En la Sala Marechal del Teatro Municipal

Estrenan “La Bámbola”, una trágica historia de amor

Estrenan “La Bámbola”,  una trágica historia de amor

La puesta en escena está contada claramente “desde el recurso del recuerdo. Donde el espacio de la pampa gringa argentina no es una excusa, sino el marco contundente de un realismo que decanta mágico”, revelan los hacedores de la nueva propuesta.Foto: Mauricio Garín

El texto dramático lleva la firma de dos consagradas autoras santafesinas: María Rosa Pfeiffer y Patricia Suárez.

 

Roberto Schneider

Para este sábado 8, a las 22, en la Sala Marechal del Teatro Municipal, está previsto el estreno en nuestra ciudad de “La Bámbola”, obra escrita por dos de las más prestigiosas dramaturgas santafesinas: María Rosa Pfeiffer y Patricia Suárez, con un elenco integrado por los actores Claudio Paz, Nelda González, Celina Vigetti y Gustavo Palacios Pilo, con dirección general y puesta en escena de Rubén von der Thüsen.

Esta obra se gesta en el año 2011, cuando el director es convocado por las actrices Nelda González y Celina Vigetti, para asumir la dirección de un proyecto teatral, “dándome la libertad de elegir el texto a abordar. El paso siguiente fue la búsqueda de un texto que nos permitiera, al equipo base (Nelda González, Celina Vigetti y Rubén von der Thüsen) indagar fuertemente desde lo actoral, con una temática que facilitara la llegada a un público regionalmente atravesado por ciertas historias, herencias y tradiciones”.

Así fue como llegaron a “La Bámbola”, el texto de Suárez y Pfeiffer que si bien tiene vuelo universal, es de fuerte impronta regionalista, ya que “se trata -según sostienen sus hacedores- de una tragedia en la llanura de la pampa gringa argentina de principios del siglo XX. El proceso de construcción comenzó en febrero de 2012, luego de haber convocado a los actores Claudio Paz y Gustavo Palacios para completar el elenco, y se extenderá hasta este sábado, fecha prevista para el estreno del trabajo”.

La trama

El texto escrito de “La Bámbola” transporta a las primeras décadas del siglo XX en la pampa gringa argentina. Una casa en las afueras de un pueblo es el escenario de esta historia que deviene en tragedia. Un hombre mayor, un artista, un músico (Fausto) llega a esta casa ubicada en el pueblo de su juventud, (donde ha abandonado a un viejo amor) escapando de una vida dedicada a la música, a los conciertos y a una exposición pública que lo ha arrastrado a los bordes de la locura, llegando en su último concierto a destrozar un piano con un hacha.

La dueña de esta finca (Fiora) -continúan anticipando a El Litoral sus hacedores- es una viuda que vive con su hija (Isolda); esta última está, a desgano, en los preparativos para su boda con el bibliotecario del pueblo (Hans). La llegada de Fausto provoca cambios, tanto en él como en Isolda, generándose una atracción por parte de ambos, alimentada aún más por el deseo de Isolda de conocer un mundo que hasta el momento le ha sido vedado. Esta relación amorosa, entre Isolda y Fausto, intenta crecer oculta ante los ojos de los demás personajes, pero la mirada atenta de Fiora (La madre) observa desde las sombras el curso de la relación, con un fin que se devela al final de la obra.

Una lectura heroica

Las mismas autoras presentan a su texto como “Una versión particular del Fausto de Göethe”. “Pero creo -puntualiza von der Thüsen- que Pfeiffer y Suárez van más allá de una versión y construyen con su texto una tercera parte del Fausto. Rompen con el romanticismo alemán, donde lo emocional o subjetivo prevalece sobre lo racional u objetivo y finalmente Fausto paga sus deudas con la muerte de otro amor y la consiguiente pérdida de la posibilidad del paraíso.

“Calando aún más hondo en el texto - nos relata el director- podemos ver la fuerte impronta femenina en la relectura sobre el ‘Fausto’ de Goethe. En esta tercera parte, Fausto vuelve al microcosmos de la primera parte para pagar las deudas que Goethe le permitió no saldar. Las autoras, en algún sentido, se yerguen como portadoras de justicia, llevando a Isolda al sacrificio final, usando los elementos del Romanticismo, pero generando con ellos una lectura heroica en pos de una justicia sobre Fausto que revulsan irrenunciable. A pesar de la tragedia final, ‘La Bámbola’ es un texto que juega con el humor y un sutil toque de parodia que vuelve entrañables a los personajes de la obra”.

Si bien se trata de un texto contemporáneo, escrito hace pocos años, desde las didascalias “se plantea la idea de un teatro ilusionista, lo cual será discutido, pero no eliminado en la puesta en escena. Uno de los atractivos y desafíos del texto es precisamente esto: cómo abordar hoy un texto que apunta a una propuesta de Realismo ilusionista sin traicionar esa idea pero respetando a un público que ya no se deja atrapar por ese código y a su vez introducir el concepto de realismo mágico, heredado de la literatura”.

Y, tal vez lo más importante, ¿qué es lo que va a ver el público? El director no duda en poner de relieve que los espectadores verán “una trágica historia de amor. Claramente contada desde el recurso del recuerdo. Donde el espacio de la pampa gringa argentina no es una excusa, sino el marco contundente de un realismo que decanta mágico”.


Hacedores

El vestuario del espectáculo lleva la firma de Verónica Bucci, Luciana Brunetti y Facundo Ternavasio; maquillaje y peinados son de Lucía Savogin, con tocados de Alicia Rojas; la compaginación musical es de Juan Candioti y Rubén von der Thüsen, que firma también el diseño y planta de luces; la gráfica es de Gustavo Palacios Pilo y Soledad González y la codirección es de Selma López.