Una incursión a la galaxia y la vida cotidiana en los suburbios

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Mark Haddon.

Por Fabricio Welschen

 

“¡Bum!”, de Mark Haddon. Traducción de Patricia Anton de Vez. Salamandra. Madrid, 2010.

El escritor inglés Mark Haddon (1963) es principalmente conocido por su novela El curioso incidente del perro a medianoche (2003), obra en la que un muchacho de quince años comienza a escribir, a partir de una actividad que surge en el instituto para estudiantes con necesidades especiales al cual concurre, la narración de las investigaciones que lleva a cabo en los alrededores de su hogar para descubrir quién mató al perro de su vecina clavándole una horquilla. En esta original novela, la narración del periplo policíaco tiene lugar en una serie de capítulos que se van alternando con otros que describen algunos detalles del particular mundo del protagonista. Pocos años después, Haddon publicaría Un pequeño inconveniente (2006), centrada en las tensiones y altibajos que padecen los cuatro miembros de la familia Hall. Una obra menos creativa que su antecesora y en la que la narración de la historia es llevada a cabo de una forma más convencional pero que no carece de las coloridas y vivaces caracterizaciones de los personajes y el humor que habían distinguido a la primera.

Haddon es también autor de libros encuadrados en la literatura infantil-juvenil; de éstos, solamente ¡Bum! ha sido traducido al castellano. Según comenta el mismo autor en una nota final, el libro había sido publicado originalmente en 1992 bajo el titulo de Gridzbi Spudvetch! pero tras una posterior corrección y una reescritura del original fue nuevamente editado en 2009 con el título que lleva hoy. La publicación de su traducción fue en 2010 pero es recién ahora que el libro llega a la Argentina.

La aventura, alrededor de la cual gira gran parte de la narración, comienza en el momento en que Jim y su amigo Charlie descubren que dos profesores de su colegio emplean en secreto un lenguaje extraño para comunicarse.

En este texto, se trabaja a partir del argumento, no poco empleado, de la presencia de seres extraños o extranjeros que se encuentran infiltrados en la vida cotidiana, un tema que connota también la idea de conspiración o espionaje (después de todo, hay que recordar que la versión original de este libro data de 1992; es decir poco tiempo después de levantada la Cortina de Hierro en Europa).

Pero lo que es digno de destacarse en el libro de Haddon no es el argumento principal en el que se sustenta la aventura, sino aquel otro, menor, que transcurre paralelamente al primero. La narración alternará entre, por un lado, la aventura que conducirá a Jim y a Charlie a un fantástico viaje por las galaxias de cuyos buenos resultados depende la existencia del Planeta Tierra y, por el otro, los avatares de la vida cotidiana en un suburbio londinense.

Es precisamente en este segundo argumento menor donde la destreza narrativa de Haddon cobra mayor vigor y presencia en las páginas del libro, resultando estar estos pasajes a la altura de Un pequeño inconveniente. En esta segunda trama aparecen más nítidamente los aspectos más logrados y distintivos de la escritura del autor: los perfiles caricaturescos de los personajes y el humor.

En la descripción de la vida cotidiana, se muestra a la familia de Jim, el narrador y protagonista del libro: ésta se encuentra constituida por la típica hermana mayor maltratadora (que tiene como novio a un motoquero bravucón y troglodita llamado Caracráter), la madre que comienza a ascender laboralmente y el padre, quien presenta algunos distintivos infantiloides y deprimido por su fracaso laboral (personaje, además, del cual se suele servir el autor para componer algunos de los pasajes humorísticos).

El mismo partido saca Haddon con la familia del amigo de Jim, Charlie. Su madre, la señora Brooks, es descripta como una mujer de mal genio, que bordea un cinismo cuasi homicida, y lo mismo sucede a la hora de describir el entorno escolar al que pertenecen los dos personajes principales.

Tal como ya lo había hecho en las dos citadas novelas, Mark Haddon demuestra en ¡Bum! su destreza para narrar de forma humorística y colorida los aspectos más pequeños y triviales de la vida, tanto aquellos que hacen a la felicidad como a la desgracia de los individuos.