Causa Macro

Indagaron hoy a la dueña del auto secuestrado por el robo al banco

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El juez Jorge Patrizi recibió pasado el mediodía a la única imputada detenida hasta el momento. Foto: Flavio Raina

La mujer llegó a Santa Fe anoche desde la provincia de Córdoba y esta mañana fue trasladada a Tribunales para tomarle declaración. Medios cordobeses hablan de ocho allanamientos realizados en esa provincia en las últimas horas.

 

Juliano Salierno

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El juez de Instrucción Octava, Jorge Patrizi, indagó este sábado por la mañana a la dueña del Volkswagen Bora secuestrado por el robo al banco Macro. La mujer de 37 años se encuentra detenida desde el miércoles cuando una comisión policial la apresó en Tanti. Custodiada por una comisión policial llegó hoy al mediodía a tribunales, donde al cierre de esta edición estaba siendo indagada como “partícipe” del fabuloso atraco.

Por otra parte, medios cordobeses avanzaron sobre las pistas que permiten suponer que la banda tiene residencia en la capital mediterránea y anunciaron que ayer viernes la policía allanó ocho domicilios cuyos resultados se desconocen (ver aparte).

A una semana del robo más importante a una entidad bancaria en la historia de Santa Fe son varias las líneas de investigación que siguen los distintos organismos abocados a la seguridad de la provincia.

Bajo el comando del juez Patrizi, la Dirección de Asuntos Internos analiza si hubo intervención de personal policial o no, en lo que puede interpretarse cono una “entrega”, o si acaso se trató de un acto negligente y no se siguieron los protocolos correspondientes ante un aviso de alarma que quedó registrado minutos después de la medianoche del sábado, cuando los ladrones ya estaban en el banco.

Por otra parte personal de Seguridad Persona de la Unidad Regional Uno y la Tropa de Operaciones Especiales realizan una maratónica tarea de relevamiento de pruebas y pistas que al parecer les permitirían en tiempo récord dar no sólo con los autores materiales, sino con quienes estuvieron en los distintos puntos de apoyo o satélites que favorecieron el golpe.

Hechos fortuitos

El robo a la entidad bancaria ubicada en San Martín 2459, en zona de la peatonal, dejó una sensación de vulnerabilidad mayúscula cuando desde el primer momento parecía que iba a ser imposible dar con los autores. Sin embargo, con el correr de las horas, y gracias a dos hechos fortuitos que no fueron previstos por quienes dieron el golpe, el panorama comenzó a allanarse.

La parte operativa de la banda, es decir, quienes ingresaron a la sucursal del banco Macro el sábado por la tarde por una ventana sin rejas, estaría compuesta por ocho personas. Quienes vulneraron los sistemas de seguridad para ingresar, lo hicieron a través de una cochera ubicada por calle San Jerónimo que comparte el fondo con la entidad crediticia.

Dos vehículos fueron dejados el sábado por la mañana en ese lugar, con la promesa de ser retirados el lunes, cuando se reactivara el funcionamiento céntrico. Sin embargo, el domingo a primera hora, cuando los ladrones dieron por concluido el golpe, destrozaron el candado del portón del frente y huyeron en esos dos coches, que eran un auto Volkswagen Bora gris y un utilitario Renault Kangoo blanco.

Allí escondían un sinnúmero de herramientas que fueron secuestradas dentro del banco, en el sector de cajas de seguridad -saquearon 77 de 647- y en los aledaños a la bóveda, que para desventura de los laboriosos asaltantes no pudo ser violada.

Los delincuentes dominaron la escena durante casi medio día. Se cree que actuaron entre las 19 del sábado hasta las 6 del domingo. Armados y enmascarados, redujeron a cuatro personas, dos guardias privados de la empresa Centinela y dos fleteros que en la noche del sábado se presentaron de imprevisto para realizar el cambio de cierto mobiliario. Para moverse con comodidad desactivaron el sistema cerrado de video del banco, por lo tanto no existen imágenes del atraco.

Aceite y sangre

Dos imponderables fueron la clave para desandar el camino del grupo delictivo. Uno de los que estaba dedicado al manejo del soplete para destrozar el acero de la caja fuerte se quemó en uno de los brazos. Al parecer, habría sido una grave lesión que los obligó a abandonar todo como estaba. Las manchas de sangre registradas en el suelo y los gritos de dolor que alcanzaron a oír los testigos acreditarían dicha versión que también hoy afirma uno de los medios cordobeses.

