Comienza la cuenta regresiva

EE UU: Obama pasa de la magia al realismo para pedir “cuatro años más”

EE UU: Obama pasa de la magia al realismo para pedir “cuatro años más”

Barack Obama saluda junto a su esposa, Michelle Obama, en la clausura de la convención del partido Demócrata.

Foto: EFE

 

Silvia Ayuso - DPA

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De la “esperanza” y la promesa de “cambio” a un sobrio “adelante” y, sobre todo, a una petición de “confianza” pese a lo “difícil” del camino. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, parece consciente de que la magia que lo llevó a la Casa Blanca se ha difuminado y que lo que ahora prima es convencer a un menos entusiasta electorado de por qué necesita “cuatro años más”.

Y a ello se dedicó en el que probablemente fue su discurso más importante de la campaña electoral e incluso de su carrera, el de aceptación de la nominación de su Partido Demócrata al cierre de la convención de la formación en Charlotte, Carolina del Norte.

“El desafío para Obama -había advertido ‘The Washington Post’- no es ver si puede replicar la magia” de 2008. Lo que debía hacer era “inspirar otro tipo de confianza, una que requiere, quizás, menos fe ciega en el hombre y una confianza más realista en su liderazgo”.

Y a ello se dedicó un Obama que, en eso fue muy enfático, ahora no promete imposibles sino que tiene muy claro que aunque confía en un futuro “mejor” para todos, sabe que el camino no será sencillo.

“Nunca dije que este viaje sería fácil y no lo voy a prometer ahora”, subrayó Obama.

“Sí, nuestro camino es más duro, pero lleva a un lugar mejor”, aseguró.

Su discurso careció sin embargo de la magia que impregnaron sus alocuciones cuatro años atrás e, incluso, las de sus primeros tiempos en la Casa Blanca. Y así lo atestiguaron los aplausos fuertes pero claramente menos entusiastas con que fueron recibidas sus palabras. Pero es que ya no se trata del mismo Obama, como puntualizó el propio mandatario.

“Ya no soy sólo un candidato. Soy el presidente”, recordó. Y eso significa ser consciente de las implicaciones de sus decisiones: “Sé lo que significa enviar a jóvenes a la guerra, porque he tenido entre mis brazos a madres y padres de aquellos que no regresaron”.

En Florida, Romey se dirigió directamente a aquellos que en 2008 votaron por Obama y que, cuatro años más tarde, se sienten desencantados. Y plantó la idea de que “ha llegado el momento de pasar página, dejar atrás las decepciones de los cuatro últimos años” porque no es grave cambiar su voto dado que Obama lo intentó “pero sus promesas sólo han llevado al desencanto y la división”.

Los demócratas contaron con la ventaja de celebrar su reunión justo después de la de los republicanos, con lo que tuvieron tiempo de tratar de contrarrestar sus mensajes, a la par que pudieron orientar mejor los suyos propios hacia los sectores del electorado potencialmente más desencantados o, cuanto menos, volubles.

Para ello, trabajaron duro para que la cita en Charlotte fuera una muestra, tanto desde las gradas como en el propio escenario de la convención, de esa “diversidad” que asegura encarna su partido: así, por el podio desfilaron oradores representantes de los más distintos sectores de la sociedad: jóvenes, mayores, mujeres, militares y hasta el hijo de una pareja gay o una joven indocumentada. O estrellas de la gran y pequeña pantalla como Scarlett Johansson o Eva Longoria.

Pero el remate final estaba en manos del propio Obama, y él se esforzó mucho en dejar claro que la cita en las urnas el 6 de noviembre es algo que va mucho más allá de personalidades o partidos.

En estas elecciones, advirtió, están en juego dos visiones “fundamentalmente distintas” para el futuro del país. Una, la de su rival Romney, destinada a beneficiar “a unos pocos”, que pondría en peligro los logros ya conseguidos en la larga recuperación y que, en materia de política exterior, amenaza con llevar al país “de vuelta a una era de bravuconadas y meteduras de pata que tanto le costó a Estados Unidos”.

Y la suya, que describió como un trayecto “más largo” pero que garantiza, aseguró, que seguirá abierta para la mayoría de los ciudadanos la “puerta de la oportunidad a una vida de clase media” que a él mismo le permitió llegar donde está, y que también ofrece un ‘liderazgo probado‘ tanto en política doméstica como exterior.

Bajó el desempleo

El índice de desempleo en EE UU bajó dos décimas y se situó en el 8,1 % en agosto, un mes en el cual la economía tuvo una ganancia neta de 96.000 empleos, informó el Departamento de Trabajo. La mayoría de los analistas esperaba un aumento de 125.000 puestos de trabajo y que el índice se mantuviese en el 8,3 %. La tasa de desempleo en EE.UU. ha estado por encima del 8 % durante más de 40 meses. De todas maneras, los datos siguen siendo decepcionantes para la clase media.

/// EL DATO