al margen de la crónica

El mejor amigo del perro

El “encantador de perros” César Millán encabezó este fin de semana una marcha de miles de personas y canes en la capital de Estados Unidos reclamando la defensa de los derechos de los animales pocos días antes del lanzamiento de su nueva serie de televisión que abogará por los perros desamparados.

“Cada año en el mundo se matan unos 600 millones de perros porque hay un exceso de población de perros”, dijo Millán. “En España los ahorcan, en Puerto Rico los arrojan de un puente alto, aquí en Estados Unidos los eutanizan”, explicó.

El show de televisión “El encantador de perros”, que se ha distribuido en más de ochenta países llega ahora a su fin, y le sustituirá “El líder de la manada”, que Millán inició en España para cumplir lo prometido a su madre María Teresa: un programa hecho en español.

“En el ‘encantador’ trabajamos con perros que ya estaban en hogares y tenían problemas de ajuste con la familia”, explica Millán. “En el nuevo programa trabajaremos para ubicar a perros que no tienen hogar. Hay millones de perros que están desamparados, y en el programa para cada perro candidato habrá tres familias. Lo que tratamos es de educar a la gente sobre cómo elegir el perro más adecuado para cada familia”, añadió.

En Estados Unidos, donde hay más de 78 millones de perros, sus dueños gastan cada año unos 28.000 millones de dólares en comida, remedios, veterinario, acicalamiento, cuidados, juguetes, casillas y todo tipo de accesorios.

Pero sólo el 78 % de los perros están castrados o esterilizados, y si al resto con capacidad de reproducirse se suma la actividad de las “fábricas de cachorros” -que abastecen a las tiendas donde muchas personas compran cachorros por impulso- el resultado es que cada año entre 3,7 millones y 4,8 millones de perros van a dar a los albergues.

Si en pocas semanas nadie adopta esos perros, de 1,8 millones a 2,4 millones de canes son “eutanizados” cada año en EE.UU., habitualmente con inyecciones letales.

“Esta marcha de la jauría tiene ese propósito: reclamar leyes que hagan obligatoria la esterilización de perros, que reduzcan la superpoblación, que protejan los derechos de los animales”, continuó.

Millán no atribuye su éxito en el trato con los perros a un talento peculiar, sino “al instinto, mi abuelo me enseñó que hay que trabajar con la naturaleza, no contra la naturaleza”. “Cuando uno viene del Tercer Mundo, tiene una perspectiva diferente. Quizá allá los perros son más flacos, y aquí están mucho mejor alimentados, pero allá la relación con los humanos es más equilibrada”, indicó Millán.

El mejor amigo de los perros desde niño soñaba con entrenarlos. Pero al llegar a Estados Unidos se dio cuenta de que el entrenamiento en ese país se dirigía a que el perro obedeciera al humano. Entonces decidió mejor “entrenar” a los seres humanos para que estos pudiesen tener una mejor relación con su mascota.

Y eso es lo que ha distinguido a Millán de los entrenadores de perros: en lugar de ocuparse de que el perro obedezca al amo, las técnicas de Millán apuntan a una mejor comunicación entre perros y humanos, un entendimiento mutuo que lleva a una convivencia armoniosa.