El temporal, en primera persona

El gran susto de ver cómo se vuela el techo

De La Redacción de El Litoral

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El día después del temporal, todavía quedaban en distintos barrios de la ciudad árboles caídos, cables y postes del servicio eléctrico en el suelo y el suministro interrumpido. También los daños en las viviendas comenzaron a notarse con la luz del día. Si bien el municipio habilitó un refugio en el Club Cabal para las familias afectadas, el mismo no fue ocupado.

Más allá de los daños materiales, hay vecinos que todavía están asustados por lo que les tocó pasar durante la madrugada del martes. María Inés Gutiérrez le contó esta mañana a El Litoral que le agradecía a Dios que sus hijos estaban a salvo. Su casa de Pedro de Vega 3665, en barrio Los Hornos, conserva en el techo la marca del impacto de los tirantes y las chapas de su vecina Olga Hernández ubicada en Pedro de Vega y San Juan.

“Mi marido empujó a Bautista (de 2 años) abajo de la cama y mi otra hija quedó arrinconada. Por suerte pudimos sacarlos a tiempo sino estaríamos lamentando una tragedia”, dijo María Inés.

Mientras esperaba que la Municipalidad le acerque chapas nuevas, Olga Hernández relató una verdadera noche de terror. “Estábamos mirando por la ventana el auto de mi hijo que estaba cubierto con media sombra y de pronto empezamos a sentir que nos mojábamos. Miramos y no estaba más el techo”, contó y aclaró que es el que quedó sobre la casa de María Inés.

Las ráfagas de viento también arrancaron íntegramente el techo de la vivienda de Laura Ríos, en su casa de Pasaje Leiva al 9200 en barrio Santa Rita II. “Estamos con vida y eso es lo más importante”, celebró la mujer.

Las chapas del techo se fueron desprendiendo de a una hasta que se amontonaron en el fondo del terreno. Algunas se azotaron contra el tapial del vecino y lo derribaron. “Mi hermano que vive con nosotros se metió abajo de la cama y el viento lo levantó. Nunca vimos algo así”, aseguró Laura.

Irma Rodríguez una vecina de Altos del Valle de a ratos se reía y después lloraba. El árbol de la vereda de calle Los Azahares 10500 se desprendió de raíz, aplastó la parte de atrás del auto de la mujer que estaba estacionado en el ingreso de la vivienda y terminó hundiendo parte del techo.

“Fue una desgracia con suerte. Mi hija se levantó a las 4 a cerrar una ventana y vio pasar el árbol, eso fue todo. Fueron segundos en los que se fue el esfuerzo de toda un a vida, ahora tendremos que empezar de nuevo”, reflexionó Irma, mientras miraba su casa maltrecha.

Conmocionada. El techo de la casa de María Inés Gutiérrez muestra la violencia del viento. En la urgencia, su marido metió a su hijo más chico abajo de la cama para protegerlo de los tirantes y las chapas.

Foto: Amancio Alem

El gran susto de ver cómo se vuela el techo