Advertencia de la CICCRA

El precio de la hacienda no subirá

En su último informe mensual, la cámara de los frigoríficos explica los motivos de la meseta y proyecta el escenario para la ganadería nacional en el mediano plazo.

Campolitoral

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Según el informe sectorial de agosto, en materia de precios, a partir de agosto de 2010 el del ternero comenzó a deteriorarse en términos reales. Y, en particular, la brecha con relación a la tasa de inflación “bien medida” se amplió considerablemente en los últimos doce meses, ya que el valor del ternero aumentó levemente, al tiempo que la tasa de inflación se mantuvo por encima de 23% anual.

Y si se toman los últimos doce meses, el valor real del ternero registró una pérdida superior a 14,0% anual, que llegó a 16,6% en el caso del ternero de Liniers y que ascendió a 22,1% en el caso del Rosgan PIRI.

Es importante destacar que la persistencia de este deterioro (gradual) hace que el criador de hacienda vaya perdiendo incentivos para aumentar la productividad y, por lo tanto, el nivel de producción, ya que se enfrenta a una disminución continua de la rentabilidad del negocio, por lo que es dable esperar que en el futuro cercano caigan las inversiones productivas (verdeos- pasturas), lo que haría caer también la producción y, por supuesto, la recuperación del stock.

Al mismo tiempo el aumento del precio del maíz de los últimos meses modificó la relación novillo/maíz desalentando la suplementación o engorde a corral realizado por los productores, quienes se verán obligados a terminar sus novillos a campo dado que la ecuación se torna negativa.

Los motivos de la baja

Y el valor de la hacienda no puede seguir creciendo, debido a que el negocio de la industria frigorífica argentina se encuentra imposibilitado de exportar. Concretamente, enfrenta aumentos sistemáticos de costos en pesos y en dólares que no son correspondidos por los precios internacionales de los cortes vacunos (tal como se analiza en la sección 3 de este Informe; a lo cual hay que agregar el fuerte atraso cambiario que repercute en los valores de compra de hacienda y en la existencia de un derecho de exportación de 15% que no se paga en ninguno de los principales países competidores), lo que se traduce en una importante pérdida de competitividad que genera la caída de los volúmenes exportados, así como también en un aumento muy rápido de las cantidades volcadas al mercado doméstico.

La frialdad de los mercados externos, una demanda interna limitada y el deterioro de la competitividad de la industria frigorífica argentina, impiden que el valor de la hacienda pueda seguir creciendo, más allá del reajuste verificado entre las primaveras de 2009 y de 2011.

Lo que el agua nos dejó

Las actuales condiciones climáticas nos obligan a pensar que los daños en la producción no se harán evidentes de manera inmediata pero, sin duda, la mortandad de terneros de la presente campaña será elevada en virtud de que las pariciones se están produciendo en muchos casos en campos inundados.

Por otra parte la mala alimentación que están recibiendo las vacas en este momento también generará bajos índices de preñez en la campaña a iniciarse, que hará disminuir la cantidad de terneros para el próximo año.

Es decir que el sólo hecho de minimizar los efectos de la sequía a principios de año y de la inundación actual no logrará evitar los daños a la producción, y además generará una prolongación de la crisis de la industria frigorífica que, al no aumentar la oferta ganadera para faena, deberá seguir trabajando a pérdida o con márgenes que solo permiten mantener operando a pocos establecimientos.

Consumo interno

La recuperación de la actividad de la industria frigorífica vacuna y la pérdida de atractivo de los negocios de exportación, hicieron que tanto en julio como en el acumulado de los primeros siete meses del año el mayor volumen de carne producido se orientara al mercado interno.

Al comparar julio de 2012 con julio de 2011, surge que la producción creció en casi 32.400 tn r/c/h y las exportaciones disminuyeron en 5.900 tn r/c/h. En consecuencia, el consumo interno aumentó en 38.300 tn r/c/h.

En tanto, al contrastar los guarismos de julio con los del mes anterior, se observa que la producción de carne vacuna aumentó en 25.300 tn r/c/h. De este incremento, 93,3% se orientó al mercado interno y 6,7% se envió al exterior.

Y al considerar los primeros siete meses del año, la producción aportó 90.800 tn r/c/h adicionales y las exportaciones descendieron en 43.281 tn r/c/h, al pasar de 148.338 tn r/c/h en enero-julio de 2011 a tan sólo 105.056 tn r/c/h en enero-julio de 2012.

Exportación paupérrima

Para tener una idea de la pobrísima performance exportadora sectorial, cabe destacar que este guarismo sólo se equiparó con el de enero-julio de 2001, considerando los últimos diecisiete años, período que se vio afectado por el cierre masivo de mercados externos para los envíos de cortes frescos y congelados no cocidos. De este modo, en enero-julio de 2012 se consumieron internamente 1,399 millones de tn r/c/h de carne vacuna, lo que arrojó una mejora de 10,6% y un aumento de 134.000 tn r/c/h con relación al mismo lapso del año pasado. La participación del consumo interno en la oferta total de carne vacuna llegó a 93,0% en el acumulado de 2012, cuando un año atrás era de 89,5%. Lógicamente, estos 3,5 puntos porcentuales los perdieron las exportaciones, que bajaron su importancia relativa de 10,5% a sólo 7,0% entre los períodos considerados (en igual lapso de 2001, las exportaciones absorbieron 7,2% de la producción total).