprimiendo al máximo el famoso pressing en la salida de Racing para provocar el error: corrida del zurdo, apilada, pase para Gigliotti quien puso una bocha al vacío para Curuchet que la cruzó al otro palo del arquero De Olivera. El mejor gol de los tres en cuanto a juego de equipo. Foto: Flavio Raina

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/// SÍNTESIS

COLÓN 3

RACING 1

Colón: Diego Pozo; Maximiliano Caire, Gerardo Alcoba, Ronald Raldes, Bruno Urribarri; Iván Moreno y Fabianesi, Adrián Bastía, Sebastián Prediger, Lucas Mugni; Facundo Curuchet y Emmanuel Gigliotti.

Director técnico: Roberto Sensini.

Racing: Jorge De Olivera; Iván Pillud, Fernando Ortiz, Matías Cahais, Claudio Corvalán; Diego Villar, Bruno Zuculini, Mauro Camoranesi, Adrián Centurión; Gabriel Hauche y José Sand.

Director técnico: Luis Zubeldía.

Goles: en el segundo tiempo, 1 min Mugni (C); 4 min Hauche (R); 13 min Curuchet (C); 44 min Graciani (C).

Cambios: en el segundo tiempo, 11 min Martín Pérez Guedes por Villar (R); 19 min Luciano Aued por Camoranesi (R); 21 min Marcelo Argüello por Curuchet (C); 31 min Ricardo Gómez por Mugni (C); 38 min Javier Cámpora por Sand (R); 42 min Gabriel Graciani por Gigliotti (C).

Árbitro: Pablo Lunati.

Estadio: Colón.

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Pertenencia  Sabalera

Mugni, el exquisito

Pertenencia  Sabalera

Graciani, alta definición

El 1-0 de zurda. Arrancó desparramando a Cahais con un quiebre de cintura en tres cuartos de campo y avanzó a pura velocidad. Siempre con la vista en la bocha, que parecía “atada” a su botín izquierdo. Así, a pura carrera, se fue acercando hasta De Olivera y cuando quedó bien cerca del arquero de Racing, se la picó con gran calidad técnica. Golazo. Foto: Flavio Raina

El 3-1 de emboquillada. Racing firmaba el 1-2 en Santa Fe después del baile que se comió en la noche de Copa contra Colón. Era una injusticia total, acorde a lo que habían hecho los dos con la pelota. Pero Ricky Gómez sacó un bochazo de varios metros, picó Graciani habilitado y se la tiró por arriba de la cabeza a De Olivera. Recontragolazo. Foto: Pablo Aguirre