La gente jugó y ganó su partido

En las malas mucho más

Kudelka tenía la decisión tomada de irse, pero el insólito y multitudinario apoyo al equipo le hizo cambiar su decisión. Nunca se vio en Unión lo de ayer.

En las malas mucho más  En las malas mucho más

 

 

Darío Pignata

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Estaba claro que, para los medios nacionales, ni siquiera un gol como el de Maradona a los ingleses podía poner al partido antes que los incidentes de la barra brava de Boca. El resultado, para el país, pasaba a un segundo plano. La historia pasaba por saber cuál sería la reacción de Unión si otra vez perdía. Qué iba a pasar en caso de volver a dejar tres puntos valiosos en el camino.

Se sabe, esto es fútbol. Y aquí la reacción la marca siempre el corazón de la gente. Y lo que pasó ayer en el 15 de Abril no se ve casi nunca en el fútbol argentino. Hay que decirlo y escribirlo así, sin rodeos. Porque ayer después de las seis de la tarde en Santa Fe, Unión quedó último en la tabla de posiciones, en descenso directo, encadenó su cuarta derrota consecutiva en el Inicial, acumula ocho partidos sin ganar sumando los dos torneos y de los últimos once juegos sólo ganó uno. La verdad, peor imposible.

El mismo día, un rato después, Independiente también perdía y quedaba igual que Unión en descenso directo. La gente lo “echó” a Cristian Díaz, insultó a los jugadores, le dijeron a Cantero que “nos vas a mandar a la B igual que Passarella” y pidieron por Gallego.

Lo que pasó en Independiente es lo que pasa en todos los clubes cuando la mano viene mal. Es lo normal. Entonces, lo “anormal”, lo distinto y lo insólito es lo que hizo ayer la gente de Unión. Primero, llenando la cancha y recibiendo al equipo como si fuera puntero y no último. Después, dejando en claro el apoyo al entrenador.

“Kudelka La Bomba te aguanta”, afirmaba un trapo colgado atrás del arco que da a López y Planes. Y antes del pitazo inicial de Lunati —excelente arbitraje—, el estadio entero retumbó con un “Kudelka no se va... Kudelka no se va”. Luego, con el correr de los minutos del partido, alentaron durante toda la tarde a un equipo que juega realmente muy mal a la pelota.

Este concepto debe quedar claro: Unión es sólo voluntad y nada más. Por eso se sintió mejor con nueve que con once. Y por eso el uruguayo Correa es el capitán sin cinta. Es el símbolo del “huevo... huevo... huevo”. Pero a la luz de cero punto de doce está visto que con eso solo no alcanza para ganar partidos. Ni siquiera para no perderlos. Está complicado Unión, tanto en la tabla como en la cancha. La sospecha de los amistosos se transformó en profecía: el equipo no gana, los delanteros no hacen goles, sobra tanto amor propio como pelotazos. Un plantel que asoma como mal desarmado y peor rearmado. Con jugadores de bajón pronunciado.

Y con un entrenador como Darío al que ni siquiera todo el apoyo popular lo ayudó hasta ahora para iluminarse en la toma de decisiones. Lo que antes le salía bien, ahora le sale mal. Las batallas en desigualdad numérica que antes eran hazañas ahora son derrotas sobre la hora. Porque entre todo lo que perdió Unión hay que anotar el factor suerte (no lo digo específicamente por ayer donde fue ampliamente superado por el rival de turno).

Unión va a la guerra con dos soldados —Bruna y Sarmiento— que juntan entre ambos casi un año sin ser titulares en el frente de batalla. Creer que esa apuesta no tendría riesgo es como esperar los Reyes Magos a los 41 años. La ruletita de los “9” tampoco ayuda: un día Jara es Dios y al otro día es Judas. Con Núñez y Magnín lo mismo. Saca y pone; saca y pone. Así no se puede.

Lo otro es lo de Alemán: si hoy el uruguayo es el único jugador capaz de dignificar la palabra fútbol y hacer algo distinto en este equipo, para qué ponerlo en la jungla que es el carril. ¿Alguien piensa que termina contracturado de casualidad?: es evidente que hace un esfuerzo extra para jugar en un puesto que no lo favorece. No hay que inventar: es enganche o mediapunta. Y aunque las comparaciones suenen a un déjà vu, Brahian debe jugar como jugaba Rosales: ¿alguna vez lo mandaron a Paulo a hacer el recorrido del carril? La respuesta es no.

