Julio Meléndez Calderón, con El Litoral en Lima...

“Quiero irme al cielo con la camiseta de Boca”

1.jpg

Julio Meléndez y el enviado de El Litoral al partido Perú-Argentina. El hincha “xeneize” lo recordará por siempre. Foto: El Litoral.

El peruano más famoso que jugó en equipos muy recordados de Boca, habló de su amigo Orlando Medina, con el cual concentraba. También jugó con el Negro Raúl Cardozo.

 

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a Lima, Perú)

Se perdió la tranquilidad en el amplio lobby del hotel Westin en San Isidro, una de las zonas “paquetas” de Lima. El día del partido con los peruanos, la concentración de la selección tuvo el incesante desfile de periodistas pero también de algunas figuras. Entre ellas, la que deslumbró por su trascendencia fue la de Julio Mélendez Calderón, aquél peruano que vistió durante tantos años la camiseta de Boca con tanta jerarquía. Es imposible no reconocerlo a pesar de sus 70 años. Y es un placer, para un santafesino, que recuerde con tanta vigencia a un Orlando Medina, a un Raúl Cardozo y que inclusive cuente como si hubiese sido ayer, su debut con la auriazul en un partido ante Colón.

—¿Es cierto que Boca lo quiere reconocer a través de su vicepresidente Crespi, Julio?

—Sí señor. Boca es mi casa y Boca me está dando lo que Perú no me da. Acá golpeamos las puertas y nadie las abre. En Boca golpeo una puerta y se abre de par en par. Por eso, no me importa que me digan que soy argentino porque quiero a ese país.

—¿Qué recuerda de aquella época?

—Mencionar un Antonio Roma, un Antonio Ubaldo Rattín al que siempre le estaré muy agradecido, Angel Clemente Rojas, el Chapa Suñé, Silvio Marzolini, el Tano Novello... Todo ese equipo desde el 68 o 69 hasta el 74 es inolvidable para mí. Y quiero pedirle algo por intermedio tuyo: el día que me muera, quiero que me pongan la camiseta de Boca. Quiero irme al cielo con la camiseta de Boca.

—¿Cómo fue aquello de dar la vuelta olímpica en la cancha de River?

—Que me disculpen los hinchas de River, pero eso fue impresionante. Nosotros habíamos sudado un montón, así que nos vino bárbaro que abrieran los grifos y largaran agua. Recuerdo que di la vuelta al lado de Silvio y el Rata atrás porque ya no llegaba... Que sigan abriendo los grifos, que ellos jamás van a dar una vuelta en la cancha de Boca, no hay que dejarlos.

—Jugó con Orlando Medina...

—¡Claro hombre!... Y debuté en un partido contra Colón... Eramos dos negros, los blancos nos “botaban” y parábamos juntos... Orlando es mi hermano, por eso le quiero mandar un cariño extraordinario a él... Y recordarle que el Tano Roma y los otros muchachos nos mandaban a concentrar juntos porque decían ‘estos negros apestan, fuera de acá'...

—¿Y ese partido contra Colón?

—Jugaba Beto Menéndez y Silveira me hizo debutar en la Bombonera contra Newell's en la reserva. Y al partido siguiente jugué contra Colón en Santa Fe y le ganábamos 2 a 0. Rogel fue mi pareja durante los 7 años que jugué en Boca y ese día me tocó debutar con él y ya no me sacaron más. Contra Unión también jugué, fue un equipo difícil a pesar de que estaba en mitad de tabla.

—¿Alcanzó a jugar con el Negro Cardozo?

—Sí, claro... Jugó dos o tres partidos de titular, pero D'Amico lo puso al Chapa Suñé de titular y ya se formó aquella defensa con Suñé, yo, Rogel y Marzolini u Ovide.

—¿Qué imagen se formó de aquel 6 a 0 en Rosario en el Mundial de 1978?

—Son todas habladurías, yo no estuve en esa “muerte”.

—¿Es una mancha para el fútbol peruano?

—No es mancha, ya está, perdió el equipo y listo. Nunca dudé de ningún jugador, menos de aquellos peruanos. Me acuerdo del Lobo Fischer, que iba al frente y luchaba pero mano a mano y de frente. Yo siempre fui así. De ir al frente siempre, por eso no contemplo que esos muchachos hayan tenido una actuación negativa, queriendo perder ese partido.

