Diseñan el primer mapa de productividad forrajera del país

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Según el trabajo, elaborado por la FAUBA, el INTA y AACREA, la Argentina posee una productividad anual de pasto de 244 millones de toneladas por año. La información permitiría conocer el potencial ganadero del país en producciones pastoriles. Es de libre acceso y está disponible en Internet.

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Campolitoral/FAUBA

Campolitoral

El desempeño de un ganadero se mide hoy en kilos de carne producidos por hectárea y con eso basta para establecer la diferencia entre quien es exitoso y quien no. En cierta medida, este parámetro desconoce la eficiencia en el uso del forraje y, por lo tanto, disminuye las chances de optimizar el recurso para mejorar la producción. O sea: alguien podría estar logrando una buena zafra sin saber que cuanto mejor podría ser.

Para contribuir a optimizar el aprovechamiento de esta variable -la producción de forraje, ya sea natural como implantado- la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA), el INTA y AACREA vienen trabajando hace un año, convocados por el Ministerio de Agricultura de la Nación y financiado por el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), en un Sistema Nacional de Diagnóstico, Planificación, Seguimiento y Prospección Forrajera de Sistemas Ganaderos.

La primera de las tres etapas está concluida y dio como resultado una herramienta inédita en Argentina: un mapa nacional de productividad forrajera con datos a escala de distritos, que productores, asesores técnicos y autoridades gubernamentales pueden consultar gratuitamente en internet para la toma de decisiones.

Por ahora se trata de una estimación de la cantidad de toneladas de materia seca que se obtienen en cada región, en base a datos estadísticos y relevamientos a campo. Los próximos pasos serán el monitoreo en tiempo real -mediante imágenes satelitales- de la “tasa de crecimiento” diario de pastizales, verdeos o forrajeras implantadas; y, más adelante, formular prospecciones que permitan anticipar la situación del recurso varios meses antes, por ejemplo para prevenir los efectos de una sequía.

El país como un gran campo

Los resultados iniciales del estudio arrojaron que la Argentina posee una productividad anual de recursos naturales y cultivados de 244 millones de toneladas por año. “Esta cuantificación serviría, por ejemplo, para conocer el número de cabezas posibles que podríamos tener en el país, en producciones pastoriles”, apuntó Cristian Feldkamp, coordinador de Ganadería de AACREA y responsable del trabajo por esa asociación de productores.

“Por primera vez podemos conocer cuál es la oferta nacional de pasto, con una escala de partido. Existe un antecedente elaborado por Eduardo Secanell, del Programa Nacional de Carnes del INTA, que estima la receptividad ganadera por regiones a partir de informantes zonales. Nuestro trabajo llega a un nivel de detalle mayor y se basa en numerosos trabajos empíricos de determinación de producción forrajera”, dijo Martín Oesterheld, uno de los coordinadores del proyecto de proyecto, por la FAUBA.

La información está disponible en http://produccionforrajes.org.ar/. Allí, se puede consultar la productividad de cualquier sitio de la Argentina mediante una navegación sencilla que integra un sistema geográfico con la base de datos. A futuro también se permitirá que los usuarios suban sus datos, para incorporarlos luego de un control de calidad.

Desde arriba

La investigación determinó la productividad forrajera a escala de partido y en miles de toneladas por hectárea y por año. Por caso, detalla que la productividad anual de la mayoría de la región Patagónica, el Monte, el Espinal y la Puna es menor a 2000 kg/ha, mientras que en las regiones Pampeana y Chaqueña varía de 2000 a 5000 kg/ha, en promedio. En la región Mesopotámica va de 3000 a 7000 kg/ha. En algunos partidos, como Pergamino, las pasturas tienen una alta producción por hectárea, pero con baja producción total en miles de tn/año debido a la baja proporción de la superficie ganadera.

La utilización de sensores remotos satelitales permitirá desarrollar un registro histórico de productividad forrajera en las diferentes regiones del país, con elevado detalle espacial.

Cristian Feldkamp explicó a Campolitoral que el monitoreo satelital “va a ser lo más interesante del proyecto” porque redundará en información mensual sobre la cantidad de pasto que se va produciendo en cada región. “Estimamos que para marzo de 2013 (esta etapa) va a estar lista”, anticipó.

Además, contar con información de crecimiento forrajero “le permite saber al productor si su planteo es bueno produciendo pasto, convirtiendo a carne o consumiendo; en qué parte del proceso ganadero es eficiente”. También remarcó que es la misma tecnología que utilizan países ganaderos de punta como Australia o Nueva Zelanda.

Respecto de los datos disponibles hoy en la web, “lo que puede ver el productor -indicó el coordinador de ganadería de AACREA- es el nivel de producción de su zona y si está o no dentro de ese rango”. A modo de ejemplo dijo que en algunos distritos de Santa Fe se producen 4.000 o 5.000 mil kilos de materia seca por hectárea, suficiente para una carga de 1EV/ha. “Si el ganadero que hace la consulta está muy por debajo de eso debería mejorar su producción forrajera. Es como saber cuanto puede dar el maíz en una zona, eso a nivel ganadero todavía no existe”.

