Con Alambre no

por Tantalio

 

Derechos Humanos fechados

Si uno se atiene a la información que suministran los medios de comunicación imparciales, nadie puede dudar respecto a que los gobiernos que se sucedieron a partir del año 2003 han puesto en vigencia y proclamado como política prioritaria la defensa de los derechos humanos. Los juicios por el terrorismo de Estado se suceden sin discontinuidad. A lo sumo, se podrá observar que sobre la base de un fallo de la Suprema Corte que consideró que las actividades del accionar de los grupos guerrilleros no son delitos de lesa humanidad, la prescripción para juzgar esas acciones ha dejado disconforme a un sector de la población, que considera que se han generado asimetrías en el accionar de la Justicia. Ahora bien. ¿Se trata de esta disidencia y nada más?

Leyendo unas declaraciones recientes del Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel (uno de los fundadores de la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos), con motivo de los incidentes con la comunidad Qom La Primavera de Formosa, parecería que no es así. En su opinión, “el gobierno actual acota los Derechos Humanos al período 76-83 y descree que acompañe a las actuales víctimas de la represión al permitir que los particulares y el Estado avancen y priven al grupo de sus tierras”. Sostiene que “el INAI (Instituto Nacional de Asuntos Indígenas) no trabaja para los pueblos originarios, sino que apuesta a favor de los intereses de los gobiernos locales y el INADI (Instituto Nacional contra La Discriminación), ni siquiera juega” y que en muchas provincias ocurre lo mismo que lo que ya se conoce de Andalgalá (Catamarca) o Esquel (Chubut). Afirma que la sensibilidad sobre los Derechos Humanos del gobierno nacional tiene un interés político restringido al período 1976-1983, y se despreocupa de las violaciones anteriores (obviamente se refiere a las AAA en especial) y las que están ocurriendo después, cuando se producen serias discriminaciones de los pueblos originarios. “Sólo basta con mirar la política de desgaste duro que se hace con poblaciones enteras, a las que no se les respetan sus culturas, se desgastan sus ambientes y se las fuerza a cambiar sus modos de vida, en Formosa, Santiago del Estero, La Rioja o Salta”. En muchos de estos casos, asociada con la explotación minera o con el vergonzante conflicto de Ituzaingó (Córdoba) y otros similares relacionados con las malas prácticas en la fumigación de campos de soja. A lo que se debe agregar la inexplicable postergación hasta el año 2013 de la autorización para el uso del endosulfan cuando el Convenio de Estocolmo lo denunció fuertemente desde el 2010.

Personalmente agregaría que mientras en el país haya niños desnutridos -algunos de los cuales se están muriendo de hambre mientras en la argentina sobran los alimentos-, o no tengan techo ni reciban educación, no existe respeto por los derechos humanos. Y estos dramas no se definen marcando fechas en los calendarios, salvo aquel día en el que hayan desaparecido.