El técnico prepara la batalla de Floresta

Tiene la receta

Casi siempre que enfrentó a Unión, Falcioni llegó con muchos cuestionamientos de parte del Mundo Boca, menos en el juego del sábado en el 15 de Abril. Por lo tanto, ahora los dos saben de paradas complicadas en el banquillo. ¿Saldrá Kudelka como salió Falcioni? Foto: Mauricio Garin

De la Redacción de El Litoral

[email protected]

Después de un sábado largo, triste e interminable para Frank Darío Kudelka, el domingo volvió al ruedo en Casasol. Primero, entrenando a su plantel; luego, afrontando los micrófonos en la rueda de prensa, con un agradecimiento especial a los medios por haber respetado su deseo de no hablar después de perder contra Boca el cuarto partido de manera consecutiva.

“Yo creo que renunciar es morir un poco, me aferro mucho a ese dicho y no me gusta renunciar. Sólo planteé ante quienes debía hacerlo si le estaba haciendo daño al club y, si era así, me tendría que haber ido. Estas son situaciones anormales que a nadie le gustan, pero esto lo tomo más como un desafío y no como un obstáculo”, explicó Kudelka después de todo lo que pasó el sábado.

Como no podía ser de otra manera, el mismo entrenador se refirió al contundente apoyo que recibió el sábado: antes, durante y después de perder con Boca. Hubo banderas pintadas con su nombre, aplausos y un canto que bajó de las tribunas: “Kudelka no se va... Kudelka no se va”.

“El apoyo del simpatizante influye mucho en la decisión de no renunciar, ya que esto y lo de los jugadores fue fundamental para mí. Saben lo que siente uno cuando la gente canta como lo hizo, los mensajes y los llamados que llegaron después del partido alentándome. El tema es no poder devolverle nada a todo eso. Ésa es la incertidumbre y lo que me pone mal; o sea no poder darles algo, pero eso no significa que pierda fortaleza de trabajar, porque esto es mi propia fortaleza y desafío. Jugamos mal y mi meta es revertir eso y desde mi casa no lo puedo hacer”.

En la misma rueda de prensa, Kudelka habló del respaldo de los jugadores (“fue grupal”, dijo), de la palabra del presidente Luis Spahn (“decidí lo que quieras hacer, Darío”), de dirigentes que pensaban que el ciclo estaba terminado (“puntualmente no me lo dijeron, pero puede ser que ocurra”) y de un posible apoyo total que ya no existe en directiva (“no lo sé, pero tampoco lo pedí”).

Luego, retomó el mensaje para el hincha de Unión, que está preocupado por las cuatro fechas sin alegrías y porque el equipo cayó en uno de los tres lugares de descenso directo junto a San Martín de San Juan —también cuatro derrotas— e Independiente (se fue Cristian Díaz y cambió el DT para que llegue el “Tolo” Gallego).

“Estoy dolido por la gente, siento que no le estoy dando lo que ellos merecen. Tal vez vivimos dos años de mieles y ahora no tengo reciprocidad con lo que ellos expresan, pero también pienso en los jugadores y no los puedo defraudar, ni permitirme fallarles sin intentar dar vuelta esto. Después en la vida hay límites y momentos, gente que cree en uno y personas que no, pero tener todo un estadio que grite a favor nunca lo esperé y eso me emociona porque fue un gesto en un mal momento; no cuando hacíamos caravana y todo era bueno. Fue una espontaneidad que no se da siempre. Aunque tampoco voy a negar que haya gente que hoy descrea de las cosas que hasta hace poco tiempo dieron resultados”, expresó el DT.

De cara a lo que pasó (Boca) vinculado con lo que viene (All Boys), dijo: “Mi único método es trabajar, mientras me sigan dando la oportunidad, cosas que también agradezco. Aunque tampoco soy un tipo que va a tirar demasiado de la cuerda. Si estoy acá es porque tengo todas las pilas para darle lo mejor a los jugadores y a la gente. Por más que alguien me hubiese pedido que siga, si yo no estuviera convencido de continuar no puedo estar. Yo no juego con nadie y menos con Unión; si estoy acá es porque estoy convencido y que sea por toda la vida. Si los tiempos se acaban también lo sabré entender, pero también hay otras cosas que duelen en el fútbol y son las hipocresías, pero no soy quién para taparlas ni para combatirlas. Entonces, entre quedarme con eso y ver a la gente cantar a favor y el apoyo de los jugadores me quedo con esto”.

Finalmente de cara a All Boys el viernes, donde no podrá contar con Bruna y Maidana expulsados, expresó: “Hay que pegar un golpe de timón, pero pruebo y recontrapruebo y parece que fue contraproducente. Pero tenemos que buscarle la solución porque el equipo juega mal. Tengo toda la fe de que vamos a encontrar el rumbo”.

All Boys es el rival

Tampoco es bueno el inicio de All Boys —próximo rival tatengue— en este campeonato, donde empató tres partidos y perdió uno, por lo que tampoco consiguió los tres puntos de la victoria.

Para colmo, en la última fecha lo estaba consiguiendo y Tigre le empató sobre la hora. Fue un golpe duro para All Boys, que tenía el encuentro en el bolsillo y se llevaba la primera victoria en el torneo. Pero a pesar de la bronca por el 2-2 hay algo que dejó muy tranquilo a “Pepe” Romero, el DT de All Boys: cuando el equipo jugaba mal ingresó Patricio Toranzo y le cambió la cara a un equipo que tenía muy poco fútbol. Por eso, el “Pato” es un posibilidad para el entrenador de cara al duelo del viernes ante Unión, donde pretende cortar la mala racha.