Lo aprobó el Concejo ayer sólo con los votos del oficialismo

Nueva regulación para el manejo y

disposición de residuos especiales

Nueva regulación para el manejo y disposición de residuos especiales

Cambios. La recolección, traslado y disposición de la voluminosa basura que generan bares, restaurantes y bancos, ahora tiene nueva regulación en ciudad. Foto: Archivo El Litoral / Mauricio Garín

Son aquellos desperdicios de gran volumen que producen bares, restaurantes, supermercados o bancos. Ahora, estos “grandes generadores” de basura deberán contratar a terceros para el retiro de sus propios residuos. Dudas y negativas de la oposición.

 

De la redacción de El Litoral

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Tras una interminable sesión signada por dudas, dilaciones y falta de consenso, el Concejo aprobó -con los votos del oficialismo- una nueva ordenanza en materia ambiental que regulará la manipulación, transporte y disposición final de los residuos “especiales” producidos por grandes generadores como bares, establecimientos gastronómicos, hipermercados, etc. Se trata de la basura de gran volumen que no reúne las características para ser considerada como peligrosa o tóxica ni tampoco como residuo domiciliario, y que merece un tratamiento especial.

La ordenanza sancionada propende a “una normativización sobre qué hacer con este tipo de basura a gran volumen en la ciudad. Esta norma le da una nueva solidez a la política ambiental que implementa en la ciudad desde 2008, que desde entonces incluyó la recolección diferenciada de residuos domiciliarios, la apertura del nuevo relleno sanitario y la eliminación progresiva de bolsas plásticas”, justificó en el recinto Ariel Rodríguez (UCR-FPCyS). También se establecieron regulaciones sobre la manipulación de residuos de la construcción, como bentonitas y pastinas (ver aparte).

La norma sancionada crea la figura de los grandes generadores: bares, restaurantes, pizzerías, confiterías, confiterías bailables, cafeterías, casas de comidas rápidas, rotiserías, entidades financieras, bancos, casas de cambio y todo aquel establecimiento que produzca residuos diarios por un volumen superior a medio metro cúbico (1/2 m3).

Los grandes generadores quedan ahora fuera de los alcances de la actual ordenanza de residuos urbanos: es decir, ya no estarán incluidos en la recolección domiciliaria diaria que realizan en la ciudad las empresas Cliba y Urbafe, aunque el destino final de los desechos será el relleno sanitario y la planta de tratamiento. Estarán obligados a garantizar el retiro directo de los residuos bien por medio de vehículos propios, bien contratando a empresas de terceros (artículo 23).

La ordenanza crea el Registro de Operadores de Residuos de Manejo Especial, en el que deberán inscribirse todas las personas físicas o jurídicas que generen, manipulen, retiren, transporten, almacenen, traten o realicen disposición final de este tipo de residuos. Los operadores deberán cumplir estrictas exigencias, como contar con la habilitación municipal correspondiente; presentar una nómina actualizada de los vehículos, contenedores u otros medios de transporte con los que se realice la prestación del servicio, etc.

Cuestionamientos

“Todo esto roza distintos intereses. El servicio la recolección, traslado y disposición de la basura que prestan las dos empresas que tienen un contrato de servicio público en la ciudad, cubre entre el 80 y 100 % de la recaudación total de la TGI. Vaya si no hay intereses económicos en juego...”, cuestionó en forma sugestiva Roberto Campanella (PJ), quien no acompañó la iniciativa. En sus argumentaciones en contra de la ordenanza se apoyó Ignacio Martínez Kerz, también justicialista. En los otros concejales opositores hubo también negativas y abstenciones.

Para Campanella, con la norma se trastocan otros intereses no menos importantes, como los de recolectores informales urbanos (carreros, cartoneros). “Hablamos de vecinos de nuestra ciudad. Nosotros estimamos que en la ciudad hay 200 recolectores informales. Esta nueva norma podría dejar sin trabajo a esos recolectores junto con sus familias. Esa actividad es el único medio de subsistencia que tienen”, dijo en el recinto.

“Además, la nueva norma toca también los intereses de las empresas de construcción (pues ahora deberán contratar a terceros para el traslado y disposición final de los residuos que generen). Hay que ver los efectos que produce en todos los actores vinculados con esto”, puso en duda Campanella.


Construcción

Según establece la norma, cuando se trate de residuos de obras y construcción -escombros, piedras, arena, suelos o derivados de poda y limpieza de calles- los operadores de residuos deberán realizar la disposición final de éstos en predios habilitados para tal fin por el municipio.

Cuando se trate de otro tipo de residuos orgánicos de manejo especial, la disposición final sólo podrá realizarse en el relleno sanitario. En el caso de residuos inorgánicos, los operadores deben trasladarlos para su recuperación o reciclaje a la planta de clasificación de residuos, o a centros de recuperación de materiales autorizados.

La manipulación, transporte y disposición final de bentonita -un material arcilloso semisólido que se utiliza en las obras de construcción de edificios para impermeabilizar el suelo en las tareas de pilotaje de cimientos- y otras pastinas, también, tendrán una regulación especial.

Antes la bentonita era recolectada por los camiones atmosféricos que descargan en el sistema cloacal. Para evitar que ese residuo obstruya los conductos cloacales, ahora la bentonita se deberá disponer en predios habilitados para tal fin. Y los operadores de este residuo -como las constructoras por ejemplo- deberán contratar un servicio de traslado y disposición.