Ratificó su favoritismo

Duendes, séptuple campeón del Litoral

La vigencia de Duendes Rugby Club

La alineación titular que presentó ayer la institución del barrio Las Delicias de Rosario, en el cierre de la Final Four 2012. Alcanzó el vigésimo primer título de su historial en la división superior. Foto: El Litoral

Venció a Jockey y logró por séptima vez el título de uno de las competiciones más importantes del país.

César Miño

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Enviado Especial a Rosario

Con una producción que contuvo los elementos necesarios como para definir un partido signado por las equidades, Duendes Rugby Club venció a Jockey Club de Rosario por 24 a 19, consagrándose campeón del Regional del Litoral 2012.

Más allá de haber refrendado su favoritismo -atendiendo a lo expuesto en la Final Four concluida en la víspera-, el equipo conducido por Gastón Conde & Cía., alcanzó el séptimo título -tercero consecutivo- de una competición que lo erige en principal protagonista, ratificando la vigencia de una institución que, desde la ciudad de Rosario, ha marcado rumbos en la historia del rugby argentino todo.

El desarrollo

Como era dable esperar, el derby rosarino resultó una verdadera conjunción de precauciones, en la que las cuestiones tácticas y las defensas lograron un protagonismo casi exclusivo, en medio de una atrapante lucha por la posesión de la pelota.

En ese contexto de altísima intensidad física y escasísimo volumen de juego desandaron los cuarenta minutos iniciales, en los que la única diferencia la sacó Jockey, por haber acertado la conversión de su único ensayo, cerrando los cuarenta minutos iniciales, con un 13 a 11, que no hizo más que reflejar aquellas cuestiones.

En el complemento pareció abrirse un poco el panorama, más allá de que en líneas generales se mantuvo el equilibrio. Fue entonces que el campeón comenzó a evidenciar cierta supremacía en ciertos detalles que, aún ínfimos, suelen transformarse en determinantes en este tipo de contenidos.

Con un mixado conformado por paciencia, serenidad y precisión, Duendes logró mantener bajo control a un rival que jugó de gran manera, ratificando que el invicto que ostentó hasta la fecha pasada (cayó ante Santa Fe Rugby Club en Sauce Viejo) no fue casualidad.

Para el festejo definitivo, hubo que esperar hasta el mismísimo pitazo final, más allá de que la igualdad y hasta la derrota con punto bonus le hubiesen alcanzado al verdinegro para consagrarse. Lógicamente, Duendes quería celebrar su vigésimo primer título de Primera División como lo hizo: con una victoria ante su archirrival y en la condición de visitante, lo que no hace más que realzar una conquista que enaltece a su magnífico historial.