Juventud que hace historia

Una muestra recorre cien años de vida universitaria, entre 1912 y 2012. Con recursos audiovisuales y plena participación de los grupos que la visitan, abre una reflexión sobre el rol de los estudiantes en la historia y el presente, y prepara el terreno para el centenario que la UNL celebrará en 2019.

TEXTOS. NANCY BALZA. FOTOS. FLAVIO RAINA Y GENTILEZA MUSEO.

Juventud que hace historia
 

Cinco cajas esperan a chicos y chicas cuando ingresan el Museo y Archivo Histórico de la UNL, una para cada grupo que deberá formarse antes de comenzar a recorrer “Historias Jóvenes”, la muestra que se exhibe hasta el 12 de septiembre y que, lejos de constituir un recorrido pasivo, es un trayecto bien dinámico por la historia de la universidad, que se va construyendo con el aporte de los propios participantes.

En ocasión de la visita de Nosotros, el contingente pertenecía al Ipei y estaba cursando el 5º año, es decir que muy probablemente pasará a integrar en poco tiempo más la vida universitaria. Apenas ingresaron a la sala, una pregunta operó como disparador: ¿qué significa ser joven? A partir de ese momento se abrió un debate sobre la manera en que se habrá vivido esa etapa 100, 50 ó 20 años atrás, particularmente en el ámbito de la universidad, y qué diferencias o similitudes serán posibles de encontrar con el momento actual. Pero es probable que a esa conclusión hayan llegado luego de recorrer los tres ámbitos en que se desarrolla esta propuesta que está abierta al público en la sede del Museo, pegado al Foro Cultural, en 9 de Julio 2150.

“Historias Jóvenes UNL 1912-2012 pone en primer plano al sujeto joven y al colectivo de los jóvenes universitarios. Recuperamos momentos importantes para la historia de la UNL y de la ciudad, de esta juventud y del movimiento estudiantil”, anticipa Stella Scarciófolo, directora del Museo.

Para ello, “se hace un recorrido por nuestros escasos 100 años de existencia, en una muestra innovadora por la manera de contar historias. El objetivo es que los visitantes vengan a encontrarse, a través de un juego, con los objetos, pero estos van a ser la excusa para encontrar una narración en la que los jóvenes son los protagonistas”. Jóvenes que, en los inicios de la historia universitaria eran muchos varones y que hoy también son muchas mujeres. “También queremos mostrar eso, generar curiosidad sobre el mundo que está a punto de abrirse para ellos, y que encuentren una identificación”, aporta la coordinadora, Jorgelina Centurión.

PRIMERO FUE EL CINE

En realidad, para el Museo y Archivo Histórico de la UNL, el año comenzó con Ojo del Mundo, la muestra dedicada al Instituto de Cinematografía, que también estuvo abierta a todo público pero tuvo a los estudiantes como principales destinatarios. Es más, funcionó como disparador para la realización de fotodocumentales y otros recursos expresivos en las aulas.

Tanto en aquel caso como en la actual propuesta, la consigna del museo es abrir la posibilidad de conocer el patrimonio y respetarlo, pero también ser concientes de que éste se va generando en el presente, sintetizó Scarciófolo. Claro que “primero hay que conocerlo y darlo a conocer, conservarlo y restaurarlo. Es la identidad de una comunidad, no solo la universitaria”, aportó.

Ambas muestras, Ojo del Mundo e Historias Jóvenes, se inscriben en el programa Museo-escuela, aunque no están destinadas solo a la comunidad educativa. En el primer caso, destacaron dos momentos fundamentales: “la recuperación que hacíamos luego de ver los cortos. Con Osvaldo Gutiérrez que es alumno del Instituto de Cine y trabaja con nosotros, tratábamos de recuperar los sentidos, las interpretaciones de esos grupos de estudiantes a la hora de hacer las películas -relató Centurión-. Trabajamos con cintas de 7 minutos, hasta Tire Dié que tiene 35, y con un público de 14, 15, 17 años, y nos dimos cuenta de que no estaban desinformados. Una de las películas que vieron fue Cuarenta Cuartos y habla sobre el problema de la vivienda; los chicos sabían que en Santa Fe hay un problema de ocupación de vivienda, entienden que es un problema para los jóvenes y los adultos y hay que permitir que se expresen”.