Administrar mejor

El trabajo también puso de manifiesto las debilidades y grandes huecos de información existentes. “Por eso en las siguientes etapas queremos diseñar un sistema de diagnóstico, planificación, seguimiento y prospección forrajera en sistemas ganaderos, adaptado a las condiciones locales y regionales, mediante el uso de sensores remotos”, adelantó Lisandro Blanco, responsable de la iniciativa por el INTA.

Hoy, en el caso de la vegetación cultivada, por ejemplo, la mayoría de los sitios de estudio se concentra en la región pampeana. En cambio, llama la atención la escasez de datos en las regiones chaqueña y mesopotámica. Según Claudio Hofer, del Ministerio de Agricultura, “el trabajo permitiría dirigir los recursos hacia los sitios que menos conocemos y en los cuales se está haciendo ganadería con potencial de crecimiento, porque la actividad se desplaza hacia zonas marginales”.

Para elaborar el mapa, los investigadores trabajaron con datos ambientales, de uso de la tierra y de productividad forrajera. Si bien se utilizó información del último Censo Nacional Agropecuario disponible (de 2002), también se incorporaron estimaciones de referentes zonales sobre el porcentaje de pasturas, verdeos y campos naturales de cada región, y se integró con una base de datos de productividad generada a partir de cortes secuenciales de biomasa de vegetación natural y cultivada realizados en 19 provincias, realizados durante varios años por profesionales de INTA, AACREA y la FAUBA.

Asimismo, se generó un mapa de grandes unidades de vegetación del país, a partir de mapas parciales de diferentes autores, que en muchos casos respondían a límites políticos y no ecológicos, puesto que si bien desde hace décadas se viene cuantificando la productividad de los recursos forrajeros naturales e implantados del país, hasta ahora ningún estudio había sintetizado esa información a nivel nacional y regional de una manera que permita considerar la heterogeneidad espacial de esos recursos.

Los próximos pasos serán el monitoreo en tiempo real -mediante imágenes satelitales- de la “tasa de crecimiento” diario de pastizales, verdeos o forrajeras implantadas

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Distribución real. Productividad forrajera anual (en kg/MS/ha/año) de vegetación natural y cultivada ponderada en función a la especie dominante y la superficie de cada uno según el último Censo Agropecuario disponible (2002).

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Político de naturales. Productividad forrajera anual total (miles de tn/año) de pastizales naturales por departamento según la superficie ganadera declarada bajo ese sistema en 2002.

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Resumen político. Promedio ponderado, entre pasturas naturales e implantadas, de la productividad forrajera de cada departamento.

 

/// análisis

Una base forrajera con gran exactitud

Esteban Artica. Asesor CREA Laprida

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Desde marzo del 2000, el CREA Laprida releva mensualmente el crecimiento de sus recursos forrajeros, sobre una superficie de 33.000 hectáreas, a partir del seguimiento con imágenes satelitales y el índice verde. Con estos años de trabajo podemos decir que la herramienta mide muy bien el crecimiento del pasto. En cambio, puede fallar cuando el recurso comienza a acumularse y a bajar la tasa de crecimiento, o incluso a perder materia seca por una baja en la calidad o la senescencia.

Para utilizar esta herramienta, recibimos un archivo de Excel al finalizar cada mes, con los datos del crecimiento del pasto en los últimos 30 días y en los períodos anteriores. Allí podemos visualizar toda la información disponible de los 12 años que llevamos implementando la tecnología, a partir de gráficos y tablas dinámicas.

La información detalla el crecimiento de todos los recursos forrajeros que venimos siguiendo: Pasturas de implantación (pasturas perennes de las lomas con leguminosas, como alfalfa y tréboles, y gramíneas, como cebadilla, festuca y pasto ovillo), pasturas de producción (que tienen más de un año de implantadas), verdeos de invierno y de verano, agropiros (la pastura más difundida en los bajos de estos campos) y el campo natural (bajos sin sembrar o agropiros degradados).

En el CREA, utilizamos esta herramienta con diferentes fines. Por ejemplo, nos permite armar los presupuestos forrajeros en función de los crecimientos reales de los últimos 12 años, que de por sí han sido bastante dispares, mucho más que en la década del º90, cuando los máximos y mínimos fueron más acotados. Esto nos ha hecho un poco más austeros a la hora de hacer un presupuesto forrajero.

La herramienta de seguimiento forrajero por índice verde también nos posibilitó armar un predictor de crecimiento de pasturas de loma, buscando la máxima correlación con las lluvias caídas en los dos y tres meses previos. Este trabajo lo realizó el Ing. Mariano Pizzio y demostró ser muy eficiente para predecir el crecimiento del pasto en el próximo mes.