En queja a la Corte

Cuestionaron una condena

De la Redacción de El Litoral

“En mi familia estamos sufriendo una injusticia muy importante, que posiblemente por ser de escasos recursos nunca será tenida en cuenta por aquellos que ostentan el poder policial, judicial o político de la zona”. Así comienza la breve nota que Patricia Bustos distribuyó la semana pasada en los medios de la capital provincial.

La mujer de 38 años, oriunda de Pilar -departamento Las Colonias-, reclama la revisión de la condena a 10 años de cárcel que le dieron a su marido Juan Carlos Ariel Island. El albañil, de 36 años, fue condenado el 16 de septiembre de 2011 por el delito de “abuso sexual con acceso carnal calificado por el vínculo y por la situación de convivencia preexistente con la menor”, en los tribunales de Rafaela.

Tras la confirmación de la condena y el rechazo del planteo de inconstitucionalidad formulado ante la Cámara de Apelación Penal de Rafaela, Island recurrió en queja a la Corte provincial.

Es por eso que “como última alternativa en este esfuerzo por ser escuchada, hago llegar a los medios de comunicación mi problemática actual”, escribió la empleada doméstica y madre de tres hijos de 20, 18 y 11 años.

“El 23 de noviembre se van a cumplir tres años que mi marido está detenido en la Alcaidía de Rafaela”, relató Bustos. Sin justificar a su compañero, la mujer cuestionó algunas situaciones que a su criterio lo perjudicaron: “Nunca tuvo una entrevista previa con la defensora oficial” y “los médicos atestiguaron que no había ningún rasgo de violación” en la víctima, aseguró la mujer.

A propósito del delito por el cual fue condenado Island, la esposa contó que “él tenía problemas con la bebida y se fue a vivir con su madre porque yo le había pedido que si no hacía un tratamiento nos separábamos”, contó. Entre tanto, en casa de la madre “pasó esto con la hermanastra de entonces de 15 años y lo condenaron”.

Entre otros problemas, Bustos contó que previo a ser encarcelado su esposo “estuvo internado con un cuadro depresivo en el hospital Mira y López de Santa Fe”, y “también intentó suicidarse” afectado por la muerte de su padre.

Para la familia de Island todas esas circunstancias fueron la antesala del traumático desenlace que ahora les toca enfrentar, con un padre y esposo tras las rejas y penurias económicas que derivaron del encierro de quien hasta hace tres años era el sostén del grupo.