“Otro momento para destacar fue cuando íbamos al taller de conservación que es la ‘cocina’ del museo, y quedaban sorprendidos porque la representación que tienen de este espacio es la de un lugar para mostrar objetos. Esta fue una experiencia muy linda porque se desestructuraban y encontraban un sentido práctico a las tareas de restauración”, recuerda Centurión.

No es inusual que aquellas personas que asisten a una muestra relacionen aquello que ven con experiencias personales: “nos pasó con un documental que se filmó en la estación de Santo Domingo y resultó que una de las profesoras había sido docente de una escuela que funcionaba en ese lugar”.

SER ESTUDIANTE

Fotografías, documentos reales y ficticios -como la portada imaginaria de un diario con sus titulares e imágenes-, y audiovisuales, son algunos de los atractivos recursos de los que se vale el Museo para develar las características del “ser estudiante”. Se trata de tácticas que “invitan a recordar, analizar y anhelar aprendizajes, experiencias, prácticas y expectativas”, explicaron Scarciófolo y Centurión.

Una gigantografía permite repasar cómo era el “look” de quienes cursaban sus carreras universitarias en 1920, pero también para contar que “la Reforma Universitaria exigió autonomía y participación de los estudiantes en el gobierno, además del laicismo y extensión universitaria”. Muy cerca, otra imagen muestra a algunos estudiantes en la biblioteca, el ámbito en el que se habrán procurado saberes, cuando los buscadores de internet ni siquiera habían sido imaginados.

Este tramo de la historia universitaria está dividido en cinco períodos: los años de la Reforma, la Universidad durante el peronismo, la renovación universitaria, la Universidad entre dictaduras y la Universidad de la democracia.

CAMINO A LOS CIEN AÑOS

Para celebrar sus 100 años, la UNL deberá esperar hasta 2019, pero 1912 marcó un hito en su historia: el 8 de septiembre de aquel año sucedió la primera movilización en la que el movimiento estudiantil -con el apoyo de la ciudadanía de Santa Fe, Entre Ríos y Corrientes- marchó a Casa de Gobierno para pedir la creación de la universidad nacional. “Se la conoce como el mitín de los estudiantes pero, en realidad, participaron y apoyaron numerosas instituciones”, consigna la directora del Museo.

En aquel momento, el presidente de la comisión que proponía la nacionalización de la universidad provincial y la creación de una universidad regional era Alejandro Grüning Rosas; “él fue quien hizo el discurso fundamental y la figura visible, pero muchos estudiantes formaron parte de aquel movimiento, y algunos de ellos integraron, luego, del gobierno de la ciudad”, aportó.

“La UNL tiene muchos años de existencia, de lucha y de reclamo por lograr una universidad distinta. En esos años uno encuentra que surgen ideales de Universidad Nacional del Litoral, ya no nacional de Santa Fe. Hay una región, un vínculo, una idea distinta de la educación. En 2019 -anticipa Jorgelina Centurión- vamos a festejar los 100 años pero nos gusta recordar que los logros no fueron de un día para el otro sino que hubo mucho trabajo y esfuerzo, y mucha gente involucrada”. Esa historia general de la universidad pero también la trayectoria particular de quienes la forjaron es la que se trata de reconstruir en esta muestra, una ocasión para reflexionar sobre una etapa de cambio personal que puede generar una verdadera transformación en la comunidad.

Una de las imágenes que componen la exposición, organizada en base a tres períodos históricos.

TERCER ENCUENTRO

El 4 y 5 de octubre, nuestra ciudad será sede, por tercera vez, del Encuentro de Museos Universitarios del Mercosur e Iberoamérica, que organiza el Museo Histórico de la UNL.

“Memoria + creatividad = cambio social” será el tema de esta nueva reunión, que -como en las ediciones anteriores- volverá a convocar a representantes de distintos puntos del país y el exterior.

“Los museos universitarios deben ser ámbito de aprendizaje activo y puente de comunicación con la comunidad, tratando de concretar la accesibilidad para todos”, se consigna en la página web de la institución, sobre la fundamentación de este nuevo encuentro que apuesta por una “pedagogía creativa” pensada para despertar curiosidad y motivaciones entre quienes visiten los museos.

DSC_0119.JPG

Otro contexto: estudiantes del 5º año del Ipei participan a la muestra. Detrás, la imagen de una asamblea de estudiantes universitarios de varias décadas atrás.

+ información

EN LA WEB

museohistoricounl.com.ar

DSC_0132.JPG

Como un juego está planteado el recorrido por la muestra que permite reflexionar sobre la manera en que los propios estudiantes construyeron la historia de la Universidad.