En este contexto, con jugadores “bajoneados” —en todo: físico, fútbol y mente— y un DT confundido, es imposible ganar. Donde no resultó imposible ganar fue en las tribunas. Allí, los hinchas de Unión ganaron y golearon.

Mientras enfrente “La 12” de Boca no llegaba porque desarrollaba el programa “Tiros para Todos”, en el 15 de Abril Unión tenía en las tribunas al jugador 12 y al jugador 13. Así, empardó el partido con dos menos, corajeó y lo empató con Correa.

Pero lo mejor fue el final, cuando las radios repetían que Unión quedaba último, sin puntos y en descenso directo, consecuencia de ocho partidos sin ganar entre los dos campeonatos. Ahí, en pleno invierno, la gente armó su propio carnaval en las tribunas. Bancó al técnico, al equipo, a los jugadores.

Se vio en Santa Fe lo que nunca se ve cuando el fantasma del promedio toca timbre en el fútbol argentino. Es el mejor paso para la reconstrucción de un fútbol profesional tatengue que está dinamitado.

Alguien dijo alguna vez —hace mucho— que “a los técnicos los echan los resultados”. Y otro agregó que “en el fútbol argentino nadie resiste cuatro partidos perdidos”.

En Unión, cuando al técnico lo echaban los resultados y se iba solo, lo hizo reasumir la gente. Por eso se queda. Porque el hincha tatengue demostró tener memoria, ser agradecido y hacer carne el cantito: “Porque al Tate lo quiero... lo voy a alentar... en las buenas... y en las malas mucho más”.

 

Jurabas tú. “Siempre tú me decías, que me amabas, que era tu vida”, canta el tatengue Juan Carlos “Banana” Mascheroni. Los hinchas de Unión tomaron su cumbia como un himno y realmente “La Bomba” fue un carnaval que contagió a todo el estadio. Lo de la gente fue ayer sencillamente emocionante, increíble y muy pocas veces visto en el fútbol argentino. El equipo quedó en descenso directo y se fue ovacionado. Igual con Kudelka. Foto: Mauricio Garín

En las malas mucho más  En las malas mucho más

Cerca de la hazaña...

En las malas mucho más  En las malas mucho más

... Pero ovacionados igual

Correa: 100 juegos y otro gol. Después de un lindo centro del uruguayo Brahian Alemán —el mismo había generado el córner obligando a volar al arquero de Boca—, el uruguayo de la pelada les ganó a todos con el anticipo y lo dejó parado a D’Angelo para poner el inesperado 1 a 1. Boca tenía más y era mucho más. Foto: Luis Cetraro

Todo el estadio los aplaudió. Dicen que la Techada —ahora “ex”— es una de las plateas más ásperas por lo que históricamente exigió. Sin embargo, así se fue Unión a los vestuarios: sin ganar, último y en descenso directo. Pero con su gente reconociendo el gran esfuerzo de no darse por vencido con nueve jugadores ante Boca. Foto: Luis Cetraro

/// SÍNTESIS

UNIÓN 1

BOCA 2

Unión: Alejandro Limia; Daniel Pérez, Juan Avendaño, Nicolás Correa, Mauro Maidana; Diego Galván, Marcelo Sarmiento, Pablo Bruna, Brahian Alemán; Pablo Magnín y Diego Jara.

Director técnico: Frank Kudelka.

Boca: Sebastián D’Angelo; Emiliano Albín, Rolando Schiavi, Christian Cellay, Fernando Evangelista; Diego Rivero, Cristian Erbes, Nicolás Colazo; Leandro Paredes; Lautaro Acosta y Nicolás Blandi.

Director técnico: Julio César Falcioni.

Gol en el primer tiempo: 18m. Schiavi (BJ).

Goles en el segundo tiempo: 14m. Correa (U), 42m. Blandi (BJ).

Cambios en el segundo tiempo: en el inicio Pablo Míguez por Galván (U), 18m. Andrés Franzoia por Jara (U), 23m. Maximiliano Lugo por Alemán (U), 27m. Cristian Álvarez por Evangelista (BJ), 37m. Omar Gaona Lugo por Erbes (BJ), 45m. Guillermo Fernández por Acosta (BJ).

Incidencias: en el primer tiempo: 34m. expulsado Bruna (U). En el segundo tiempo: 25m. expulsado Maidana (U).

Árbitro: Pablo Lunati.

Cancha: Unión.