Conferencia sobre políticas públicas de infancia

“Sin alternativas no se puede prohibir el trabajo infantil”

Lo aseguró Lucrecia Teixido, especialista en políticas públicas, en una disertación organizada por el Ministerio de Trabajo de la provincia.

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La disertante Lucrecia Teixido y el ministro de Trabajo provincial, Julio Genesini, durante la charla enmarcada en los 25 años de la cartera laboral. Foto: Gentileza Ministerio de Trabajo

De la Redacción de El Litoral

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Ante un público variado -que incluyó docentes, trabajadores sociales, gremialistas, empresarios y funcionarios-, la investigadora Lucrecia Teixido disertó sobre “Detrás de un niño que trabaja hay una familia pobre. Desigualdades y desafíos para las políticas públicas de infancia”.

Organizada por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de la provincia, la conferencia comenzó por desenmascarar un prejuicio común: “Los padres que hacen trabajar a sus hijos no son unos cretinos, sino que lo hacen para sobrevivir”, afirmó Teixido. En consecuencia, remarcó que “el acento no debe ser puesto en la concientización de los padres porque se pierde de vista que la víctima es la familia”. Por el contrario, propuso “concientizar a los funcionarios y decisores políticos”.

Luego, realizó un recorrido histórico sobre la legislación sobre trabajo infantil y algunas políticas públicas, que influyeron en la calidad de vida de los más desprotegidos. “En 1940, el 70 % de la población económicamente activa era asalariada y, por lo tanto, contaba con seguridad social. En 2000, el 50 % no estaba dentro de las formas de trabajo formal”, comparó la consultora de la OIT y de Unicef.

Y puso otro ejemplo: en 2000 existían 52 programas sociales en diferentes niveles -nacional, provincial y local-, pero “no había ninguna articulación”. Si bien reconoció que estos planes fueron un paliativo para las clases más bajas, también destacó que “no están diseñados para revertir su situación, sino para compensarla” y enfatizó: “Para erradicar el trabajo infantil se necesitan políticas redistributivas”.

Alternativas

El trabajo infantil es la punta del iceberg de una realidad familiar, social y cultural que suele ser invisibilizada. En este marco, Teixido aclaró que “no se puede prohibir el trabajo infantil si no se dan alternativas”. ¿Cuáles serían esas alternativas? La docente de la UBA apuntó principalmente a ofrecer educación de calidad (con escuelas de buen nivel, accesibles a toda la población, en especial a las localidades rurales más alejadas), centros de cuidado infantil (donde los niños puedan permanecer mientras los padres trabajan), centros de salud y alfabetización de los padres. “Todos estos derechos suelen estar vulnerados y, para restituirlos, no se puede responder de manera fragmentaria”, indicó la investigadora, por lo que concluyó en la necesidad de “articular las políticas, compartir iniciativas y hacer carne las leyes”.