—Se lo nota resentido con Perú...

—Un poco. Julio Meléndez no es reconocido en este país como lo es en la Argentina. Acá se olvidan de nosotros, pero ustedes no.

—¿Angel Clemente Rojas estuvo un escalón por debajo de Maradona o de Messi?

—Al mismo escalón de los dos, no tengo dudas. Angel Clemente era mi compañero, así que lo voy a defender. Rojitas era tan extraordinario que en mi escalafón está primero Diego, segundo Messi y tercero Angel Clemente, pero luchando con ellos.

—¿Le tocó enfrentarse a Pelé?

—En una temporada de verano, en Mar del Plata y en Buenos Aires. Me acuerdo un partido que perdimos 3 a 2 con goles de Pelé. En un mes fuimos cuatro veces a Brasil y todos nos querían ganar. Pero además de Pelé, estaban Lima, Clodoaldo, Milton Santos, Gilmar al arco, todos monstruos.

—¿Brasil de 1970 fue el mejor equipo?

—Ese Brasil jugaba de memoria y me hacía acordar al Boca de Di Stéfano, que nos conocíamos todos. Llegó un momento en el que Alfredo ni siquiera nos hablaba, armaba el equipo, lo repetía de un partido al otro y nosotros entrábamos a la cancha sabiendo que ni siquiera podíamos empatar, menos en la Bombonera.

Una sola expulsión

El diario Líbero recordó un hecho muy particular en la vida futbolística de Julio Meléndez. “Tan esplendorosa fue la actuación con la casaca boquense, que no sólo se ganó la idolatría del hincha xeneize, sino también de los simpatizantes contrarios. No era una admiración que se recluía en el silencio que consiente el respeto. Era reconocimiento capaz de arrancar el aplauso espontáneo del rival. Nadie podrá olvidar la tarde en que en el estadio Monumental sufrió la única expulsión de su carrera.

“El rival era River Plate y se mostraba en mejor forma que el conjunto de la ribera. Los millonarios ganaban 2 a 1 cuando arreciaba sobre el marco de Carballo el fervor boquense pugnando por la igualdad. El último hombre era Julio Meléndez. Pica Oscar Mas y queda mano a mano con el defensor. Gana el delantero y el moreno toma la pierna del puntero izquierdo. Como entonces regía la reglamentación que decía que todo jugador que tomara en dos ocasiones a un rival sería expulsado, el árbitro, obligado por la legislación, se dirigió hasta Meléndez, le extendió su mano y le pidió que se retirara del campo de juego sin otro gesto.

“Accedió sin reparos el moreno y también el “Mono” Mas le extendió su mano, mientras desde las cuatro tribunas del estadio, las palmas batían para consuelo de ese jugador que era víctima de una reglamentación. Era un grande”.

3.jpg

Boca campeón de 1969. Parados: Rogel, Meléndez, Sánchez, Suñé, Madurga y Marzolini. Agachados: Ponce, Angelito Rojas, Novello, Orlando Medina y Peña. Foto: El Litoral

/// ficha técnica

Edad: 70 años.

Trayectoria: Defensor Lima, KDT Nacional, Sport Boys, Defensor Arica, Boca, Defensor Lima, Atlético Chalaco, Unión Tumán, Juan Aurich, León de Huánuco.

Año del debut: 1961.

Año del retiro: 1979.

Partidos internacionales: 41.

Títulos: 4 (tres con Boca: los campeonatos de 1969 y 1970 y la Copa Argentina de 1969) y uno con la Selección peruana (Copa América de 1975).

Un premio: Marcos Calderón lo convocó a la Selección peruana que ganó la Copa América de 1975, cuando Meléndez ya contaba con 33 años. En esa Selección formó con Héctor Chumpitaz una dupla excepcional. Posteriormente jugó las Eliminatorias del Mundial Argentina ‘78 que clasificó a Perú, retirándose en el partido final.

Hit: La hinchada de Boca cantaba por aquellos tiempos: “y ya lo ve, y ya lo ve... es el peruano y su ballet”.