El segundo imprevisto fue el desperfecto mecánico sufrido por el VW Bora que quedó abandonado en la ruta. Una gran mancha de aceite en la cochera donde el auto estuvo guardado durante varias horas, se condice con la rotura del cárter que en las afueras de Santa Fe los obligó a mudarse de coche.

La policía secuestró el VW Bora gris patente GDG-395 unos diez km al sur de la capital, a la vera de la autopista. Allí se secuestraron un teléfono celular con característica de Córdoba y un GPS con las rutas recorridas.

Lo que parecía un cebo para despistar a los investigadores con una pista plantada, habría resultado un hallazgo invalorable, dado que con esos elementos y los que fueron sumando con el correr de las horas permitió a los investigadores desandar el camino de la banda.

El quemado

En Santa Fe se registraron todos los centros médicos y dispensarios donde pudo ser atendido el herido, pero no se encontró nada. En cambio, en un centro asistencial de Córdoba sí estaría chequeado el ingreso de un hombre cuyas características fueron aportadas por la policía, con una lesión que se adecua a la del buscado.

Además, la confirmación de que el auto no era robado, sino que estaba registrado el Jujuy a nombre de una mujer cordobesa -la única detenida- obligó a la policía a acelerar los pasos y concretar una decena de allanamientos.

Los datos aportados por el GPS permitió establecer que el coche había estado en Jujuy, que de ahí viajó a Buenos Aires, luego estuvo en Córdoba y finalmente llegó a Santa Fe. En esta zona se localizaron varios puntos en los que habría estado -Arenales 2900, bv. al 3400, y un pueblo vecino-, que se condicen con los primeros allanamientos, secuestros y arrestos.

Aunque restan realizar numerosas medidas, como el análisis de los celulares activados en la zona del Macro el día del atraco, o el registro de cámaras de seguridad de entidades vecinas e incluso comercios privados, todo indicaría que la policía cuenta con pistas firmes de quiénes son los que entraron a la sucursal santafesina, y quiénes les brindaron su apoyo logístico desde afuera.

/// EL DATO

Cadena 3

En una nota publicada hoy por el portal de noticias de Radio Cadena 3 se cuenta que la policía cordobesa trabaja “en la búsqueda de por lo menos ocho sospechosos”. Se trataría de “elementos residuales de bandas delictivas autoras de resonantes robos como los ocurridos en perjuicio de la firma Aupesa, de donde sustrajeron 27 automóviles cero kilómetro en octubre de 2008; el millonario robo a la concesionaria Pettiti de Río Tercero, o la sustracción de valiosos productos de la firma A’gustino Cueros de la ciudad de Córdoba”, indica el informe radial. A su vez, el medio de la provincia vecina indicó que este viernes se realizaron al menos ocho allanamientos cuyos resultados aún no se conocen y confirmó la hipótesis del quemado.

La Voz del Interior

“El robo al Macro se planeó en Córdoba” tituló ayer el diario La Voz del Interior, en una nota que daba cuenta de que “hace un mes y medio se secuestraron fotos del banco santafesino y elementos sofisticados para perforar cajas fuertes en barrio Ampliación Ferreyra”.

El 2 de agosto último un operativo policial derivó en el secuestro de vehículos robados y de un taller móvil para “reventar” cajas fuertes.

Las fotos secuestradas “mostraban la fachada del Macro robado en Santa Fe, las verjas del edificio, playa de estacionamiento, terraza, cajeros”, indica el prestigioso matutino.

Asimismo afirman que “el millonario robo no sólo se planeó en esta ciudad (Córdoba) sino que los ocho ladrones, o al menos cuatro de ellos, eran cordobeses y estaban vinculados con el operativo de Ampliación Ferreyra”.

Agentes de Robos y Hurtos secuestraron en esa oportunidad cuatro vehículos con la inscripción “transporte de sustancias alimenticias”, en el que se había montado un taller móvil, del cual brindaron numerosos detalles.

Aunque no hubo detenidos “los investigadores tenían registradas las identidades de cuatro individuos vinculados con el taller móvil que incluía elementos para desactivar alarmas y sistemas electrónicos de seguridad con filmadoras”.