Buenos hábitos en la cocina para prevenir enfermedades

Lavarse las manos, colocar en freezer o heladera los alimentos que así lo requieran, y tapar o envolver aquellos que lo necesiten son algunas claves para disminuir el riesgo de contagio de enfermedades.

TEXTOS. PRO-SALUD NEWS. FOTOS. EL LITORAL.

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La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la higiene de alimentos como “el conjunto de condiciones y medidas programadas durante la producción, transformación, almacenamiento y distribución de los alimentos para garantizar su inocuidad y salubridad”.

Desde este punto de vista, una alimentación inocua o segura es aquella que no contiene peligros para la salud, mientras que por el contrario existe riesgo de contraer enfermedades cuando se consumen alimentos que no son seguros, porque en su producción no se cumplió con los controles adecuados, o bien durante su distribución se alteraron ciertos factores.

“La intoxicación alimentaria es consecuencia del consumo de alimentos o bebidas que contienen bacterias. Éstas producen toxinas o sustancias venenosas para el organismo. Este cuadro conocido como envenenamiento alimentario genera dolor abdominal, náuseas, vómitos y diarrea”, postuló la licenciada en Nutrición María Eugenia Vecchi.

“Los alimentos o bebidas pueden estar contaminados no sólo por bacterias, sino también por la presencia de hongos, virus, parásitos, vidrios, plástico y pelo, entre otras sustancias, así como también por el contacto con productos de limpieza, plaguicidas o fertilizantes”, agregó Vecchi, profesora en la Tecnicatura en Salud, Alimentación y Actividad Física de la Universidad Isalud.

Así, entre los factores que pueden causar enfermedades alimenticias, se cuentan la contaminación cruzada, la falta de higiene al manipular los alimentos, la elaboración de diferentes preparaciones con mucho tiempo de antelación y el consumo de alimentos crudos.

“Consecuentemente, para evitar la contaminación hay que cumplir con ciertos hábitos higiénicos entre los que, por supuesto, se cuenta lavarse las manos antes de tocar o manipular los alimentos, la vajilla y los cubiertos, así como también después de toser, estornudar, fumar, rascarse, tocarse la nariz o heridas, y luego de ir al baño. También hay que higienizarse las manos después de haber tocado alimentos crudos como las carnes”, completó Vecchi.

¿CÓMO ALMACENAR LOS ALIMENTOS?

Los productos perecederos como leche, yogurt, quesos, huevos, carnes, verduras y frutas necesitan ser refrigerados, ya que la temperatura es un factor primordial en la conservación de estos productos.

“Por su parte, los alimentos semi-perecederos como harinas, arroz, fideos, leche en polvo, café y té, entre otros, no necesitan ser almacenados en heladera o freezer, aunque es muy importante protegerlos del calor y de la humedad”, especificó la licenciada.

“Vale aclarar que los alimentos enlatados no duran varios años. Es decir que si bien pueden ser guardados durante un año o tal vez un poco más fuera del freezer y la heladera, esto debe hacerse respetando siempre las condiciones de almacenamiento, pero -además- sabiendo que es posible que de a poco se vaya perdiendo sabor, valor nutritivo y textura”, detalló la especialista.

CONSERVACIÓN EN HELADERAS Y FREEZER

En cuanto a la carne, ya sea roja o de pollo, debe refrigerarse ni bien se compra. Con respecto al pescado fresco, lo más recomendable es refrigerarlo y consumirlo dentro de las 24 horas. En caso de que esto no sea posible, para mantenerlo en condiciones óptimas, se puede guardar en un recipiente bien tapado con el objetivo de que el resto de los alimentos no absorban su olor. También se puede utilizar hielo molido para que mantenga baja la temperatura y, si se compra pescado congelado, procurar que no se descongele antes de guardarlo en el freezer.

“Sobre las frutas y verduras, hay que saber que si bien después de cosechadas éstas siguen viviendo, pierden agua y por ende disminuye la calidad del producto. Para paliar este proceso o al menos demorarlo un poco es útil recurrir a la heladera porque la temperatura baja, la humedad y el aire fresco permiten que estos alimentos prolonguen su vida y calidad”, comentó Vecchi.

“Los huevos, los quesos, la leche y el yogurt deben refrigerarse ni bien se compran. La temperatura del refrigerador permite mantener la calidad de estos productos. La leche debe estar bien tapada para evitar que absorba olores y sabores de otros alimentos. Los quesos también deben guardarse en la heladera aunque evitando congelarlos ya que se puede alterar su textura haciéndolos más arenosos”, completó la licenciada.

Para descongelar, el método más seguro es hacerlo en la heladera o cocinar los alimentos directamente congelados. Es importante no conservar los productos descongelados en el refrigerador por más de 24 horas ya que se puede incrementar el número de bacterias. Sólo se pueden volver a congelar los alimentos cocidos.

“Por último, cabe recordar que antes de servir los alimentos, es necesario recalentarlos, para de esta manera asegurarnos de destruir las bacterias por medio del calor. En cuanto al frío de la heladera o freezer, éste no destruye las bacterias: sólo detiene su desarrollo”, finalizó la especialista.

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Cuidados básicos

- Lavarse las manos antes de iniciar una actividad, en caso de interrupción de la misma o cuando puedan estar sucias.

- Mantener una adecuada higiene de las verduras y frutas que se consuman crudas.

- Evitar la contaminación cruzada entre alimentos crudos y cocidos.

- Verificar que los platos fríos, las carnes y lácteos se manipulen a una temperatura adecuada.

- Controlar que los productos congelados se descongelen en el refrigerador.

- Mirar la fecha de vencimiento de los alimentos que compran.

- No comprar latas hinchadas o abolladas.

- Evitar el consumo de alimentos en la calle, sobre todo si son ensaladas de frutas, sándwiches, hamburguesas, panchos, dulces, quesos o embutidos.

- Comprar en locales limpios y en los cuales los alimentos estén fríos al tocarlos.

- Mantener la comida bien caliente al momento de consumirla.

- Guardar rápidamente en la heladera los alimentos que no se consuman en el momento.